No todo es lo que parece.
Y si las cosas de repente cambiarán.
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Aquí me huele a LGBTQ+
Pero ya veremos qué sucede.
Bella.
La soledad se ha convertido en mi más fiel compañera, es la que nunca me ha abandonado sin importar lo que haga. Nunca he Sido suficiente para nadie y cada día que pasa puedo comprobarlo por la actitud de muchas personas.
Es por eso que solo tengo dos amigos, Lana y Erick, bueno si es que él cuenta como amigo.
He leído y escuchado Miles de frases de villanos y he llegado a pensar que la mayoría tiene razón, y que el verdadero monstruo es aquel que se viste de oveja y le hace creer a todos que es bueno cuando en realidad él es el verdadero villano.
Aquel que quiere gobernar e imponer reglas, haciéndole creer a todos que es lo correcto, que es lo que realmente deben de hacer para poder tener el poder de gobernarlos sin impedimento alguno. He visto, leído y escuchado muchas hipótesis sobre el bien y el mal pero ninguna me ha llegado a convencer del todo y dudo mucho que lo haga.
— Pero mira nada más quién está por aquí — esa voz hace que voltee enseguida y al hacerlo puedo ver qué es ¿Shawn? O ¿Steven?.
En realidad no sé cuál de los dos es, son tan idénticos que no sabría cómo diferenciarlos.
Le dedicó una sonrisa y me acerco un poco a él para luego responder.
— Hola …
— ¿No sabes cuál de los dos soy cierto?.
— Exactamente, es que ustedes son tan idénticos que realmente no sabría quién es quién.
— Soy Steven, el otro día te dije que la forma de saber cuál es cuál es con nuestra forma de vestir — se acercó más cortando la poca distancia que había entre ambos — y que yo soy muy hablador.
Solo le sonreí y él se alejo de mí, llevaba puesto un jean negro con una camisa de rayas color azul, unos tenis negros y en sus manos llevaba un par de bolsas.
— Veo que estás de compras — le digo comenzando a caminar y él me sigue el paso.
— Pues mi hermano es un poco estricto con esto de estar la día con las cosas de la casa.
— Mas bien yo diría que es responsable no estricto.
— ¿Lo estás defendiendo? — pregunta el con el ceño fruncido.
Me detengo y lo observó un poco más de lo que debería, en serio son muy guapos.
— No para nada, solo digo la verdad.
Él solo me observa y sigue caminando, yo observo todo a mi alrededor y veo una tienda de helados y decido entrar no son antes volver ha hablar.
— ¿Quieres un helado?.
Él solo sonríe y asiente, ambos entramos al lugar y pedimos los helados, él pide uno de vainilla con chocolate y yo uno de fresas.
Esperamos en silencio por un ahora de minutos hasta que la chica no los entrega y él comienza a sacar dinero para pagar y yo lo detengo.
— Hey no — le digo tomándolo por el brazo — yo soy quien va a pagar.
— Eso no va a pasar.
— Yo fui quien te invito no tú a mí, así que déjame que yo pago.
— Ya te dije que no y es lo último que diré.
Solo lo observé y el me dedico una sonrisa con esa perfecta dentadura que tiene. Saco el dinero y pago, no pude decir nada más.
Ambos salimos del lugar y seguimos caminando. Nunca había conocido a alguien como él o como su hermano, así de caballeros y hermosos, tan atractivos y deslumbrantes.
A pesar de no ser muy sociable ellos me inspiran mucha confianza, es como si los conociera de otro lado pero no recordara de dónde.
Luego de un par de minutos su teléfono comienza a sonar.
— ¿Puedes sostener mi helado?.
Yo asiento y lo tomo, el saca el teléfono de su bolsillo y contesta de inmediato.
— Hola guapo.
Se queda en silencio escuchando y yo solo lo observó.
Su perfil derecho es espectacular, él en serio parece ser de otro mundo.
¿Pero que me pasa? Yo no soy así.
— Estoy frente al centro comercial, me encontré a alguien y pues me distraje.
Por alguna razón pienso que es su hermano o quizás alguien más, pues como sea ese no es mi asunto.
— Bueno aquí te espero.
Cuelga y luego vuelve a tomar el helado, me observa una vez más y luego habla.
— ¿Sabes? Nunca había visto una chica tan guapa como tú.
Siento que mi mejillas se ha puesto rojas, el calor que comienza a invadir me es algo que no había experimentado desde hace mucho.
El parece notarlo y vuelve a hablar.
— Oye no lo digo en forma de coqueteó, es solo que tus ojos son como mirar el océano o el cielo y tú cabello sinceramente es espectacular.
— Gracias — respondo con un poco de vergüenza.
A decir verdad hace mucho nadie me decía algo con respecto a mis ojos o cabello, el primero en decirlo fue Andy, pero eso fue hace tanto tiempo que me duele recordarlo.
Andy es la persona más humana y bondadoso que he conocido en toda mi vida, lastima que por mi culpa todo se haya ido al diablo. Yo lo quería y aún lo sigo queriendo pero lamentablemente él ya no siente lo mismo.
Han paso dos años desde los sucedido y aún el remordimiento me sigue torturando.
— Hey ¿A dónde fuiste?.
La voz de Steven me trae de vuelta a la realidad y parece que estuviera free te a alguien que está loca.
— A ningún lado, estoy aquí.
— Es que parecía que estabas en la luna.
— No tranquilo, en ocasiones me desconectó y me pierdo en mis pensamientos.
El sonríe y no dice más nada.
Muchas veces me he puesto a pensar en las personas que llegan a nuestras vidas, llegan sin aviso y muchos se quedan pero otros son como una estrella fugaz, duran solo un cierto tiempo y luego desaparecen.
He cuestionado muchas veces a las personas que llegan a mi vida, y eso me ha hecho perderlas y nunca vuelven.
La vida de muchos se convierte en un huracán acompañada de rayos o incluso más viento de lo normal.
Editado: 15.05.2023