La boda se celebró en la playa, donde la familia de la princesa pudo asistir y
también las hadas.
El mar estaba en calma, y en el cielo brillaba el sol, todos
estaban allí, criaturas diferentes, que ahora podían convivir como una familia,
cuando antes solo se podían verse de lejos.
Para sellar su unión los novios se besaron y a la princesa Ania le salieron
unas hermosas alas de colores brillantes. Así que ella lloró de felicidad porque
todo el esfuerzo valió la pena y pudo alcanzar su sueño.
Así que el príncipe y
Ania, salieron volando a recorrer todo el valle de las hadas y vivieron felices
para siempre.
FIN.