Zaphire:
— ¿Dónde crees que están los otros? —pregunta Lena, cruzándose de brazos.
—No lo sé, pero me preocupan —mascullo sentándome en la cama a su lado—. Espero que estén bien.
—Cameron seguía algo enfermo la última vez que lo vi...
—Pobre Cameron, espero que esté con su híbrida al menos —musito estirándome un poco.
Son las dos de la mañana, pero con todo lo que ha estado pasando estos días, no puedo dormir lo suficiente. Liliana y los demás vampiros me explicaron algunas cosas, pero no lo suficiente, dado que Gravity andaba molestando siempre.
Al menos descubrí que puedo alimentarme de tanto ángeles, como demonios o híbridos. Me han dado sangre de demonio, sabe un tanto más agria que la de Gravity. Pero prefiero alimentarme de eso, antes que de ella.
Por más que beber de una copa no se compara para nada con hacerlo desde el cuello de alguien. El calor que la sangre posee y como fluye. No es para nada lo mismo, pero lo prefiero antes que seguir torturando a la híbrida.
— ¿Dónde está Gravity? —pregunta y me encojo de hombros.
—Debe estar en alguna parte de la casa —mascullo—. ¿Por qué?
—No me estoy sintiendo muy bien y sabes que nuestro lazo... —explica y empalidece—. Mi mano me quema mucho.
Frunzo el ceño y tomo su mano, huele a quemado y se ve sumamente doloroso.
—Espera aquí —ordeno levantándome.
Salgo de la habitación y camino por el sombrío pasillo con cuadros macabros en las paredes azul marino. Varias puertas aparecen a mi alrededor.
Según me explicó Liliana, hay un total de treinta vampiros viviendo aquí. Solían ser más, pero varios han estado desapareciendo. Los han estado buscando, pero no hay rastros.
— ¿Qué haces deambulando tan tarde? —pregunta una voz, asustándome.
Me giro para ver a Mika, con una bandana sujetándole el pelo para que no le moleste en los ojos y vistiendo ropa básica bajo un overol negro.
—Dicen que los vampiros somos creaturas nocturnas, pero hay quienes se acuestan temprano —musita arqueando una ceja.
— ¿Has visto a Gravity? —pregunto sin rodeos.
—Por suerte, no. Es desagradable, ¿por qué sigues junto a ella?
—Me ha ayudado en muchas cosas, me permitió beber su sangre, además de que Lena es mi amiga y está conectada a esa híbrida —explico cruzándome de brazos.
—Así que te permitió beber de su sangre, ¿Lily te ha contado al respecto de nuestra mordida?
—Sí, ya he hablado con ella al respecto, estoy bebiendo de otra forma, no voy a seguir lastimándola —mascullo alejándome un poco.
—Ella lo disfruta. —Sonríe de lado, dejándome ver uno de sus colmillos—. De esa adicción no puede salvarse nadie y la abstinencia es dolorosa —dice apareciendo de repente a mi lado—, corrosiva —susurra en mi oído—, letal.
Respira en mi cuello y pongo distancia entre nosotros.
—Bellamy mordió muchas partes de mi cuerpo, aún así yo no quería más.
—No, porque él era un Pura sangre. Ellos transmiten el virus, nosotros, los impuros logramos la adicción y no convertimos a otros en vampiros —explica cruzándose de brazos—. Por eso bebemos hasta la muerte de la presa, para no dejar locos sueltos.
La idea de sus colmillos cerca de mi cuello despierta algo en mí, un extraño y repugnante deseo que no logro comprender. Solo puedo ver a Bellamy en mi mente.
Su mano ahueca mi rostro, mientras su boca se acerca a mi cuello.
—Creí decirle a tu jefa que si tocaban a la castaña, arderían —dice Gravity poniendo una mano en el hombro de Mika y haciéndolo crujir.
— ¿Quién te crees que eres, monstruo? —espeta el vampiro empujándola fuertemente contra la pared.
La híbrida está cubierta con sangre.
—Solo eres un Mosquito, ¿crees que eres rival para alguien como yo? —dice ella con burla y me toma por la muñeca para arrastrarme por el pasillo.
Me empuja dentro de la habitación donde está Lena y cierra con el pestillo.
— ¿Qué te sucede? —espeto—, ¿Y esa sangre?
—No es mía —masculla tomando sus cosas—. Nos vamos, ahora.
— ¿Por qué? —pregunta Lena levantándose.
—Porque estoy harta de este lugar. ¿No entienden nada? Wek nos trajo aquí, seguimos atadas a Phanton y yo... —Le tiembla un poco la voz—, yo debo seguir con mi maldito trabajo si no escapamos.
—No puedo irme —digo retrocediendo.
— ¡¿Por qué quieres quedarte aquí?! —chilla la híbrida acercándose y me alejo más.
— ¡Porque soy un maldito vampiro, Gravity! ¡No voy a volver a alimentarme de ti nunca más! ¡Prefiero quedarme aquí y aprender a controlarme que ir contigo y dañar personas! —espeto sentándome en la cama—. Te agradezco todo lo que hiciste por mí, pero hasta aquí llego yo, no voy a seguirte ésta vez.
Está furiosa y sus ojos se tornan rojos por ello. Cierra sus puños con tanta fuerza que sus uñas hacen sangrar sus palmas. Toma a Lena del brazo y mi amiga me mira con preocupación.
—Bien. Quédate con estos engendros, después de todo en verdad perteneces aquí. —masculla y levanta a su Ancla en brazos, ignorando sus protestas.
Se acerca a la ventana y salta por ella sin siquiera mirar atrás o despedirse.
«¿Qué demonios acaba de pasar?»
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Sanka:
—V-Volveremos a casa, con papá y todo estará bien —murmuro mientras masajeo mi vientre y las lágrimas caen por mi rostro.
Sé que voy a morir. Creo que no puedo estar más consciente de ello, pero por alguna razón tengo la necesidad de mentirle a los bebés que crecen dentro de mí, que ni siquiera saben lo que es el mundo. Como si comprendieran lo que les digo.
Los estudios que me hicieron fueron dolorosos en muchos sentidos, pero no tuve un aborto espontáneo por alguna razón, me resulta extraño y hasta hace unos días, esperanzador. Pero ya no queda nada de ese sentimiento.