I

El día había comenzado como cualquier otro, su madre había salido de viaje una vez más mientras ella leía la nota que le había dejado y tomaba un poco de café en la cocina sintiéndose pequeña en el espacio tan grande que llamaba casa

"espero te vaya bien esta semana, volveré para el lunes probablemente, te quiero. - mamá"

Alzó las cejas mientras subía a su habitación, volvió a bajar a los minutos tomando su mochila y sus anillos colocándolos uno por uno con paciencia, se miró en el espejo de la sala mientras acomodaba su cabello con su mano, un suspiro salió de sus labios, nuevamente tenía la semana libre y aunque a veces le gustaba la idea otras sentía el vacío que su madre había dejado desde hace ya años, prefería no decir nada ya que el "lo hago por tí, no te falta nada así que debes entenderlo" estaba presente en su cabeza desde los diez años, tal vez una temprana edad para ser independiente, lo había aceptado rápidamente pero no de la mejor manera y claro esas eran cosas que su madre no sabía.

                                                    ㅤ 谷

– Sí, puede ser una opción pero ese día solamente estaré llorando por una banda que no está activa hace ya años  - bromeó dando vuelta la última calle mientras trataba de olvidar o más bien ignorar algunas cosas estando con sus amigas, entre esas cosas, su relación.

– Bueno, pero podemos hacerlo juntas ¿no? - indicó Michelle con una leve sonrisa, eran amigas desde preescolar así que estaba segura que la conocía muy bien y también sabía que en ese momento Leah no la estaba atendiendo en lo más mínimo así que evitó decir algo mientras seguía la conversación con Camila.

Ninguna de las dos dijo nada, era algo que sabían, Leah hablaba cuando estaba lista y ya, sin presiones era mejor y las tres estaban bien con eso.

Soltó un leve bufido mientras tomaba su teléfono fingiendo que alguien la había llamado alejándose de sus amigas y pasando a lado de su novia dándole una sonrisa forzada, ninguna dijo nada y las mencionadas antes solamente hicieron como si no pasara nada.

Isabelle y Leah habían estado algo raras las últimas dos semanas y era incómodo para aquellas cuatro aunque ninguna decía algo, Leah lo pasaba por alto con excusas, demasiadas excusas e Isabella prefería hacer lo mismo antes que hablar, a veces estaban juntas y a veces no, cada una con su grupo y ya, esas semanas lo único que habían "hablado" era el saludo de buenos días y el "gracias y buen provecho" en el almuerzo, ni siquiera habían tenido una de sus salidas diarias y para las dos era agobiante y sabían que si no hablaban a tiempo podría ser peor pero ninguna daba el primer paso.

                    
Ingresaron al aula luego del recreo, Leah se sentó encima de un pupitre mientras comía sus cheetos escuchando atentamente a la vista pero sin atender y solamente asentir con la cabeza hacia Michelle, Isabelle estaba tras ellas también escuchando pero teniendo su vista fija en la pelinegra la cuál la ignoraba completamente aún sintiendo la mirada.

– Rodriguez, por favor baje de ahí y tome asiento como debe de ser - la voz de la profesora sonó en el aula mientras ella hacia una mueca bajando del pupitre y sentándose a lado de Isabelle sintiéndose algo, muy, incómoda.

La clase iba demasiado lenta al gusto de todos que ya soltaban bostezos o se podía oír las lapiceras contra las mesas o siendo apretadas seguidas veces, algunos incluyendo a Leah moviendo la pierna de arriba abajo, y probablemente los que estaban hasta el último dormidos desde que empezó, el timbre sonó siendo así que todos automáticamente guardaban sus cosas y salían del aula rápidamente.

– Tal vez, solamente si te dan ganas, tenemos que hablar más tarde - habló Leah en un tono poco agradable y levantando sus cejas hacia la contraria para luego salir del aula tras sus amigas.

– Tenemos el plan para el 23 y solamente nos falta el lugar - Camz salto frente a ella con una sonrisa pícara que Leah conocía a lo que solamente asintió.

– No tienen ni que pedir permiso, Michelle tiene las llaves de la casa así que, sin problemas - habló quitándole importancia a lo que las contrarias decían – ¿Qué tal si hacemos una fiesta mañana? Es jueves y el viernes no hay clases – soltó con emoción segundos después, era su único recurso para dejar de sentirse sola, hacer una fiesta cualquier día de la semana, invitar a media preparatoria, emborracharse, fumar unos cuantos cigarrillos y hacer como si no pasara nada hasta la próxima fiesta, era algo que la estaba consumiendo lentamente.

No solía hablar de lo que sentía, tal vez por miedo a lo que piensen los demás o porqué nunca lo había hecho realmente, no sabía llorar y le parecía gracioso ya que sus familiares decían que nunca lo hacía y que de bebé era una niña muy bien educada por no hacerlo, pensaba que tal vez siempre fué así, pero incluso cuando quería no podía hacerlo y le frustraba aún más.

– Bien, inviten a quién quieran yo... debo hacer algunas cosas - dió vuelta en su lugar y se fué sin más.

Isabelle no le había hablado en todo el día o más bien la última semana y estaba ignorando el grupo de sus amigas, al llegar a su casa puso un mensaje en el grupo del aula diciendo lo mismo que a sus amigas y toda la tarde dejó el teléfono en silencio, hizo sus deberes, tomó una ducha y un café caliente, quería evadir la comida pero le era un tanto imposible al oír su barriga, tomó su cartera y las llaves de la casa y de la motocicleta para ir a la tienda por algo de comer para volver y ver las últimas 7 horas del día algo en la televisión para hacer su rutina diaria, le faltaba poco para salir bachiller y luego simplemente, según ella, independizarse un poco más y hacer lo que le gustaba, no la tenía clara pero en su mente sabía que estudiar tres o cuatro carreras, pero estaba en su mente también el no sentirse capaz y su otra opción era simplemente vivir lo que faltaba, sin nada más, no pensaba en enamorarse o hacer algo normal de una adolescente con dieciocho años, pues aunque tenía pareja no se sentía del todo enamorada, o si pero como iban las cosas había preferido ignorar ese hecho.