Aunque con algo de dificultad, Raíza logró hablar con Freddy para invitarlo a la oficina de Roberto. Al principio Freddy se negó, pero ante la insistencia de Raíza se apareció en la oficina de Roberto.
- Pasa Freddy, yo no muerdo y tú lo sabes – dijo Roberto con una amplia sonrisa – si yo quisiera hacerte daño no te llamaría a mi oficina, ¿cierto?
- No te niego que estoy muy nervioso, pero no porque piense mal de ti, sino que no me vas a convencer que siga casado con tu hermana, no es justo para ninguno de los dos.
- Tranquilo Freddy, no te llamé para eso, no pienso hacerte cambiar de opinión. Nunca me he metido en las decisiones de las parejas, porque al final el que se mete es el que queda de malo en la pareja. En fin, te llamé para hacerte un par de preguntas a ver si podemos mejorar las cosas
- Tú dirás – dijo con desgano
- ¿Te has hecho una prueba de fertilidad?
- Realmente, no – dijo con mirada de asombro
- ¿Qué muestra tomaron para hacerte el ADN?
- Me sacaron sangre ¿Por qué?
- Si eres infértil, es lógico que los niños no sean tus hijos, pero por otro lado si eres fértil, existe la duda de que seas o no el padre de ellos ¿Correcto?
- En eso tienes razón, pero las pruebas de ADN fueron definitivas
- Compláceme y sígueme en juego. Lo primero que vamos a hacer es una prueba de fertilidad. ¿Sabes cómo se hace?
- Supongo que necesitan mi semen, así que, imagino cómo
- Haré una cita en un laboratorio que la policía usa para caso de violaciones y vamos los dos para allá y lo más importante, no quiero que hables de esto con nadie, ni siquiera con tu abogado o amigos.
- Necesitas venir, ya es bastante vergonzoso sin Raíza a mi lado.
- Pues tendrás que conformarte conmigo, Raíza y Fabiola deben saber que estoy a cargo de ayudarte a tomar la mejor decisión antes de continuar el divorcio.
Freddy y Roberto fueron hasta el laboratorio, pero como no era un caso urgente, le dieron la cita para la semana siguiente. Roberto regresó a casa y aún Raíza lloraba desconsolada con Fabiola a su lado
- Hola muchachas ¿Aún tristes? Ya estoy aquí.
- No seas Patán con tu hermana
- Raíza, debes tranquilizarte, estoy haciendo lo mío lo más rápido que puedo, lo único que puedo pedirte es que hagas que el abogado retrase un mes la próxima reunión con el juez. Necesito ese tiempo para ayudarte.
- Pero, ¿Cómo podrás ayudarme? – preguntó Raíza
- Te voy a tratar igual que a Freddy, los voy a mantener desinformados de lo que estoy haciendo. Y tú Fabiola, si llegas a preguntarle a alguno de los policías o cualquier persona lo que estoy haciendo, esa persona sufrirá las consecuencias. Nunca le he hecho caso a tus obsesiones porque me hacen sentir muy bien y les hago creer a mis agentes que no me doy cuenta. En este preciso caso necesito que confíes en mí ¿Está claro Fabiola?
- Por supuesto. Si es tan importante para ti, lo será para mí – dijo Fabiola
- Sabes que esta noche te toca el sofá y a mí la cama – le dijo Roberto a Fabiola
- Lo que tú digas, pero no vengas gateando de noche – le dijo a Roberto guiñando un ojo
- ¡Ah! Otra cosa Raíza, la próxima semana voy a llevarme a mis sobrinos un rato a la estación para enseñarles cómo es mi trabajo
- Que preten...
- Ya hablamos de esto – interrumpió Roberto a Fabiola.
Tanto Raíza como Fabiola no entendían la necesidad del hermetismo de Roberto, pero no había de otra, había que esperar los resultados de la investigación de Roberto.