Para mamá que nunca entiende lo que pasa por mi cabeza.
Alicia: ¿Cuánto tiempo es para siempre?
Conejo Blanco: A veces sólo un segundo.
Lewis Carroll
LISTA DE DESEOS
COSAS IMPOSIBLES
1.- Besar por lo menos a cinco chicos.
2.- Perdonar a Julio.
3.- Cocinar un pastel.
4.- Aprender inglés.
5.- Escribir algo que no sea para la revista.
6.- Hacer el amor.
7.- MORIRME.
PRÓLOGO
Estoy en casa. Son aproximadamente las 11 de la noche, tengo que empezar a escribir un artículo sobre bienes raices y la mejor elección de una casa según el tipo de familia que tengas o quieras tener. Ridículo. En estos momentos no me importa si el tamaño o el color importan si incluso tienes o no, mascotas. No me concentro, lo único que cruza por mi mente es el caos de mi vida.
Así que cuando las yemas de mis dedos tocan las teclas de la computadora, escribo lo siguiente:
Me hallo entre escombros que señalan como recuerdos, en esa casa que se dice memoria y cada partícula de polvo, cada destello de luz, cada bicho que sale corriendo de cada rincón; son momentos, sueños y locuras que un día ocuparon eso que llaman vida.
Afuera el clima es templado. Yo tengo frio y ganas de llorar. Borro lo que acabo de escribir y decido dormir un poco, solo un poco, porque ya he dormido bastante. Por ahora no me interesan las casas y las familias de portada de revista. Ahora solo me atrae la textura de mi cama. Dejo la computadora encendida por si las ideas deciden brotar en plena madrugada.
No importa mucho mi nombre; si soy rubia, morena, alta o me falta una ojo. Porque eso no importa realmente. De hecho, nunca van a escuchar si tengo 17 o estoy a punto de cumplir 30 años. No importa el lugar, si son los 90's o el 2070, no interesa quién ni cuándo sino el cómo y el por qué. No fue mi apariencia la que me trajo donde estoy justo ahora, frente a un aparato inanimado que aún así me observa, esperando mucho de mí. Lo que me ha echo estar donde estoy, literalmente tumbada en mi cama, es algo más concreto que muchos conocen como <decisiones>. Bueno, pues es hora en la que debo tomar algunas cuantas, porque esto ya me esta cansando.
FIN DE AÑO
En los últimos instantes que le quedan, me sonríe con esa mueca tan usual al final de su boca; y a un paso de despedirse, se burla de mí, de lo que una vez como hoy le prometí y de todo lo que deje de hacer.
Ahí está, tan fuerte y débil al mismo tiempo que da miedo contemplarlo. El año que esta por irse, me esta encajando la mirada y me recuerda a gritos todo lo que le prometí, los sueños olvidados y los índices de cobardía que se han propagado en mí. Enlista uno a uno los monstruos que me he creado y los que entraron sin permiso en mi existencia; revive las tristezas que me partieron en mil pedazos y que de algún modo tuve que volver a unir. La desgracia puede que sea mi mejor amiga, de esas, que te apuñalan por la espalda y aún así le vuelves a brir la puerta de tu casa.
Estoy sola en casa y aunque eso no es una novedad, se me viene todo el peso de soledad encima justo en esas fechas. Mis papás insistieron en invitarme a su casa pero no acepté porque preferí enfrentarme a este acontecimiento yo sola. Pero ahora me siento dispersa y mientras no tega trabajo que hacer, me queda mucho timpo para pensar. Para asustarme.
Y es que miedo es una palabra que se hunde en mi pecho. Se instala, baila ahí, duerme conmigo y luego se evapora, no importa, me quiere tanto que vuelve a regresar. Tengo sueños hechos polvos y polvos hechos sueños también, pero el miedo y la cobardía saben soplar. Mi talento es sumergirme en impulsos que se quedan en intentos y a veces no entiendo la raíz de mi existencia, ni la de él, ni la de este nuevo año que silenciosamente se aproxima, ni básicamente de nada. Lloro en silencio, hago jirones a mi corazón que aún hace esfuerzos por retumbar como tambor descompuesto.
Al fin es víspera de año nuevo. El frío se hunde en cada poro de mi piel hasta llegar a los huesos y lo sé porque empiezan a temblar, bailoteando unos con otros. Soy el equivalente a un tempano de hielo. Mis labios están entumidos, mis manos no quieren reaccionar, mi respiración danza entre suspiros y mis latidos están a punto de ahogarse; lo único que tengo para calentar este amargo sentimiento es una taza de café. Y mi imaginación vuela, ella no se congela ni con la más fuerte de las heladas.
Editado: 15.08.2019