Ya amaneció,en mi ventana veo una ciudad agitada y muy apurada.
Cada vez que nos levantamos nos llenamos de fuerza para emprender el día,y aunque sea complicado terminarlo con una sonrisa.
Que lo malo que pasó en esta jornada que terminamos, no nos haga bajar los brazos. Que nunca el cansancio del día nos haga olvidar de nuestra familia.
No debemos olvidarnos lo afortunados que somos al poder cada amanecer,abrir nuestros ojos y un nuevo día emprender.
Debemos acostumbrarnos a disfrutar la vida,de la misma manera que disfrutamos cada día que despertamos.Hay que aprender que cada amanecer,nos trae la oportunidad de hacer aquellas cosas que por algún motivo quedaron en el camino.
Despertemos y miremos el cielo,y una vez más agradezcamos la oportunidad que Dios nos da de un nuevo día poder comenzar.
Editado: 07.06.2020