Soñadora de imposibles

TRUFAS DE CHOCOLATE CON DESCONCIERTO 

Septiembre 

Si todo te da igual, estás haciendo mal las cuentas. 
 Albert Einstein 

El descaro me reconforta. Me vuelvo sorda ante las quejas y críticas de los demás. Una parte de mí, tan genuina como siempre he soñado, comienza a ser feliz y me encanta. Me la paso el resto del mes saliendo con todos y con ninguno. Repartiendo besos si en el momento me da la gana o negándolos si no estoy de humor.  

Entre otras cosas, mi reporte es que va circulando el día 187 después de mi pérdida de memoria y sigo sin recordar qué pasó durante enero y febrero. Sigo sin acordarme qué otros labios he probado o a qué supo el pastel que cociné, más terrible aún, no sé con quién hice el amor. Dejo de estrujarme los sesos tratando de que vengan a la fuerza los recuerdos. Me relajo con la música en a radio. 

“Dulce, dulce, me has venido a alegrar 
Suave, suave, me vienes a confortar 
Chispas de chocolate bienvenidas sean a mi paladar 
Trufas, trufas, me empiezo a enamorar” 
Ziggy 
 

Cantó la canción más chispeante del mes al ritmo de mi coctel de melancolía, nostalgia y regocijo. La última frase de la estrofa me causa un casi imperceptible escalofrió. Me siento enamorada ¿pero de quién? 

Hago una remembranza con cada uno de los que he compartido saliva, palabras e intereses.  

Víctor, con él me llevo de lo lindo, reímos como un par de bobos que no tienen dificultades en el mundo, después de que le confieso que tengo una lista de deseos y que no sé a quién he besado, me cuanta lo del beso de día 14, acompañado de esas mejillas rojas tan características en él. Ninguno de los dos vuelve a tocar el tema. 

A veces me toma de la mano o nos quedamos horas abrazados entumidos por el frío o sencillamente porque no nos queremos despegar. Adoro su compañía y avergonzarlo sin ninguna razón. En una segunda ocasión estuvimos a un paso de que se nos escapara otro beso de los labios, pero terminó en tremendo susto por culpa de los gritoneos de una vecina que no conoce el respeto por la tranquilidad humana. 

Pero no pasó, como no quisimos que pasara nunca más. Y si lo veo o no, si conoce a otra chica, el mundo sigue girando. 

Lic. Vivaldez, es demasiado aburrido estar con él y no hacemos más que comer helados. Sin palabras. 

Profesor de inglés, después del beso afuera de la cafetería nos besamos cinco o muchas otras veces más. Siempre ahí, en el estacionamiento, hasta que para él los besos dejaron de ser suficiente. A mí me da igual que solo en besos se acabe el asunto. Si sigue insistiendo en que me imparta las clases en su departamento, tendré que cambiar de profesor. 

¿? El que no recuerdo y con quien hice el amor.  

Son todos. Conclusión, definitivamente no estoy enamorada. 
  



#44075 en Novela romántica
#12298 en Thriller
#6929 en Misterio

En el texto hay: fantasia, poesia, amor

Editado: 15.08.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.