Sonrisas de metal y hierro (poesía)

XV. Otra tú

Te vi. Te vi allí.

Sí sí. A ti.

A ti pero a otra tú.

Sé que eras tú

porque vi tu reflejo futuro

en la pupila dilatada.

Yo estaba allí pero era otro yo.

Lo sé porque vi mi figura

en el espejo reflejada.

A pesar de que parecía

todo abstracto

si me fijaba

podía observar los detalles

del cuarto.

El parqué en la pared

y retratos colgados.

Música ochentera a toda voz.

Lo único que me vino a la mente

fue que aquellas melodías

estaban prohibidas

en esta parte del Muro

y sin embargo

me quitaste el miedo y el hipo

con tu baile y tu desnudo ombligo.

Te acercaste cantando

llevándote un dedo a la boca

plantándome un beso de esos

y yo luego un: estás loca.

Las pecas te recorrían la cara.

Y eras tú.

Eras tú.

Siendo diferente pero tú.

En otro cuerpo en otra vida.

En otro tiempo

en otra apariencia.

Justo como yo.

Aun así allí estábamos los dos.

Como ahora. Los dos.

Otras personas, otros rostros

pero en el fondo los mismos nosotros.

El Muro cayó

el mundo del este se desinfló.

Resurgió en lo Oriental la música pop.

La humanidad entró en un nuevo siglo

que nos sirvió de contexto para conocernos.

Otra vez.

Como creo conocerte

desde siempre.

Y si cierro los ojos

siempre

se convierte en eternamente.



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En el texto hay: poesia, relatos, amorimposibe

Editado: 09.09.2024

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