Somnus

I N F I L T R A D O S

—¿Tienes alguna pregunta antes de comenzar la sesión?— interrogó una voz masculina.

—No, doctor Neila.

...

El equipo acaba de arribar a la estación y un Sabas con una notable jaqueca ingreso por la entrada principal para seguidamente caer rendido sobre su escritorio.

Lain avanzó hacia él y apoyo una de sus manos sobre su hombro.

—Espero que sea una jaqueca porque has trabajado duro.

Sabas se levantó de su asiento sobresaltado.

—¡Lo conseguí!— y nuevamente se desplomó sobre su escritorio.

—Primero vamos a la sala de descanso, no puedes verte así.

Lain tomo a Sabas y ambos se dirigieron hacia la sala de descanso para seguidamente recostarlo sobre uno de los sillones de la sala.

—Descansa un poco y luego regresa a casa.

—Laboratorio Mortuun— murmuró Sabas.

—¿Qué has dicho?— Lain se inclinó hacia él.

—Laboratorio Mortuun— respondió con más claridad.

—¡Eres un maldito genio!

Lain salió con exaltación de la sala de descanso y regresó con el resto del equipo.

—Sabas lo ha conseguido— informó.—El cuerpo se encuentra en el laboratorio Mortuun.

—Tú y Callen encárguense de ello— ordenó Buckley.

—¿Ahora?— replico Lain.

Buckley asintió.

—Si sabes que debemos infiltrarnos, ¿verdad?

—Si algo sale mal, tomaré responsabilidad— afirmó Buckley.

—Comienzas a caerme bien— acotó Callen—Aunque sea por una razón egoísta que lo haces, es suficiente si nos beneficia a nosotros también.

—Ya pónganse en marcha, pero será mejor que se vayan en mi vehículo para no levantar sospechas— pidió Buckley para seguidamente arrojar las llaves de su vehículo.

Tanto Lain como Callen se adentraron en el vehículo de Buckley para posteriormente conducir hasta el laboratorio Mortuun. 

—¿El padre de Athan no trabaja en ese laboratorio?— interrogó Lain.

—Llámalo— pidió Callen.

Lain lo observó con seriedad.

—¿Con el teléfono que me han confiscado?

—Bien, lo había olvidado. Puedes tomar el mío.

Lain tomó el teléfono de Callen para seguidamente marcar el número de Athan.

—Si, agente Messinas— respondió Athan.

—Soy Lain. Por casualidad, ¿tu padre no trabajaba en el Laboratorio Mortuun?

—Correcto.

—¡¿Y ibas a permitir que nos infiltráramos?!— regañó Callen.

—Oh, creen que simplemente debería llamarlo y decirle, "Hola, padre. Sé que nunca te llamo ni nada de eso, pero ¿será que puedes ayudar a mi equipo a ver el cuerpo de alguien a escondidas?"

—Si.

—Claro, no es tan difícil.

—Bien, a comparación de mí. Es la persona más correcta que conozco, así que las posibilidades de obtener su ayuda son nulas.

—¡Mocoso, deberías ser un mejor hijo!

—O él ser un mejor padre— respondió con desinterés.

—Olvídalo, lo intentaremos por nuestra cuenta.

Lain finalizó la llamada.

—No debes regañarlo de esa manera, no siempre los hijos son los malos— acotó Callen.

Lain asintió.

—Lo siento, estoy un poco ansioso últimamente.

Luego de un viaje de cuarenta minutos, arribaron al gran laboratorio.

El teléfono de Callen sonó con un mensaje. 

—Es Athan, dice que lo mejor será ir por las escaleras de emergencia para evitar la mayor cantidad de cámaras de seguridad.

—¿No hay una forma de ingresar que no sea por la parte de entrada?

—Si ingresamos por la parte trasera del laboratorio, encontraremos un túnel que conecta el edificio principal con segundo edificio y de ahí tomar las escaleras de emergencia hasta la planta baja.

—Bien, entonces eso haremos.

Callen y Lain bajaron del vehículo para seguidamente caminar lo más disimuladamente posible hasta la parte de atrás del laboratorio.

Una vez que ingresaron al edificio, observaron a uno de los empleados ingresando a una habitación que parecía pertenecer al staff de mantenimiento.

—Esperemos a que salga y luego tomaremos los uniformes— sugirió Lain.

Callen asintió y quedaron a la espera de la salida del empleado.

Una vez que el empleado salió de la habitación, Callen y Lain se aseguraron de que no hubiera nadie alrededor antes de adentrarse en la habitación.

Callen y Lain rebuscaron entre las prendas ubicadas dentro de un gran carro de ropa sucia.

—Cambiémonos rápido y salgamos de aquí.

Ambos tomaron una bata blanca y salieron de la habitación con total seguridad.

—¡Las identificaciones!— dijo Callen en referencia a las identificaciones colgantes reglamentarias que debían llevar consigo.

Ambos las tomaron para posteriormente resguardarlas.

—El túnel— comentó Lain en cuanto encontró el túnel de que hablaba Athan.

Ambos se adentraron en el túnel mientras empleados del lugar lo observaban con cierta extrañeza, pero no decían nada.

Traspasaron el túnel con éxito y rápidamente se dirigieron hacia las escaleras de emergencia.

Bajaron un piso hasta llegar a la morgue del laboratorio.

Caminaron con rapidez hasta encontrar la entrada de la morgue y se adentraron en ella.

Una vez dentro se deshicieron de las batas y la arrojaron dentro de un cesto.

—Busca el nombre de Arlet Ros— pidió Lain.

—¿Arlet?

Lain asintió.

—¿Ibas a buscarla como señora Ros?— interrogó con diversión.—Démonos prisa.

Cada uno comenzó a revisar los compartimientos en búsqueda del cuerpo, pero un sonido proveniente del exterior de la sala los irrumpió.

—¡Rápido, métete a uno de los compartimentos!

Lain y Callen se refugiaron dentro de uno de los compartimentos y oyeron el sonido de la puerta abriéndose.

—Ubícalo en el compartimiento A2— se oyó una voz masculina.

Un compartimento cercano a Callen se abrió y con una de sus manos, cubrió su boca para evitar que la respiración se oyera mientras comenzaba a sentir el frío adentrándose en su cuerpo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.