Somos Veneno.

28.

Zed:


Destrozo el espejo frente a mí y me quedo mirando cada uno de los trozos de vidrio enterrados en mi carne. Respiro agitadamente. Todo es rojo a mi alrededor, todo está nublado por mi ira y desesperación.

Me siento traicionado.

Keyler y Skylar fueron mis aliados durante mucho tiempo y ahora me dan la espalda. Skylar me golpeó y humilló frente a su jefecita, como si no le importara nada.

No, nunca le importa nada, a veces se me olvida ese pequeño detalle de ella.

Es como si olvidara todo lo que sufrimos como grupo, todo lo que vivimos juntos. Están tirando todo a la basura y no comprenden lo que sucede a su alrededor. La desesperación por sobrevivir los está arrastrando a la esclavitud.

Algo muy grande y peligroso se viene, lo sé. Y separados no viviremos para contarlo. Aqua y Xavier no son mi prioridad, no me interesa en dónde estén. Pero Gravity y los mellizos son necesarios para mí. Son poderosos, no tienen piedad y siguen mis órdenes.

O lo hacían, al menos.

Phanton nos destrozará si nos encuentra, nos hará cumplir con el contrato, y eso es vitalicio por el lado de las Anclas. Si Victoria muere, el contrato tiene un alto y debe ser renovado, pero si me alejo de todo eso, Lilith no me daría un Ancla.

Y si yo asesinara a Victoria, el contrato dice que me asesinarán también.

—Vaya, alguien está enojado —dice una voz a mis espaldas.

Aqua está en la habitación cuando me giro, cruzada de brazos y con un vestido demasiado corto y apretado. Resalta sus curvas, o las pocas que tiene. Sus labios borgoña me sonríen de lado y sus ojos grises se fijan en los míos.

— ¿Qué mierda haces aquí? —pregunto con brusquedad—, ¿Dónde has estado? ¿Tienes idea de todo lo que ha pasado mientras tú estabas jugueteando por ahí?

—Sí, claro que lo sé. —Se encoge de hombros y se acerca—. Por eso vine por ti, vayamos a divertirnos un rato.

— ¿Divertirnos?

Por estas razones Aqua es la menos importante en este grupo. Cree que todo es un maldito juego.

—Así es, vamos, estás tan estresado... —Desliza uno de sus dedos por mi pecho y ruedo los ojos.

—Aléjate de mí, me das asco —mascullo tomando su muñeca y alejando su mano.

Ella arquea una ceja.

—Mira, no estoy de humor para estupideces. Si quieres quedarte, bien. Pero los otros han cambiado de bando al parecer —informo soltándola—. No me fastidies, Aqua.

— ¿Qué ha pasado, Zeddy? ¿Problemas con Skylar? —musita con burla.

Odio que usen ese maldito apodo, lo detesto. No soy un oso de peluche para que me llamen así.

—No sé de qué me hablas. —Trato de sonar indiferente.

— ¿En serio? No es lo que escuché.

Al diablo con dejarla quedarse en este departamento.

—Pues me importa una mierda lo que hayas escuchado, sal de aquí. De todas formas no me sirves.

—Vamos, ¿por qué no te dejas llevar un poco y la dejas ir de una vez? —pregunta aún con esa sonrisa.

Sonrío de lado.

—Para que te hagas una idea, si fueses la última mujer en el universo, me haría homosexual. Ahora lárgate —espeto y abro la puerta para que se vaya.

Entonces veo a Wek tras ella.

La cierro en su cara y miro a Aqua, ella alza las cejas como un gran "perdiste".

Aprieto mis puños y siento los trozos de vidrio aún entre mi piel.

— ¿Qué tratas de hacer? ¿Entregarnos a todos? —exclamo tomándola por el cuello—. Voy a hacerte pedazos de una vez por todas.

—Yo no haría eso si fuese tú —dice posando su mano en la mía y mis heridas arden por el contacto.

—No lo haga más difícil, señor Kabock. —Oigo que dice Wek a mis espaldas.

Dejo fluir mi transformación entonces, las alas de fuego queman mi espalda y siseo levemente. Arrojo a Aqua contra la pared y me giro para encarar al sirviente de Phanton. Su cabello está peinado hacia atrás y sus ojos brillan tras esos lentes finos.

—No volveré con Phanton —aseguro retrocediendo y me impulso con mis alas hacia la ventana más cercana.

Dejo fuego quemando la habitación tras de mí, pero no me importa. Necesito escapar, pero me estoy exponiendo demasiado. Wek no tarda en seguirme por los tejados de las casas, así que me elevo.

Saco mi celular y desciendo rápidamente, sin importarme que los demás humanos me vean. Sobrevuelo la calle y los autos en ella, mientras que el sirviente se ha quedado atrás.

Marco el número de Sean y ruego porque me atienda. Puedo deshacerme de Aqua, pero no puedo decir lo mismo de Wek.

— ¿Dónde estás? —Es lo primero que dice al atender.

Sonrío con alivio, Sean es capaz de ver leves aspectos del futuro de vez en cuando, sin duda vio todo lo que pasó.

—Cerca de tu casa, dime que estás libre —musito doblando en una esquina y ascendiendo a la par de un rascacielos.

Voy en camino, trata de no estallar —dice y cuelga.

Me paro sobre la terraza y busco con la mirada a Aqua o a Wek. No los veo, pero deben estar muy cerca.

Esa mujer siempre está sedienta de sangre y no durará en atacarme con todo lo que tiene. La desestabilización que ha sufrido mi lazo con Victoria cuando fue llevada al cielo me deja algo debilitado en comparación a ella.

Un portal se abre frente a mí y una luz multicolor me ciega por un momento, aunque no tarda en disiparse. Sean salta frente a mí, con su cabello castaño revuelto y sus orejas de zorro descubiertas. Sus ojos brillan en varios colores mientras se acerca.

—Están a unas cuadras, puedo sentirlos —informa—, te recomiendo que te transformes completamente.

Asiento y suspiro. Mi piel empalidece, siento un hormigueo en mis ojos, lo que indica que se han tornado negros. Mis uñas crecen y se oscurecen, marcas aparecen en mis extremidades, siento viejos hechizos con los que me betaron del infierno. Por suerte, he canalizado toda esa energía oscura a mi favor.




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