Somnus

E S T A B L E C I M I E N T O

—Todo está listo— informó Lain—Leah, ira de visita mañana a primera hora.

—Eso es genial— respondió Callen.

Sabas aún observaba a Lain completamente atónito.

—¿Qué tanto miras, Klein?— interrogó Lain con molestia.

Sabas rápidamente evito su mirada.

—Nada, es solo que es difícil de procesar.

Tanto Athan, como Buckley y Callen, soltaron una risa ante su comentario.

—Genial, un invitado menos a la boda— respondió Lain con una sonrisa falsa.

—¿Y perderme de una gran fiesta?— Sabas negó repetitivamente con la cabeza—¡De repente lo he procesado!

Una risa volvió a resonar por parte de los presentes, inclusive de Lain.

—Hay trabajo que hacer— le recordó Lain.

Los presentes asintieron y al día siguiente comenzarían su plan de probar la inocencia de Blaise.

—¿No crees que será mejor que Leah conserve los archivos?, nadie sospechara de ella— sugirió Callen.

—De todos modos realicé una copia de seguridad y los archivos están guardados bajo un cifrado, por lo que únicamente nosotros seremos capaces de acceder a ellos.— informó Athan.

—Buen trabajo, Athan. Te enviaré el mail de Leah para que le mandes una copia, ¿de acuerdo?

En ese mismo instante, el teléfono de Callen sonó.

Al tomarlo, observó que se trataba de un mensaje, nuevamente de un número desconocido.

"Donde nuestras mentes creativas son opacadas"

—¿Qué se supone que significa?— preguntó Callen para si mismo.

—¿De qué hablas?— Lain se acercó hasta Callen.

Callen estiro su teléfono hasta Lain y este se encontraba tan confundido como Callen.

—¿Dónde nuestras mentes creativas son opacadas?— repitió Lain—Tiene que ser un sitio.

—¿Tú crees?

—Nos está haciendo buscar a Jayden, tiene que serlo.

—¿Del mismo arquitecto?

—Tal vez.

Callen se giró hacia Athan.

—Has dicho que Salamone cuenta con más de treinta obras a lo largo de la ciudad, ¿verdad?

Athan asintió.

—Bien, si descontamos dos, eso nos darías un total de otras veintiocho obras, genial— se quejó.

—Tiene que haber una pista— sumó Sabas.

—Donde nuestras mentes creativas son opacadas— repitió—Es lo que el mensaje dice.

Sabas tomo su cabeza entre sus manos.

—¿Dónde he oído esa frase?— preguntó para si mismo.

En ese momento, la madre de Jayden ingresó a la estación.

—¿Aún no hay noticias de mi pequeño Jayden?— interrogó con el rostro completamente pálido y unas notables ojeras.

Lain y Callen se observaron entre si, no sabían qué decir al respecto.

—Hemos encontrado lo que parece ser las prendas que llevaba aquel día— informó Callen.

Callen se acercó hasta la mujer y con su teléfono en mano, visualizo fotos de las prendas que habían encontrado.

—¿Le pertenecen a Jayden?

Los ojos de la mujer se cristalizaron y una lágrima se deslizó por su rostro para seguidamente asentir ante la pregunta de Callen.

—Ama los dinosaurios, por lo que el mismo eligió la sudadera roja con el dibujo de dinosaurio— recordó la mujer con una sonrisa de nostalgia.

Callen observó la foto de la sudadera y recordó cuando la vio por primera vez, había supuesto que le gustaban los dinosaurios debido a la ilustración que llevaba en ella.

—Voy a ser completamente franco con usted, si bien el haber encontrado sus prendas es una buena señal, aún no debemos confiarnos.

Con el rostro inundado de lágrimas, la mujer asintió.

—No se rinda, porque nosotros no lo haremos— aseguró Callen.

La mujer tomó las manos de Callen y lo observó con gran aflicción.

—No lo haré y agradezco todo lo que están haciendo por encontrarlo.

La mujer se retiró de la mujer y Sabas se levantó de su asiento sobresaltado.

—¡Lo recuerdo!

—¿De qué hablas, Sabas?

—Hay un matemático que solía decir que los establecimientos educativos opacaban nuestra creatividad.

—¿Establecimientos educativos?

—Colegios— aclaró.

—¿Estás seguro?

Sabas asintió.

—Sabía que en algún lado la había oído.

Athan rápidamente comenzó a teclear en su computador y la lista de las obras creadas por el arquitecto volvieron a mostrarse.

—De entre todas las obras suscitadas por él, se destacan dos establecimientos educativos.

Callen y Lain rápidamente se acercaron hasta el computador de Athan.

—Uno se ubica en Balcarse y otro en VL— informó Athan.

—¿Qué hacemos?— interrogó Callen a Lain.

—Iré a uno de ellos con Sabas y que Buckley te acompañe al otro establecimiento, si les parece bien.

Tanto Buckley como Callen asintieron.

—Envía las ubicaciones a nuestros teléfonos, por favor, Dolz— pidió Buckley.

Athan nuevamente tecleo en su computador.

—Enviadas.

—Bien, veamos de que se trata todo esto— comentó Lain.

Los cuatro se retiraron de la estación y emprendieron viaje hacia los establecimientos.

—Iremos al establecimiento de VL— informó Lain mediante llamada telefónica.

—Bien, entonces nos dirigiremos hacia Balcarse.

—Si encuentras algo, llámame de inmediato, haré lo mismo si encontramos algo.

—Lo haré.

La llamada finalizó y un viaje los esperaba hasta los respectivos establecimientos.

—¿Cómo sabías lo de la frase?— indagó Lain a Sabas.

—Dramas— respondió con orgullo.

Lain largó una sonrisa divertida.

—En ese caso, tienes un pie dentro de la boda, si resulta que estabas en lo correcto, tendrás el honor de asistir.

—¿Y comenzarás a mirar dramas?— preguntó con ilusión.

—Tampoco exageres.

—Eso es porque eres de los que creen que los dramas son puros melodramas.

—¿Y no es así?— preguntó con diversión.

—En gran parte, pero no son de mi preferencia.

—¿Así? ¿Qué tipo de dramas prefiere mirar nuestro pequeño?




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