Freddy no lograba conciliar el sueño, el recuerdo de lo que había averiguado lo llenaba de pesadillas, no era capaz de creerlo. Los días siguientes fueron duros para Raíza, pues Freddy no atendía sus llamadas telefónicas o personales y cuándo lo hacía, Freddy siempre le decía que estaba ocupado. Freddy también sufría por la duda que lo atormentaba cada día, pero prefería no disuadirla. Cada noche, durante todo un mes, Freddy se rompía la cabeza pensando en el por qué Raíza le había ocultado algo tan importante y para qué haber mantenido un matrimonio en el que ella aparentemente no era feliz, lo que le hizo llegar a la única decisión posible
- He tomado la decisión de divorciarme de Raíza – le dijo a Rubén
- No te parece muy precipitado, ni siquiera has hablado con Raíza del problema que te aqueja que ni yo, tu amigo, lo conozco.
- No te preocupes Rubén, pronto lo sabrás.
- ¿Hablaste con un abogado? Insisto que deberías hablar con Raíza a tratar a arreglar las cosas
- No hay vuelta atrás Rubén, ya hace unos días hable con un abogado para que preparara los trámites del divorcio y voy a su oficina para que lo inicie de una vez.
- ¿Con qué causa la vas a solicitar? – preguntó Rubén
- Mi infidelidad
- Vamos Freddy, no puedo asegurar que no hayas tenido una aventura de una horas, pero tu amor por Raíza se ve a la distancia. No cometas una locura, habla con Raíza, dale la oportunidad de que puedan hablar de esto primero.
Freddy se despidió de Rubén y se dirigió a su abogado para que iniciara el proceso de divorcio por su infidelidad. En el fondo la razón del divorcio no era la correcta, pero Freddy estaba seguro que Raíza estaría de acuerdo con el divorcio después de haberla tenido alejada de él durante un mes.
El abogado notificó a Raíza para que ella nombrara un abogado. Raíza no podía creerlo, Freddy le había sido infiel y tal como lo esperaba Freddy, Raíza se enfureció muchísimo, no sólo por al fin admitir la infidelidad, sino por todo lo que le dijo el día que se marchó que para ella no era más que vulgares mentiras. Aquella desesperación por el desamor de Freddy se habían convertido en furia, ir y sed de venganza para Raíza ¿por qué no se lo dijo día que se fue? Raíza no podía creer lo cruel que Freddy había sido por tenerla todo un mes con la esperanza que regresaría, o al menos eso pensaba ella.
Unas semanas después de iniciado en la corte el divorcio, Raíza, Freddy y los abogados se reunieron para que cada esposo expusiera sus exigencias y tratar de llegar a un acuerdo que simplificara el proceso de la corte. Raíza, ciega de ira, exigió que le dejara todo, incluso la custodia total de los niños y la manutención. Freddy accedió a todo lo que Raíza pidió y añadió rechazar su derecho al régimen de visita con sus hijos. Los abogados estaban anotando todo lo acordado mientras Raíza miraba asombrada a Freddy que yacía cabizbajo y lleno de lágrimas en su silla.
- Un momento Freddy – dijo Raíza – no te voy a negar que estaba en mis exigencias, pero mi abogado fue claro conmigo que eso sería muy dañino para los niños. Por mucho que te odie en este momento, entendí que nuestros hijos no forman parte de este divorcio y si bien pedí la custodia total de ellos, ya el abogado me explicó que no era posible, pues siempre has sido un excelente padre y te extrañan muchísimo ¿Tampoco los amas? ¿Ya no son nada para ti?
- Amo muchísimo a los niños, lo son todo para mí, pero creo que estarán mejor si no estoy en sus vidas, créeme es lo mejor.
- No me engañas Freddy, los profesores de los niños me han dicho que has ido a hablar un rato con ellos cada vez que ellos pueden y ahora dices ésto ¡Aquí hay algo que no cuadra! ¡No te creo que no quieras ver a tus hijos! ¡Dime la verdad¡ ¿Por qué nos estamos separando? ¡Te lo exijo! – dijo enfurecida Raíza
- Te amo demasiado, entiende, deja que sea yo la razón del divorcio y sigamos con nuestras vidas
- ¿Insinúas que soy yo la razón? ¡Jamás te he sido infiel! ¿Qué te pasa Freddy?
Freddy le entregó un sobre que tenía dos hojas. Raíza las leyó y palideció.
- Debe haber un error Freddy, ellos son tus hijos. ¿Qué clase de broma macabra es ésta? – dijo Raíza con lágrimas de indignación y rabia
- No lo es. La realice varias veces con el mismo resultado, esos niños no son mis hijos biológicos y no sé qué haré para vivir sin ellos. No me importa quién sea su padre, pero porque te amo demasiado, quiero que seas libre para que puedas criarlos con él – dijo Freddy y bajo la cabeza
- ¡Tú eres el único hombre con el que he estado! ¡No conozco otro! ¿Cómo dudas de mí de esa manera? ¿Por qué te hiciste esa prueba de ADN? Nunca te di motivos para que sospecharas que te era infiel.
- Recuerdas que este año tuve que asistir a una clase de biología de Junior, bueno en esa clase el profesor nos dio unas pruebas de ADN que se compran en la farmacia para demostrar a los estudiantes la importancia del ADN, sobre todo porque había padrastros o padres adoptivos. La prueba de Junior resultó negativa, lo que significa que no soy el padre biológico de Junior.