Somnus

R E G R E S O

Callen se encontraba de regreso en el pasillo y las puertas habían desaparecido.

—¿A dónde han ido?— y con su mirada observó su alrededor en busca de ellas.

—Debes regresar— oyó en un eco la voz de Ailan.

Callen soltó un suspiro de aflicción.

—No puedo regresar aun, debo averiguar quien es el segundo hombre. Tiene que ser parte de mis recuerdos.

—El tiempo se ha agotado.

Y sintió como era absorbido una última vez.

Sus ojos pesados comenzaron a abrirse con lentitud y una vez que se abrieron por completo, dio una rápida mirada a su alrededor. 

Comenzaba a reconocer el lugar en el se encontraba, la sala de consultas del doctor Neila.

Buscó al doctor en los alrededores y lo vio sentado frente a su escritorio.

—¿Has despertado?— oyó la voz del doctor.

Callen, quien se encontraba recostado sobre el diván, se levantó de un sobresalto y caminó hacia él para seguidamente caer de rodillas hacia el suelo y con sus ojos cristalizados, observar al doctor.

—¿Lo sabía?— la voz de Callen se quebrajó— ¿Sabía acerca de ellos?

El doctor apartó la mirada del computador frente a él para seguidamente llevar la mirada hacia Callen

—Veo que eres Callen.

El doctor se levantó del asiento y caminó hacia Callen.

—Primero debes sentarte— pidió el doctor.

—¿Qué está ocurriendo?— la mirada de Callen lucia realmente afligida.

Pero en lugar de una respuesta, el doctor Ailan señaló el diván para que se acomodara en él.

Callen se detuvo un momento mientras luchaba por controlar su llanto.

Retomó la postura y caminó hacia el diván en el que tomó asiento.

—Dígame que no lo sabía— pidió casi en un ruego.

El doctor tomó aire para seguidamente exhalarlo.

—Voy a ser directo contigo, Callen. Te he estado observando desde la primera sesión que tuvimos juntos y admito que una de mis grandes preocupaciones fue la perdida de memoria, amnesia disociativa, dicha de mejor manera. Sin embargo, he descubierto que no habías perdido los recuerdos, los habías dividido.

—¿Dividido?

—Sufres de un trastorno disociativo que se caracteriza por la existencia de dos o más identidades en una, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el ambiente. Al menos dos de estas identidades toman el control del comportamiento del individuo o como lo que podría llamarse, el control ejecutivo del cuerpo de forma rutinaria, y están asociadas también con un grado de pérdida de memoria más allá de la falta de memoria normal.

—¿Tengo un trastorno de identidad disociativa?— Callen se encontraba completamente perplejo ante las palabras del doctor— ¡¿Cuándo iba a decírmelo?!

—No podía hacerlo hasta no hablar con ella.

—¿Hablar con quien?

—Millana. He conocido a Cam y Ailan, pero aún no me he encontrado con Millana y para poder ayudarte debía conocerla.

—¿Has conocido a Cam y Ailan?— y las lágrimas comenzaron a caer.

El doctor Neila asintió.

—Todo este tiempo que te mantuviste inconsciente, podía oírte hablar y sé que también te has encontrado con ellos. Conocí a Cam en primer lugar y hablé con él.

Callen tomó su cabeza entre manos.

—¡¿Está diciéndome que no fue un sueño?!...No puede ser, ¿realmente he matado a alguien?. ¡Es imposible!, solo fue un sueño, ¿verdad?

Y un dolor de cabeza invadió la mente de Callen y cuando el dolor disminuyó, llevó la mirada hacia el doctor Neila, pero esta vez, su mirada lucia ensombrecida.

—¿Quiénes lo saben?, ¿cuántas personas saben acerca de nosotros?— Callen observó al doctor con una mirada de furia.

—¿Cam?— interrogó Neila con alerta— ¿Eres tú?

Y de pronto, Callen se levantó del diván para caminar de un lado a otro con pasos ralentizados.

—Sabes, realmente me agradabas, incluso te abrimos nuestro corazón y se lo has contado todo al inútil de Callen como si nada.

—Estoy para ayudarlos, Cam— respondió el doctor llevando la mirada hacia él— Solo tienes que decirme donde está Lain.

—Otro inútil más, ya veo porque se hicieron amigos— comentó desinteresado.

—Es de los pocos que se preocupó por Callen, dime donde está, Cam.

Callen soltó una risita divertida.

—¿Preocupación?, ¡solo quería deshacerse de nosotros!

—Ni siquiera sabe acerca de ustedes.

El doctor Neila llevó la mirada hacia las cámaras de seguridad que se encontraban dentro de la habitación.

—Déjame ayudarte, Cam.

Y este comenzó a negar repetitivamente con el dedo índice.

—Solo quiere deshacerse de nosotros y no puedo permitirlo. Para ello debo deshacerme de las pruebas y usted es una de ellas.

—¿Crees que es eso lo que deseo?, ¿deshacerse de ustedes?

Callen se acercó abruptamente hasta Neila poniéndose frente a su rostro.

—No es lo que creo, estoy seguro de ello.

Callen retomó su postura y continuo balanceándose de un lado a otro.

—¿Quién es el segundo hombre?, ¿quién te está dando órdenes?

Callen formó una sonrisa de costado.

—No volveré a caer en su trampa, le cerré mi corazón, doctor. 

—Si te desharás de mí, ¿no creés que entonces puedo saberlo?

Callen camino con pasos rápidos hasta el diván y se recostó en el.

—Bien, tengamos una última conversación. Pregúnteme lo que quiera.

Neila aclaró su garganta y prosiguió.

—¿Dónde se encuentra Lain actualmente?

Callen soltó un suspiro de molestia.

—¿No hay algo más emocionante que desee saber?

—Cam, has dicho que responderías todas mis preguntas— regañó.

—Bien, es verdad— Callen llevó una de sus manos hacia su mentón— Veamos, Callen también lo sabe.

—No es lo que pregunté.

—De acuerdo— se resignó— Es un gran galpón aislado, en una de las habitaciones del primer piso.

—¿Dónde queda el galpón, Cam?




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