Bella.
¿Alguna vez te has puesto a pensar que talvez no siempre las cosas salen como lo esperamos?.
Yo soy un desastre, mi día a día es un completo desastre. Tanto que ya tengo hasta una rutina para no estresarme tan rápido en el transcurso del día.
Lo primero que hago es tratar de relajar mi mente porque como dicen por ahí, la mente domina al cuerpo y pues yo no puedo dejar que eso pase, sería una abominación.
Cada día que pasa trato de ser una persona diferente pero lamentablemente no he podido lograrlo, se me hace muy difícil entablar una conversación con alguien que no sea de mi círculo social, no es que tenga muchos amigos pero de igual forma se me hace muy difícil.
Desde que tengo memoria mi única y mejor amiga ha sido Lana, una chica de tés clara con cabello negro, un par de ojos marrones que enamoran a cualquiera, un cuerpo de modelo, si de modelo, ella es demasiado delgada pero todo lo que se pone le queda estupendo.
Ella siempre ha estado conmigo, en los buenos momentos que han sido muy pocos, y también en los malos que es casi todo el tiempo. Nunca nos hemos separado y espero que jamás lo hagamos.
— ¿En qué tanto piensas?.
Del otro lado del mostrador se encuentra el mismo chico de ayer, el moreno con el cuerpo bien definido, hoy tiene un traje color negro y debo admitir que aunque aún no se a que bando pertenezco él está muy, MUY bueno.
Creí que no lo volvería a ver, porque se nota que es de clase muy alta. Parece un modelo de revista o mejor aún, un galán de películas de Hollywood.
Lo observó con una pequeña sonrisa y bajo la mirada porque aunque parezca mentira si me da un poco de vergüenza el hecho de que alguien se de cuenta que estoy en otro planeta.
— Pues mira la mayoría del tiempo no estoy pensando, solo estoy en otro planeta ya sabes….. Plutón…Marte…..en cualquiera de esos.
Él me observa y de inmediato comienza a reír y yo hago lo mismo, es que ¿Cómo no hacerlo? Si esa es la verdad.
Luego de unos minutos de tanto reír nos calmamos y el vuelve a mirarme, está vez con un brillo en su mirada que lo hace ver sexy y tierno a la vez.
Sus ojos están clavados en los míos y debo admitir que me causa un poco de nervios que alguien me mire como él lo está haciendo, luego de varios segundos él por fin habla.
— No te quiero distraer así que mejor pido lo que voy a llevar.
— Como digas — le respondo con una sonrisa.
— Dame un ramo de veinticuatro rosas blancas.
Espera, ¿Veinticuatro? Este chico al parecer es muy específico con las cosas que hace. Lo observó detenidamente y luego de varios segundos me atrevo a preguntar.
— ¿Por qué tan específico?.
Él me mira con una pequeña sonrisa, y estoy más que segura que está pensando que soy una entrometida, y si que lo soy, pero en serio esto me causa mucha curiosidad.
— Hay una persona que le gustan mucho las rosas blancas, esa cantidad en específico y me gusta complacerla.
Cualquier chica mataría por tener a alguien así de detallista en su vida, mira que complacer a alguien no es nada fácil.
— Entonces ya te las doy.
Me acerco al lugar en dónde están dichas rosas y enseguida las comienzo a tomar para envolverlas como un lindo ramo. Una vez hecho me acerco a él y se las entregó.
— Aquí tienes….son doce con cincuenta.
Él me da el dinero y vuelve a mirarme igual que lo hizo un par de segundos atrás. Juro que si sigue haciendo eso me voy a volver loca, en serio muy loca. Es que es tan hermoso que provoca abrazarlo y no soltarlo.
— ¿Te puedo decir algo? — dice por fin observando el mostrador.
— Claro que si.
— Mi madre solía decir que las personas que se despegan mentalmente de la tierra….que viajan a otro lugar en su mente…..son excelentes seres humanos y sobre todo valen mucho.
Wow. ¿Y eso que fue? Me ha dejado muda, no veo fallas en su lógica pero tampoco estoy segura de eso. Es que soy un desastre y la verdad no se si alguien sea capaz de soportar todo lo que llevo conmigo.
Mi mente nunca está dónde debe de estar, como dije antes casi siempre está en otro planeta, está fuera de órbita. Incluso mi madre muchas veces me reclama el hecho de que esté metida en mis pensamientos.
Pero…..mi mente es el único lugar en el que me siento realmente en paz, es allí donde puedo crear muchas cosas que solo yo puedo entender, es allí donde puedo ser realmente la persona que quiero ser.
Él me regala una sonrisa y comienza a caminar en dirección a la salida, pero justo antes de salir voltea y vuelve ha hablar.
— Soy Shawn por cierto.
Lo observó con una pequeña sonrisa y también le digo mi nombre.
— Y yo Bella.
Con eso sale y me deja con un montón de preguntas como por ejemplo el hecho de que ¿Su madre solía decir? ¿A caso no está con él?.
Bella no seas tan chismosa.
Pero como no serlo si él mismo me dejó con las dudas.
Pero no es tu problema, mejor concéntrate.
Tienes razón mejor me concentro en lo mío.
Pasan las horas y viene más y más personas a comprar flores de todo tipo, ¿En serio tienen que ser tan cursis? No entiendo porque lo hacen si en cualquier momento pueden separarse y terminan dándose miradas de odio.
¿Será por eso que no he logrado definir mi sexualidad? ¿Por miedo a terminar de esa manera?.
En serio soy una completa locura, pobre de la persona que me tenga que aguantar.
Muchas veces me he puesto a pensar en tantas, pero TANTAS cosa que incluso me olvidó de las personas que están cerca de mí, incluso he olvidado que justamente hoy tengo una cena junto con mi madre y otras personas en un restaurant.
Yo aún sigo en la floristería esperando a que Lana llegué para que cubra el siguiente turno, mientras eso ocurre me he puesto a arreglar algunas flores que están fuera de su lugar.
No sé cuánto tiempo pasa hasta que la campana suena en señal de que alguien a entrado al lugar, cuando me asomó para ver quien es me doy cuenta que es nada más y nada menos que el mismo chico de hace unas horas antes, pero está vez ya no está de traje, ahora tiene un conjunto deportivo de color gris.
Editado: 15.05.2023