Somnus

R E V E L A C I O N

Escuela Secundaria Lanz, sala de clases

—Desásete de tu uniforme— ordenó Callen a Keelan.

Keelan se encontraba de pie frente a Callen y sus compañeros.

—No…no lo haré— su voz sonaba temblorosa.

Callen sonrió y se acercó hacia él.

—No era una pregunta, es una orden— y le dio un rodillazo en el estómago, lo que causó que Keelan esbozara un gemido de dolor.

Keelan dio un paso hacia atrás, se deshizo de su chaqueta junto con su camisa y con sus manos estremecidas tomo la bragueta del pantalón del uniforme.

—¡Keelan!— gritó una voz femenina a un lado.

Los presentes giraron la mirada hacia la voz.

—¿Quién rayos es esa?— pregunto Callen molesto.

—La hermana de Keelan— respondió Aidan.

Callen se giró hacia Keelan.

—¿Es tu hermana?

Keelan asintió con la cabeza gacha.

Callen se acercó hacia la hermana.

—En vez de Keelan, ¿quieres tomar su lugar?

Ella no emitió respuesta.

—Voy a tomarlo como un si.

Y se acercó más a ella. Tomó la corbata de su uniforme y se deshizo de ella.

—Rhea— esbozó Keelan con la voz solloza.

Tomó la chaqueta, pero antes de que pudiera sacarla, Rhea golpeó el rostro de Callen a mano abierta.

Tomó a Rhea del cabello y la lanzó hacia el suelo. Cuando estaba a punto de golpearla, alguien empujó a Callen hacia un lado.

—Rhea, ¿te encuentras bien?— y se acercó hacia ella para ayudarla a levantarse.

Otro estudiante había llegado para ayudar a Keelan y Rhea.

—¡Aish!— se quejó Callen furioso— ¿qué están esperando imbéciles?— gritó a Finn y Aidan— ¡Acaben con ellos!

Rhea se acercó rápidamente hacia Keelan. Tomó la chaqueta y lo ayudo a colocársela.

—Todo estará bien, Neo y Todd van a ayudarnos, ¿si?— consoló.

Keelan asintió sin convicción.

—¡Juno!, ¿qué haces? ¡Encárgate de esa perra maldita sea!— ordenó Callen.

Juno se acercó hacia Rhea y ambas comenzaron a forcejear.

Una vez que Neo acabó con Aidan, fue en busca de Callen.

Una batalla campal se había iniciado en la sala de clases del último piso.

Las lágrimas comenzaron a caer por el rostro de Keelan y ya no pudo soportarlo, no podía soportar vivir así. No importa que tan lejos escapara, siempre era el blanco de acoso.

Con la imagen del enfrentamiento ante sus ojos, Keelan caminó hacia la ventanilla de la sala y se subió en ella para contemplar una vez más la vista ante él.

—¡Keelan!— gritó Rhea en un desespero— ¿Qué estás haciendo?— su voz se entrecortó y sus ojos se cristalizaron.

Todos fijaron la mirada en Keelan.

Keelan llevó la mirada hacia Rhea.

—Rhea, lo siento— dirigió su mirada hacia Neo y Todd— También lo siento, todo es mi culpa.

—¡Keelan no lo hagas!— rogó Rhea con las lágrimas cayendo por sus mejillas.

—¡Ni siquiera eres capaz de hacerlo, maldito cobarde!— gritó Callen.

Keelan observó a Orien.

—Te veo en el infierno, Callen.

Y cayó diez pisos, quedando tendido en la entrada de la secundaria mientras la sangre se desparramaba a su alrededor.

Días más tarde

La noche había llegado, por lo que luego de pasar todo el día en el cibercafé, Callen se dirigió a casa. Neo, quien se encontraba en la tienda junto al cibercafé observó a Callen mientras este reía al observar algo en su teléfono.

La vida de todos se había vuelto miserable, sin embargo, el caminaba libremente con una sonrisa luego de causar la muerte de alguien y Neo no pudo soportarlo.

Salió de la tienda y con el rostro ensombrecido fue tras Callen. Al llegar a un barranco sin vallas, atacó a Callen.

—¿Cómo puedes ser capaz de sonreír de esa manera cuando Keelan ha muerto por tu culpa?— Neo se encontraba encima de Callen mientras golpeaba su rostro.

Y su actuación comenzó nuevamente.

—No quería que pasara, no fue mi intención— comenzó a lagrimear— No puedo dejar de pensar en aquel día— una lágrima de Neo cayó sobre el rostro de Callen— Tengo pesadillas todos los días.

Neo corrió su rostro a un lado, limpio sus lágrimas y volvió hacia Callen.

—Ve a la policía y diles que no fue un suicidio, que fue tu culpa, ¿entendido?

Callen asintió.

—Voy a hacerlo, asumiré la culpa y aceptaré las consecuencias— respondió con voz temblorosa.

Neo salió de encima de Callen.

—Vamos— ordenó Neo.

Callen se levantó y caminó unos pasos detrás de Neo. A un lado observó a una roca y la tomó entre sus manos, agilizó sus pasos y cuando estuvo lo suficientemente cerca de Neo, despedazo la roca sobre su cabeza.

Inmediatamente, Neo tomó su cabeza entre sus manos y se giró hacia Callen.

—¿Creíste que sentiría algún tipo de remordimiento imbécil?— Callen sonrió con malicia.

Callen trató de empujar a Neo hacia el barranco, pero ambos comenzaron a forcejear hasta que Neo logró zafarse, por lo que Callen perdió el equilibrio y cayó hacia el barranco aterrizando de espaldas sobre una roca. Había quedado inmovilizado e inconsciente.

Hospital Luchini, pasillo 5, habitación 285

Se despertó unas horas después en una cama de hospital.

Todas sus extremidades estaban siendo sostenidas por aparatos y su cuello estaba rodeado por un cuello ortopédico. Trató de moverse, pero fue inútil.

Los padres adoptivos de Callen llegaron a la sala.

—¡Callen!— esbozó su madre en un sollozo.

—¿Qué ha pasado?, ¿por qué estoy así?

—Mama— la voz de Callen se quebrajó— Mama, ¿dónde estoy?, ¿dónde están Viggo, Finn y Aidan?

Cyrene tomó su mano y la acarició.

—Todo estará bien, haremos todo lo posible para que te recuperes, lo prometo.

Callen comenzó a sollozar.

—¿Qué ha pasado?. No puedo recordar nada, ni siquiera como es que llegué aquí.




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