Somnus

T R A S L A D O

—¿Qué rayos fue eso, Callen?— regañó Buckley.

El equipo se bajó de la camioneta para seguidamente caminar hasta la entrada principal de la estación.

—No hay tiempo para eso, Buckley— respondió sin más.

Una multitud cubría la entrada de la estación, entre ellas, reporteros con grandes cámaras de video, civiles y algunos oficiales intentando controlarlos.

—¿Qué ocurre?— interrogó Lain.

Los cuatro se acercaron aún más con la distancia suficiente de la multitud y Sabas observó con detenimiento, Shira se encontraba entre la multitud.

—Mi hermana se encuentra entre la multitud, iré a preguntar que es lo que ocurre— avisó Sabas.

Con precaución avanzó hasta la multitud y tomó a Shira de entre ella para seguidamente apartarla de la muchedumbre.

—¿Qué ocurre? ¿por qué están amontonados en la entrada?— interrogó Sabas a Shira.

Shira, al igual que Sabas, era una pelirrubia con una larga melena ondulada con ojos almendrados en color miel con complexión delgada y alta.

—Nos informaron que habían atrapado al asesino de cera y estamos aquí para cubrir la noticia.

—No es posible— se quejó Sabas.

—¿Qué ocurre?— indagó Shira al notar a Sabas completamente frustrado. 

—¿Recuerdas el favor que te había solicitado?

Shira asintió.

—Está relacionado con este caso y más específicamente a la persona que les están haciendo creer que es el asesino.

Shira lo observó atónita.

—¿Quieres decir que la persona que está siendo inculpada no es el verdadero asesino?

—Te lo explicaré más adelante, pero por el momento debes mantenerte en silencio y seguir la corriente. Intentaremos conseguir pruebas en contra de Nil y el sargento para que se comience una investigación en su contra, pero por el momento debemos ser cautelosos. 

—Sabes que si es por mí, yo voy hasta el final con tal de desenmascarar la corrupción y la injusticia, pero tampoco voy a permitir que te expongas al peligro, Sabas.

—No te preocupes por mí. Estaré bien y además no estoy solo.

—Debemos tener cuidado— Shira tomó a Sabas de una de sus manos—Prométeme que si algo sale mal, dejarás la investigación.

—En otro momento te hubiera respondido que si, pero siento que desde que comencé a trabajar con Lain y Callen, la cobardía está desapareciendo y quiero ser como ellos. Me pregunté durante mucho tiempo la razón por la cual decidí ser agente policial y finalmente estoy encontrando la repuesta.

—Es diferente cuando se trata de tu vida, Sabas.

—Estaremos bien, no pensemos en que algo va a pasar.

Sabas y Shira se envolvieron en un abrazo.

—Sacaremos a la luz la injusticia en contra de Blaise Lahoz y expondremos a los que están detrás de todo esto, pero lo haremos juntos, ¿de acuerdo?— Sabas se alejó de Shira para seguidamente regalarle una sonrisa.

—Cualquiera pensaría que tú eres el hermano mayor— respondió con una sonrisa de orgullo.

—Has cuidado la mayor parte de nuestras vidas de mí, así que partir de ahora seré yo quien cuide de ti.

Shira asintió y sus ojos se cristalizaron.

—Regresaré al trabajo antes de que comiences a sollozar.—avisó Sabas.

Shira soltó una risa divertida y asintió nuevamente.

—Te veo luego— saludó Sabas para posteriormente regresar con el equipo.

Shira se mezcló entre la multitud a la espera de la salida de Blaise.

—¿Qué te ha dicho?— indagó Lain.

—Están esperando a que Blaise Lahoz salga de la estación. Lo más probable es que sea trasladado ahora mismo— informó.

—¿Tan pronto?

—A estas alturas no deberíamos estar sorprendidos.

De pronto la multitud comenzó a amontonarse aún más y observaron a Blaise con una mascarilla y gorro saliendo esposado de la estación mientras era acompañado de dos oficiales.

Callen avanzó con rapidez hacia la muchedumbre y se abrió paso entre ella.

Blaise mantenía la cabeza inclinada, mientras que las voces de los reporteros y civiles invadían su alrededor con preguntas e incluso con insultos en su contra.

—¡Blaise!— gritó Callen.

Pero Blaise no logró oírlo.

—¡Blaise!— gritó una vez más con el tono más elevado.

Blaise elevó la mirada y entre la multitud buscó la voz familiar.

Sus ojos cristalizados se detuvieron en Callen y una lágrima se formó para posteriormente deslizarse por su mejilla.

—¡Creemos en ti! ¿me oyes?

Pero Blaise no hacía más que observarlo mientras era arrastrado por los oficiales.

—¡Te sacaremos de allí! ¡Espera por nosotros, prometo que te sacaremos de allí! ¿De acuerdo?

Blaise asintió con completa aflicción mientras era arrastrado hacía el vehículo que lo trasladaría hasta la prisión central de Beazley.

Blaise fue subido al vehículo para posteriormente ser llevado a la prisión.

Los reporteros comenzaron a dispararse y el equipo se adentró en la estación.

Callen caminó directamente hasta donde se encontraba el equipo uno, la sala de planificación, mientras que Lain, Buckley y Sabas fueron tras el.

—Ya comenzaba a parecer extraño que no hayan venido a fastidiarnos— comento Nil mientras se encontraba recostado sobre su silla— ¿Qué quieres, Messinas?

—Quería felicitarte, es increíble como de pronto no había pruebas en contra de Lahoz y aparecieron por arte de magia desde que tomaste el caso— Callen, aplaudió con ironía.

—¿Qué puedes saber tú cuando ni siquiera se han tomado el trabajo de allanar su casa?

—¿Por qué lo haríamos si no había pruebas en su contra?

—O estabas muy ocupado lamentándote por alguien a quien siquiera has conocido como para ver que tenían al asesino frente a ustedes— replicó en referencia a Neil.

—La cuchilla que sostenía Lahoz en la vivienda de la señora Ros, coincide con el largo y ancho de la herida provocada en el cuerpo de las víctimas del asesino de cera— explicó Kyle.




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