Te he querido después
mucho más que antes.
No en el momento
no cuando eras mía
y yo creía no ser de nadie.
Pero ¡ay!
cuando volví por primera vez
la cabeza hacia atrás.
Cuando me fui.
¡Ay!
cuando me dieron la receta
que en tantas estaciones
repartí.
Cuando hice inventario
y ordené cronológicamente
cada beso.
En ese preciso instante
cuando me paré a pensarlo
empecé a quererte.
A maldecirme
y a arrepentirme de mis actos
como sabes
como ya he dicho
no bondadosos.
Te quise en el recuerdo
en el perdón
y en el intento.
No como si se pudiera volver
atrás en el tiempo
sino como si se pudiera
escribir en él
a partir de aquel mismo
momento.
Te he querido después
porque durante
no vi con la perspectiva
del proceso de toda una vida.
Tenía en el oscuro pasado
puestas mis miras.
Te he querido después
porque tú no lo has hecho.
Por eso me querías
cuando me tenías:
porque yo no lo hacía.
Te he querido tanto
después
en silencio
que quizá tú
ni te lo imaginas.
Tampoco mucho te lo creas.
Yo he querido
todas las oportunidades
que he perdido.
Con ellas infinitamente
me lastimo.
Y así no veo lo que tengo
justo delante
en el camino.
Y tropiezo me rasguño
y me quedo
en el valle de los vencidos.
Y me levanto
y repito.
Y así
hasta que deje de tener frío.