Somos Veneno.

10.

Victoria:

Wek le indica a los demás que pueden irse, luego de habernos explicado cómo será todo a partir de ahora, Cameron, Lowell y Zaphire seguirán con su trabajo de acompañantes, mientras que los demás nos dedicaremos a una nueva labor que Phanton no quiso revelar. Zed seguirá viviendo con nosotros, mientras que Aqua y Keyler deberán marcharse. Al fin algo de alivio para Zaphire.

Skylar sigue siendo un fantasma en todo este esquema, ninguno ha hablado mucho de ella y las Anclas simplemente no la conocemos, por lo que he oído, es una mujer que anda de fiesta en fiesta, viviendo todo a flor de piel, mientras que el pobre Cameron está encerrado aquí debido a ella.

—Usted no, señorita Steph —dice Wek, deteniéndome y Zaphire me lanza una mirada de desconfianza debido a la situación.

— ¿Sucede algo, Wek? —pregunto mirándolo a los ojos, luce tan regio y elegante como de costumbre.

—Sí, tenemos cierta información que es de importancia para usted y su hermano —dice cruzando sus manos tras su espalda, Zed entra en la oficina del gerente del restaurante y se para a mi lado.

Destila una fragancia embriagante que no logro identificar, sus ojos verdes lucen duros y cuando me mira, pareciera querer asesinarme.

—Vamos, Wek, suéltalo —dice el híbrido finalmente.

—Tenemos noticias de su madre, Ingrid Steph —suelta y no puedo creerlo—, los contactos de Phanton la han visto merodear por la zona, creemos que podría hacerle algo a su hermano, dado que ella es un...

—Demonio completo —Phanton entra en la habitación, es la primera vez que lo veo con un traje negro y normal, su cabello verde cae en rizos rebeldes sobre su rostro y no trae la galera de siempre—. Temo informarle que su madre ha sido consumida en su totalidad por el demonio parásito que la poseía, por lo tanto, se deja llevar por sus deseos más oscuros. La han visto perseguir al joven Ryan y es posible que termine lastimándolo si no se actúa.

Trago duro, tratando de procesar toda esta nueva información que parece querer ahogarme. Mi madre sigue con vida, al menos su cuerpo. Está cerca, está buscándonos... pero es un monstruo.

— ¿Actuar? ¿Van a matarla? —pregunto acercándome a mi jefe y sonríe de lado.

—No hay otra salida, es un demonio y no se rendirá si lo que quiere es atraparlos, hemos registrado asesinatos cometidos por su mano, no nos conviene tener a la ONP cerca nuestro, si se llegaran a enterar que mi hogar es asilo de híbridos, me encerrarían por violar la ley —dice cruzándose de brazos.

—Yo me encargaré de ella —dice Zed—, será rápido.

—No pueden matarla... es mi madre —murmuro, todo me da vueltas—. Debe haber otra forma, tiene que existir otro camino.

—Escucha, humana —espeta el híbrido tomándome por los hombros de forma brusca para que lo mire—, ya no es tu madre, es un demonio asesino encaprichado con ustedes, ¿quieres poner la vida de tu hermano en riesgo? Porque va a atraparlo de lo contrario y ninguno de nosotros irá tras él.

—Así que esa mujer lunática sigue con vida —La voz de Ryan me hace dar un respingo y cuando lo miro, su rostro es el reflejo de la confusión y el enojo—. Lo sabía.

—Ryan, es mejor que te vayas —digo—, esto no es problema tuyo, ¿bien?

— ¿Qué? ¿Cómo puedes decir eso? ¡Es mi madre también! —exclama arrojando su mochila de la escuela a un lado y Wek se acerca.

—Contrólate, Steph, estás en presencia de Phanton.

—Me importa una mierda —masculla mi hermano y Phanton lo toma del mentón, sorprendiéndolo con el acto.

—Creo que todos estamos siendo demasiado suaves contigo, querido Ryan —dice y se me pone la piel de gallina—, es hora de darte un pequeño choque de realidad.

⸺Señor, por favor ⸺ruego acercándome, pero la frívola mirada que me lanza me deja paralizada, miro a Wek en busca de apoyo, pero niega lentamente con la cabeza.

⸺Le aconsejo que venga con nosotros, señorita Steph, ambos serán promovidos a lo que les enseñaré ahora, lo mejor será que se vayan haciendo a la idea.

~•°•~

Bajamos por unas escaleras de un área del edificio que se nos tenía rotundamente prohibida, quisiera tomar la mano de mi hermano, pero Phanton lo está llevando. Mis manos tiemblan como gelatina, mi jefe es peligroso, nunca había tenido un problema con él y Ryan jamás mantuvo la suficiente conversación con este hombre. Estuvo mal su comportamiento y lo sé tanto como él.

⸺Señorita Steph, ¿tiene miedo? ⸺pregunta Phanton sin siquiera mirarme⸺, puedo sentir su corazón acelerarse, pequeña. No hay de qué temer, créame, a no ser que duden en su trabajo.

Miro a Zed, quien también me dirige una mirada de confusión y se acerca un poco.

⸺Dame la mano ⸺dice y frunzo el ceño⸺, vamos ⸺La toma por sí mismo y mira al frente unos segundos para asegurarse de que el jefe no nos está mirando.

Levanta mi mano, la suya está fría, como la de un cadáver. Traza con su dedo unas letras sobre mi piel, deletreando unas palabras: SÉ QUÉ SUCEDE, MÁS VALE QUE NO HAGAS NADA ESTÚPIDO, ES PELIGROSO.

Mis ojos encuentran los suyos, ya rojos por alguna razón y trato de calmarme, si Phanton de alguna forma puede saber si tengo miedo, lo mejor es que lo disimule. Estando Zed presente, dudo que pueda hacerme algo, pero el híbrido no protegerá a Ryan.

Las escaleras terminan en una enorme puerta de acero, mi jefe la toca y un brillo verde envuelve su mano, haciendo que la puerta se abra.

Todo está oscuro dentro de la habitación a la que nos invita a pasar. Un olor extraño lo consume todo, comienzo a escuchar voces, gemidos, pedidos de ayuda y es cuando las luces se encienden.

Una especie de laboratorio se extiende frente a nosotros, un pasillo que da a lo que parecen ser, múltiples celdas. A ambos lados del lugar, hay unos tipos de camillas que sujetan a personas, las cuales se ven muy lastimadas y piden ayuda. Ryan me mira sin entender lo que sucede y aprovechando que Phanton lo suelta, me acerco a él.




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