Somos Veneno.

32.

Victoria:


La puerta de la habitación de mi madre se abre y veo a la jefa de la ONP entrar, seguida de Allen y dos agentes más que no conozco. Me siento sobre la cama al instante, luego de unas revisiones médicas, había quedado exhausta.

—Señorita Steph, seré directa —dice Georgina sentándose en el sillón del cuarto—. Dado que en nuestra primera reunión nos dedicamos a rellenar sus datos para los registros, no tuvimos oportunidad de hablar sobre su misión.

— ¿Mi misión?

— ¿Acaso piensa que la hospedamos aquí a cambio de nada? —Arquea una tupida ceja anaranjada—. Bien. ¿Su madre le habló sobre el lazo que comparten?

—No, supongo que se le pasó esa parte —mascullo.

—Ingrid siempre tan despistada. —Rueda los ojos—. Gracias a ese lazo que tienen, o conexión, mejor dicho. Tu madre sabrá si estás herida y tu ubicación, no importa dónde estés, sabrá llegar a ti.

—Algo parecido a mi lazo con Zed...

—No sabemos mucho sobre los lazos entre híbridos y Anclas, los humanos no soportan las pruebas que deben hacerse —explica Allen—. Lo único que sabemos, es que hay distintos tipos, emocionales, físicos y espirituales. El mío, por ejemplo, es espiritual.

— ¿Eres un híbrido?

—Así es. —Sonríe de lado—. Y tu híbrido me debe un par de favores que con gusto cobraré cuando venga por ti.

Alzo las cejas, sorprendida. Es uno de ellos, pero no lo parece, no irradia esa energía oscura.

—Señorita Steph, concéntrese —protesta Georgina y la miro a los ojos—. Usted ha sido secuestrada y alterada por un arcángel. Es un delito grave allá en el cielo, si es que descubren quién lo hizo. Sangre de ángel corre por sus venas y también circula veneno de demonio inactivo. Podemos utilizar todo eso a nuestro favor —explica—, ya no es solo humana, pero tampoco es una híbrida. La alteraremos genética y espiritualmente, luchará para nosotros en la guerra que se acerca. Un grupo de ángeles se está aliando con el infierno y planean hacer uso de los sellos del apocalipsis. Si los jinetes aparecen, será el fin para todo lo conocido.

—La ONP posee cinco de esos siete sellos, dos de los jinetes están desaparecidos, pero nos ha llegado información de una posible ubicación de ellos —informa Allen—, el primer jinete en llegar será el de la victoria, cuyo sello está perdido.

—De todas formas, hay tres sellos que deben ser rotos antes de que esas criaturas lleguen a nuestro mundo —dice Georgina—. Por suerte, tenemos esos sellos en nuestro poder. Pero el enorme problema es el inminente ataque que podemos sufrir en cualquier momento.

Es demasiada información que procesar. ¿Quieren alterarme genéticamente?

— ¿Qué es lo que quieren hacerme? —pregunto con cautela.

—Transformarla en nuestra arma —suelta la pelirroja sin cambiar su fría expresión.

— ¿Seré una especie de Terminator para ángeles? —musito con el ceño fruncido.

—Que bueno que lo entiendes. —Sonríe de lado el rubio.

—Su caso no es único, señorita Steph. Tenemos otros tres individuos que pasaron por una transición como la suya.

—Y habrá más —musita Allen—, mientras más tengamos, mejor será la seguridad. Hay humanos dispuestos a pasar por un proceso así.

Un nudo se aprieta en mi garganta al escuchar algo así. Una cosa es que suceda por un desafortunado accidente, pero que alteren humanos para esto... No se oye bien.

—La sangre de ángel es altamente curativa —dice Georgina—, aunque algo adictiva. Los humanos que sufren enfermedades terminales y están desesperados accederán. Pero queda en ellos tolerar el proceso o no. Les brindaremos habilidades que los ayudarán en la lucha. Llevarán nuestro emblema y serán dirigidos por dos de los mejores agentes que la organización ha visto. Allen Webster y Hardy Montgomery.

—Creemos que podríamos explotar tu vínculo con Zed Kabock, realmente es uno de los híbridos más poderosos que se haya registrado. Después de mí, claro —dice el rubio—. Oh, los mellizos Sheridan también son bastante hábiles y según tengo entendido, están con Kabock.

—Así es —confirmo abrazándome a mí misma—. ¿Cómo sería eso de explotar el vínculo?

—Robarle poder —explica Georgina—. Realmente dudo que sea la gran cosa, si es que resulta. —Desvía la mirada por un segundo—. El contrato que hará con nosotros será vitalicio, peleará para esta organización y recibirá nuestras órdenes, a cambio, le brindaremos la cobertura de todas sus necesidades vitales. Comida, alojamiento, un lugar donde dormir, etcétera. Y cuando todo este asunto de los jinetes termine, el pago de su sueldo. 

— ¿Podrían al menos explicarme esto de la alteración...?

Todo esto es demasiado. Pelear contra ángeles, contra demonios y lo que sea que venga... Que el contrato sea vitalicio y que traten de transformarme en algo que no logro comprender.

—Se le harán transfusiones de sangre angelical y demoníaca. El veneno en su interior reaccionará ante ello, causando cambios físicos. Utilizaré mi magia para activar todo esto, mientras fortaleceré su alma para que sea capaz de resistir todo eso. Si todo sale bien, en las próximas semanas estará lista para pelear.

Asiento.

— ¿Me darán un tiempo para decidir esto? —pregunto y Georgina sonríe.

— ¿Acaso está jugando con nosotros? No hay tiempo. Si no acepta el trato, nos encargaremos de desvincularla de Zed Kabock y dirigir su alma hacia el lugar que merece, y si sobrevive al desgarramiento del lazo, será encerrada, porque es peligrosa si no es controlada —dice—. No podemos esperar a que lo consulte con la almohada, señorita Steph, hay vidas en riesgo.

—Mi hermano está en manos de Phanton, ¿cabe la posibilidad de que podamos hacer algo al respecto? —explico mirándolos a ambos.

—Willbur Phanton debe ser neutralizado. No podemos seguir permitiendo que lidere todo el mundo paranormal, el poder que posee no nos beneficia en nada —dice Allen—. Liberar a tu hermano sería una tarea un tanto difícil en este momento.




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