Narra Allison
Decir que Jess se había encargado de dejarnos a las dos simplemente hermosas, era poco.
Unos minutos antes de las nueve de la noche nos encontrábamos tomándonos fotos en las que Jess insistía que serían recuerdos plasmados para toda la vida...
El traje de rayas blancas y negras se ajustaba a mi cuerpo como un guante, y el pequeño top negro que iba debajo de la chaqueta me quedaba algo apretado a lo que estaba acostumbrada.
Con mi cabello fue un completo desastre, por lo que la peluca de color verde terminó ajustándose perfectamente a mí cabeza.
Me había puesto unos botines negros extremadamente altos, y Jess ni hablar, era un leopardo algo sensual.
Se veía adorable y llamativa, su cabello pintado con colores claros le daba un gran cambio, y las pequeñas orejitas que llevaba en su cabeza la hacían ver graciosa.
Azrrael vendría por mí, por lo cual todos en casa estaban ansiosos de ver con quién saldría...
Ethan vestía con una camisa rota que daba a entender que estaba manchada de sangre, según él la tigresa con la que iría lo habría atacado, cosa por la cual no dejé de molestar a Jessica en el momento que nadie se daba cuenta.
— Allie, ¿No se queda nada?
Me preguntó Jess mientras caminaba tras de Ethan para dirigirse a la puerta.
Yo negué.
— Nada, absolutamente nada.
Mi tía y mis abuelos se encontraban sentados en la sala, y nos miraban con tanta emoción que me hicieron sonreír.
— ¡Cuídense muchachos! Nada de cosas raras... Y Allison, espero pronto nos digas quién es ese chico, tal vez una cena sería ideal para conocerlo.
Exclamó mi tía de regaños a picardía.
— ¡El futuro hablará!
Y antes de que me dijera algo más, salimos de la casa riéndonos.
Azrrael me había enviado un mensaje indicando que en menos de diez minutos estaría aquí.
— ¿Es del instituto?
Preguntó Ethan de pronto.
— No, no es del instituto.
Dije firme y algo nerviosa.
— ¿Entonces es mayor que tú?
Dijo curioso.
— Sí...
Y antes de que pudiera terminar la frase Jessica llamó la atención desde la camioneta de Ethan donde esperaba que Azrrael llegara.
— ¡Oigan, creo que me llené de la caca de Katia!
Inmediatamente nos volteamos hacia ella, quien levantó su pierna indicándonos el lugar donde estaba, pero antes de poder ver algo, habló.
— ¡Oh! No es nada, pensé que habría dañado ya mis botines...
Me guiñó un ojo y le regaló una encantadora sonrisa a Ethan.
Suspiré aliviada.
Todos necesitamos una Jess en nuestras vidas.
Pero cuando pensé que habíamos calmado la situación...
— ¿Cuántos años tiene entonces?
Dijo Ethan.
De pronto el nerviosismo aumentaba, no me había preocupado en esta clase de preguntas y ahora me arrepentía, pero alineando los pensamientos exclamé casi que gritándoles la respuesta.
— ¡Veinte! Tiene veinte, los cumplió este mismo año, es decir, tres años mayor, nada más.
Él iba a soltar un comentario cargado de celos, como lo veía venir, pero luego se tragó sus palabras al darse cuenta que él era exactamente dos años mayor que Jess.
Y lo supe con la mirada que le dirigió a Jess, por esa razón se había callado.
Se escuchó como un auto se detenía al otro lado de las grandes puertas, había llegado el momento que tantos nervios me daba.
¡Era hora!
— Llegó... Así que vámonos.
Exclamó Jess para que Ethan subiera a la camioneta y salieran.
Al abrir el gran portón aproveché para salir antes que ellos.
Y si de la palabra belleza se hablase, Azrrael sin duda alguna había superado todas las expectativas de la palabra.
Iba con unos pantalones negros, su camisa hacía que se le marcaran los músculos, y se suponía que iba acorde a mi traje llevando la misma chaqueta a rayas.
Sentí que me derretía.
Sus botines negros, y su cabello con intento de color verde me hizo sonreír.
— ¿Qué haces ahí parada?
Yo me sonrojé y caminé hacia él.
— Te observaba.
Él sonrió y me abrazó.
Y pegando sus labios a mí oído susurró logrando hacerme temblar.
— Y yo te observo a ti y entonces pienso, ¿Cuán hermosa puedes llegar a ser?
Besó mi mejilla acalorada y me sonrió.
Me aparté de él e inmediatamente se hizo a un lado para abrir la puerta del copiloto.
— Alguien nos está vigilando...
Dijo con cierta burla y a la vez seriedad.
Jess nos observaba sonrientes mientras Ethan tenía el cejo fruncido.
Luego de que Azrrael subiera al carro mi primo arrancó dirigiéndose a la famosa casa de Matt donde se daría inicio al Halloween.
— Le tuve que decir que eras tres años mayor que yo, por lo tanto tienes veinte y no sé qué otra historia inventar para lo demás... Y, mi tía quiere conocerte y que vengas a cenar, aunque no es obligatorio claro, pero mi familia es muy...
Solté un gran suspiro luego de soltar todas las palabras y Azrrael soltó una carcajada.
— Calma Allison, todo está bien.
Apretó mi mano mientras que la otra iba al volante.
— Todo estará bien...
Sonreí.
Y luego al observar por la ventana recordé la realidad, recordé lo que hace horas me había sucedido y aún no sabía procesar.
— ¿Te puedo hacer una pregunta?
Mi voz salió más baja de lo que esperé...
— Claro, aunque ya me estás haciendo una...
Yo sonreí.
— ¿Por qué el otro día te veías molesto con la presencia de Thánato?
Sus ojos se cerraron y su mano soltó la mía, agarrando así con ambas y con fuerza el volante.
— Es complicado.
Su voz salió seca, y cortante.
Sentí que algo no estaba bien, sentí que habían muchas cosas ocultas tras esas palabras.
— Entenderé si no puedo saberlo todo... Sólo quería...
Él volvió a calmarse apretando mi mano.
— No, no digas eso, mereces saberlo todo, pero necesito tiempo y otro momento más...