Sonrisa de Mil Demonios

Capítulo 3

Narra Allison

A Jessica nunca se le puede subestimar.

Mi cabello quedó hermoso. Mi rostro quedó hermoso. Escogió un conjunto hermoso. Y ella también está hermosa, o estamos, mejor dicho.

En el pub no cabe un alma más, mis primos por ser amigos del dueño tienen beneficios de una zona más calmada, donde no entra tanta gente pero... Si el vigilante se aleja de la escalera creo que no habría mucha calma aquí arriba.

Jess no deja de tomar selfies y el sitio es muy bonito. La música de algún DJ suena y yo simplemente sonrío y continuo embelesada tomándome un Daiquiri. Y sólo espero que el alcohol no tenga tanto efecto en mí.

— ¡Oh Dios Ethan! Mira quién se acerca...– Al escuchar a Jess me doy cuenta de la gran amistad que se han trazado éstos tres, salen juntos de fiesta y Jess por ser menor de edad e ir con mis primos asiste sin ningún inconveniente.

Dirijo mi vista a una morena extravagante que camina hacia donde estamos y con una copa en su mano hace que se vea demasiado fina para mi gusto.

Está concentrada en el idiota frente a mí... Aquí ocurre algo.

— Jess, ¿Quién es?– Jessica suelta una carcajada y me susurra.

— Estuvo enamorada de Ethan todo el verano pasado, a todas las fiestas que íbamos estaba allí intentando ligar con éste.– Una carcajada sale involuntariamente en el mismo momento que se detiene al frente de nuestra mesa.

— Hola Ethan. Qué tal estás... Tenía tiempo sin verte.– Le regala una sonrisa y le guiña un ojo y no puedo evitar reírme mentalmente.

Ethan le sonríe y se pone de pie. Y susurrándole algo se la lleva escaleras abajo sonriéndome pícaramente antes de marcharse.

Jessica, Ian y yo nos reímos y pedimos otra ronda de tragos.

— Éstos dos se traen algo, lo sé.– Dice Ian agitando el líquido de su vaso.– ¿Por qué no bajamos a bailar? Me parece aburrido verlas así después de tanta emoción.– Resopla levantándose.

— ¡Vamos fondo para ir a esa pista a demostrar quiénes somos! – Arrugo la cara y Jessica me gruñe.– Fondo y punto.

Nos tomamos la bebida de golpe, lo cual me hace toser, Ian nos tira de un brazo a cada una y bajamos las escaleras, en las cuales siento que voy a vomitar.

Una canción de algún otro idioma resuena y muchos la cantan sin parar, son las dos de la mañana y la pista parece que va a reventar. Jess tira de mí hasta que estamos en el medio y con el efecto del alcohol en mis venas comenzamos a bailar y yo simplemente me olvido de todo.

Mis caderas se mueven al son de la música, saltamos, gritamos y nos reímos como unas idiotas, y no es hasta que Jess se va de baile con un chico que siento la intensa mirada de alguien en mi cuello.

Me volteo aún bailando y nada.

Continuo algo desconcertada y bebo inmediatamente todo el contenido de mi cuarta copa. Unas manos rodean mi cintura y aunque me sobresalto un poco sigo bailando sin importar quién sea que esté detrás de mí.

Y justo cuando me volteo unos ojos completamente negros me observan. Y todo comienza a dar vueltas.

— Te observo pequeña Allison... Yo te observo.

La voz estremece todo mi cuerpo. Me repugna.

Los recuerdos comienzan a girar como un reloj oxidado y el constante Tick Tack.

— ¡No! Déjame. ¡Déjame en paz! Por favor, te lo ruego. No más. No quiero verte más. ¡Márchate por favor!

— No pequeña, nunca me iré. No me iré hasta tener lo que quiero. Mientras tanto te observaré.

Una voz ajena a mis pensamientos me sacude.

— ¿Oye? ¡Eh! – Una mano se agita frente a mis ojos perdidos.– ¿Estás bien? – Grita en mi oído por la música alta.

Y ahí le observo, un chico con ojos verdes. Verdes.

— Disculpa, ¿Te conozco? – Digo desubicada.

— Estábamos bailando linda, y tú me miraste con horror, que no me considero tan feo, pero te quedaste ahí paralizada.– Niego repetidamente.

— ¡Discúlpame creo que no me encuentro muy bien! Pero gracias.– Le sonrío amablemente y me dirijo hacia  donde hace rato nos encontrábamos sentados.

Respiro hondo y trato de calmarme.

¿Por qué cuando todo va tan bien aparece? ¡Por qué!

Le pido un agua al que nos atiende e inmediatamente la bebo entera.

No debo tomar alcohol. Él me lo advirtió, y aún así no le hice caso.

— ¡Oye! ¿Estás bien? – Exclama Jess sentándose a mí lado.– ¡Me abandonaste ahí abajo! – Reprocha.

— No me siento muy bien, creo que tomé mucho alcohol.– Jessica se ríe y luego vuelve a poner cara de preocupación al ver que es en serio.

— ¿Quieres que busque a tus primos y nos marchemos? Ya es algo tarde... Y en casa te sentirás mejor, yo me quedaré contigo en todo momento. ¡Quédate aquí que ya regreso!

Sin darme tiempo de contestarle, salió corriendo hacia la pista donde supongo que buscará a Ian y Ethan.

Sinceramente no me siento para nada bien.

No tomaré más alcohol. Nunca.

Y entonces recordé la voz de mi padre como un sutil regaño...

— Nunca digas nunca pequeña estrellita...

(...)

Todo está oscuro, me cubre la oscuridad, estoy sola, sola con la oscuridad.

Me siento incómoda, y en un lugar solitario donde solo se escucha el cantar de los búhos y el aroma de las flores...

Abriendo mis ojos noto que la luna es mi única compañía.

Dejarse llevar un instante por el entorno no está mal... Pero, ¿En dónde estoy?

Me levanto de golpe y veo que estaba acostada sobre grama y flores.

Estoy en el bosque.

Me pregunto cómo llegué hasta acá. 

Camino y veo la luna y así me permito sentir como la oscuridad del bosque me cubre.

Mi fiel compañera, la oscuridad...

Sigo caminando y un grito hace que me detenga abruptamente.

¡Corre! – Me volteo exasperada buscando de dónde proviene esa voz. — ¡Allison tienes que correr! – Todo da vueltas.– ¡Vete de aquí!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.