Somnus

S O S P E C H O S O

Los agentes se encontraban en la sala de planificación junto a un Buckley que no se encontraba muy contento.

—¿Hace falta que les comente el motivo de la reunión?— indagó Buckley con seriedad.

—Sabes que estamos haciendo todo lo posible— respondió Lain.

—¿Crees que las familias de las víctimas desean continuar oyendo eso?— preguntó con molestia.

—Claro que no, pero cuando estamos a punto de descubrir algo, ocurren extrañas coincidencias. Hay demasiadas casualidades— acotó Callen.

—¿Qué quieres decir?

—No lo sé, tal vez nos está siguiendo muy de cerca.

—¿No pudieron contactar al empleado?

Callen negó con la cabeza.

—Junto con el agente Klein nos hemos infiltrado en el bar para conseguir su número telefónico, lo cual consiguió el agente Klein y lo he llamado en repetitivas oportunidades y su teléfono se encuentra apagado, incluso hoy, también lo he llamado pero continuaba apagado.

En ese mismo momento, un agente ingresó a la sala de planificación.

—Disculpe, agente Buckley. El sargento ha solicitado verlo.

Buckley suspiró con frustración.

—Enseguida voy— respondió.

El agente se retiró de la sala y Buckley dio una rápida mirada hacia los agentes del equipo uno de Crímenes Violentos— Así como deben tolerar mis regaños, yo debo tolerar los de el sargento porque ya estamos tardando demasiado. ¡Encuentren una solución pronto!

Buckley salió furioso de la sala y el equipo uno no emitió palabra alguna hasta que Callen habló.

—Athan, ¿crees que puedes rastrear el teléfono del empleado?

Athan asintió.

—Lo intentaré.

—Lain, ¿será que Sabas y tú pueden echar un vistazo nuevamente a la vivienda del empleado?

—De acuerdo, nos iremos ahora— respondió Lain.

Ambos se retiraron de la sala y Callen junto con Athan se dirigieron hasta la sala de computación.

Athan tomó asiento frente a uno de los computadores y comenzó a teclear mientras que en la pantalla se exhibía un mapa de la ciudad.

Un icono de carga apareció en medio de la pantalla en cuanto Athan tecleo el número telefónico indicado por Callen.

—Esperemos unos segundos, generalmente cuando los teléfonos se encuentran apagados, el programa recolecta información de la última vez que se encontraba activo— informó.

Callen asintió y quedaron a la espera de los resultados.

Al cabo de unos segundos de espera, la máquina término de recolectar la información y un punto fijo se mostró en el mapa.

—Es la última ubicación en la que se encontraba el teléfono antes de desactivarse— señaló Athan el punto rojo en la pantalla.

Callen observó con detalle la ubicación y fregó su rostro con abatimiento cuando comprobó de donde se trataba.

—Su residencia...no puede ser— se quejó Callen.

—La información recolectada indica que la última vez que el teléfono se encontraba activo fue...

—¿El día de asesinato?— interrogó Callen con temor.

Athan asintió.

—¡No puede ser!

Callen se retiró rápidamente de la sala de computadores y caminó rápidamente hacia la oficina del sargento en donde aún se encontraba Buckley. Callen ingreso a la oficina abruptamente y tanto Buckley como el comisario observaron con molestia a Callen.

—¡Messinas, ¿cómo irrumpe de esta manera?!— regañó el sargento.

—Lo siento, sargento. ¡Debo pedirle con urgencia una orden de allanamiento, uno de nuestros testigos podría encontrarse en peligro!

Buckley lo observó con asombro.

—¿De qué hablas, Callen?

—Athan ha rastreado la ubicación del teléfono del empleado y apareció como última ubicación, su residencia en el día del último asesinato. Boyle y Klein se dirigieron hacia su residencia, pero creo que ya puede ser demasiado tarde.

—No tenemos tiempo para esperar por la aprobación de la orden, ve de inmediato y fuercen la entrada de ser necesario. Tomaré responsabilidad por ello, no te preocupes— ordenó el sargento.

Callen asintió y se dirigió lo más rápido posible hasta su vehículo mientras intentaba comunicarse con Lain quien atendió luego del tercer tipido.

—Lain, escucha. Hemos rastreado la ubicación de Neil y hemos descubierto que la última vez que su teléfono se encontró activo fue en su residencia el día del asesinato.

—¿Qué? ¿El día del asesinato?

—¿Qué hay del mensaje entonces?— se oyó la voz de Sabas.

—Puede que haya programado el mensaje para que sea enviado— respondió Callen.

—¿No les parece extraño que Blaise haya dicho que Neil aviso mediante un mensaje que se tomaría unos días?

—Ahora que lo pienso resulta extraño, tampoco hemos preguntado cuando había sido enviado el mensaje— acotó Lain.

—El sospechoso también tenía conocimientos acerca de la ubicación de las cámaras de seguridad, ¿recuerdan?

—¿Creen que tal vez Blaise sabe más de lo que nos dijo?— Callen se encontraba realmente ansioso ante el nuevo posible descubrimiento.

—No parece muy disparatado dada la situación— respondió Sabas—Pero aún nos falta investigar más acerca de la posible cómplice.

—Bien, en cuanto lleguen a la residencia de Neil, entren a la fuerza. Es posible que se encuentre en peligro, yo voy en camino.

—De acuerdo, ya estamos llegando.

La llamada finalizó y Callen aumentó la velocidad del vehículo.

...

Lain tomó su arma reglamentaria y Sabas imitó su acción.

—Mantente alerta, no sabemos con qué podríamos encontrarnos— sugirió Lain.

Sabas asintió y ambos avanzaron con lentitud hacia la entrada de la residencia de Neil.

Lain tomó la perilla de la puerta para posteriormente girarla con lentitud a la espera de que estuviera con cerrojo, pero para su sorpresa, se encontraba sin llave.

Ambos se observaron entre si con asombro.

—Quédate detrás de mí— ordenó Lain.




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