Miraba con curiosidad el paisaje que me daba desde el avión, estaba nerviosa, todo lo que hice fue por un impulso del momento, también como una oportunidad para huir de ese compromiso con el tal ¿Max? Ya no recuerdo, lo que si se es que soy demasiado joven para casarme -a, pero si es él- ¡NO! Joder Leonie deja de pensar en ese estúpido.
Tomé un trago de vino tinto que pedí a la azafata, mientras miraba una serie en la pantalla frente a mí, era sobre jóvenes londinenses que son ocho hermanos, y si, estaba viendo Bridgerton, me he comprado la saga de libros de la escritora, fui una lectura compulsiva he de admitir y aunque ya me he visto la serie de tres temporadas por el momento, repetidas.
No sé porque cuando intento ver una nueva serie me quedo varada y no las termino de ver, ¿estaré enferma? Nah.
Espero que cuando llegue, no sea muy tarde para ir a visitar a Melanie, ¿será realmente mi madre?
Entonces si es así, yo tenía otro nombre, la señorita que me dijo sobre el nombre, me llamo Meryl, Meryl algo, el apellido es confuso, pero creo que prefiero mi verdadero nombre, lástima que no puedo cambiar mi nombre.
Cerré un momento los ojos cuando acabe mi copa, y apague la pantalla de la serie, decidiendo descansar un momento centrándome en mi próxima parada.
—Por favor pasajeros, abróchese los cinturones, estamos a punto de aterrizar.
Parpadee al escuchar la voz del piloto, me desperté de una vez acatando la orden, los nervios volviendo a mí, junto con la ansiedad, me alise un mechón de pelo pensando si estoy bien preparada para conocer a mi madre.
Creo que debo ir de compras.
Cuando aterrizamos me fui casi corriendo a reservar el hotel, y me fui de compras a varias tiendas, tenia pensado comprar una maleta, ropa y zapatos.
Estaba hospedada en Union Square con una suite de lujo, en New York. Aterrice esta tarde después de siete horas de vuelo, no traía nada conmigo excepto lo de mi bolso, dinero, tarjeta y algunos accesorios de pelo, nada más.
Entre a Bergdorf Goodman, y rebusque vestidos elegantes, quería dar una buena impresión a mi madre por lo que era el momento ideal de renovar mi armario, talvez alquile un departamento y viva ahí, pero eso después de verificar si mi madre está aquí.
Rezo por que sí, y por fin saber el porque me abandono, porque abandono a papá, si realmente nos quiso o sucedió algo, ¿quizás está enferma desde tiempo y por eso busca ayuda?
—Bienvenida a Bergdorf Goodman, hay algo en lo que pueda ayudarle.
Mire a la muchacha que me atendió y mi sorpresa fue clara, tenia rostro de una pequeña de trece años, un poco alta si, pero menor de edad.
Qué carajos esta pasando ¡Esto en trabajo infantil!
Oculté mi escándalo y le sonreí.
—Oh, hola. La sección de vestidos por donde es.
—Por aquí señorita.
La seguí, pero mi curiosidad me estaba matando, necesitaba saber que no estaba sufriendo o quizás así eran las cosa en New York.
—Sin malas intenciones, eres muy joven para trabajar por aquí ¿no?
Ella me sonrió de lado, casi burlonamente.
—Tranquila, la verdad es que es temporal, es un castigo de mi tío.
—¿Castigo? —pregunte incrédula.
—Se que no lo dices con mala intención, pero debes intentar trabajar sin depender del dinero de tus cuidadores.
—Oh, así que no es fijo.
—Dios me libre, se que soy una chica privilegiada, pero según mi tío debo trabajar y ganar experiencia de algo.
—Pero, tienes trece— susurre con lastima
Ella se rio un poco mientras me entregaba varios tipos de ropa, las mire bien y era de mi gusto.
—No tengo trece, sé que parezco, pero tengo veinte años.
—Perdón —la mire bien— ¿enserio?
—Si, no eres la primera que me confunde con una niña de trece. — tomo un body negro de mangas largas—¿usas esto?
—sí, también de magas cortas. O wao.
—Jaja lo sé, por cierto, soy Gaby, bueno Gabriela, pero me gustan que me digan Gaby.
—Soy Leonie, puedes decirme Lenny o Leo.
—Un gusto entonces, llevaras más cosas o solo pocas.
—Un poco de todo un poco de nada.
—Buena elección, mídete lo que tienes, te traeré lo más recomendable.
—Gracias Gaby.
La mire irse a por más tipos de ropa, y me empecé a medir en los vestidores, es la primera persona con la que mantengo una conversación sin cerrarme, me mire en el espejo y aunque me vi a mi misma, también vi a otra persona.
Se que mi cuerpo no es el más voluminoso, pero tengo una cintura de avispa y un vientre plano que siempre trato de mantener con yoga o pilates, el ejercicio fuerte me hace tener colitis, una vez intente hacer la rutina de James y casi me voy y no en el buen sentido.
Me reí un poco, sintiendo una corazonada, sé que James me encontrara tarde o temprano, el es muy capacitado para eso, quizás nunca pensó que su protegida que se la pasaba en casa nunca intentaría fugarse a otro país, espero que sea tarde, no quiero verlo, no ahora.