Puede que en días que
embriagado
casi me desmaye
cuando soledad
me pise el cuello
y mis lágrimas estallen
cuando la impotencia
me pueda
y no me controle
saque ese valor
que nunca he tenido
para contarte
todos los detalles.
Estoy seguro
de que querrías añadir
muchos matices.
Te diré que a los veinte
por no querer
no quería ni a esa
de las extrañas miradas
la que me contuvo
tanto tiempo en sus manos.
Te diré que las clases
no pasan en vano.
Que las experiencias
a las personas crecen.
Que mi alma se atormenta
por los actos no bondadosos
de un cuerpo
que iba de gran persona
y solo era un cuentacuentos
de mierda.
Un embaucador
de flores mustias.
Roto por dentro
roto por fuera.
Buscando
hilo de dragón
para coser sus heridas.