Soñando con Volar

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Había una vez, no muy lejos de la hermosa Isla de Fantasía, a algunas millas 
de distancia, en lo más profundo del océano, se encuentra el reino de Ascab, el 
rey Tritón. Junto a él la reina Annia, y sus hijas Ania, Sibel y Marina vivían 
felices junto a todas las demás familias. 

Además gozaban de seguridad, 
mientras  tal como les decía  su madre, la reina,  no subieran a la superficie. 


Ania, era la mayor de las tres hijas del rey. Se esperaba que algún día subiera 
al trono. Pero su sueño era mucho más grande y complicado, pues ella quería 
ser un hada y volar por los cielos, tener alas hermosas con colores brillantes, y 
tener unas piernas largas, en fin, quería ser una de aquellas magnificas criaturas 
que volaban por los cielos. 


Por esa razón todas las semanas subía a la superficie a observar a algunas de 
ellas que aparecían de vez en cuando. Un día, armándose de valor se aproximó 
un poco a la orilla y se escondió detrás de una roca. Un tiempo después se 
aproximó un bello unicornio a la orilla de la playa, pero de pronto, se quedó 
muy quieto y después mirando hacia donde ella estaba le dijo. 


- Vaya, vaya, a quién tenemos aquí. Una sirena a desobedecido al rey de los 
mares, me pregunto que te trae tan lejos de casa. 
- Sólo esperaba ver pasar a las hadas. Pero, ¿Quien eres tú? - preguntó ella. 
- Soy un simple unicornio, pero dime ¿cómo te llamas? - preguntó el 
hermoso animal. 
- Ania - respondió ella- ¿ y tú? - volvió a preguntar. 
- Mi nombre no importa, prefiero no decirlo por ahora, tal vez más adelante. 
Eres la princesa. Seguro que sólo miras las hadas? 
- Sí, es que quiero ser una de ellas, lo deseo con todo mi corazón. ¿Sabes 
cómo podría cambiar mi aspecto de ser una sirena para convertirme en una 
hada? 
- Eso es difícil, sólo el príncipe de las hadas tiene el poder suficiente para 
hacerte cambiar, y para convencerlo no es nada fácil. Sin embargo, verlo es 
muy difícil. ¿Crees que podrías lograrlo? 


Durante algún tiempo Ania subió a la superficie a conversar con su nuevo 
amigo, él le contaba historias divertidas sobre las Hadas, sobre el bosque 
encantado y algunos de los seres que allí vivían. Todo era muy interesante, 
parecia divertido. Claro, él también le contó los muchos peligros que habitan en 
el bosque, aun así, Ania sabia que nada le haría cambiar el deceo de su corazón. 


Los días siguieron pasando y el hermoso unicornio llego a ganarse el corazón 
de la sirena.

Un día su querido amigo le preguntó si aun quería ser un Hada. 


- Claro que sí, yo haré lo que sea – respondí Ania de inmediato. 
- Púes tienes que buscar las algas que crecen en la cueva del pulpo, con ellas 
podrás tener piernas por tres días. Luego tendrás que cruzar el bosque 
encantado y encontrar al príncipe, en el valle. Sólo si el ve qué verdaderamente 
quieres ser parte de las hadas te transformará en una de ellas. No intentes 
engañarlo porque el puede ver dentro de tu corazón. 


Entonces Ania decidió que era el momento de realizar su sueño.




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