Sophia // Sus ojos vieron más de lo que deberían.

CAPITULO XXVIII

Un Error De Cuentas

 

No podía ver nada, puesto que una venda en los ojos me lo impedía. La tela era áspera y estaba atada con fuerza, tanto así que los pelos de mi nuca dolían. 

Su voz, era la voz de una persona nerviosa e irritada, parecía hablar por teléfono con alguien, porque cada tanto se detenía su voz y contestaba con rabia.  Podía saber desde la silla de lata en la que reposaba, fría y húmeda, que estaba en una habitacion vacía o al menos casi vacía. Por el eco que me devolvía los  extraños gemidos que salían de mi boca. 

no entendia por qué, pero la sal en mis labios húmedos me dijo que si lo hacía. 

Esto me rodeaba de malos recuerdos que estaban mejor sepultados junto con mis padres que pululando en mi mente. Pero ¿por qué yo me sentia tan racional mientras mi cuerpo se doblegaba al sentir?. Un sentir que creía ajeno a mi. 

Mordía mi labio con rabia por no hacer caso a Clain y escaparme de todas formas. Mordí mi labio con furia por ser tan descuidada, cuando la vida me enseño que no todas eran buenas personas, no siempre, a veces nunca. Mordí mi labio y el sabor a sangre me revolvió el estómago. Igual o peor que ver a un mapache destripado en una autopista. 

Y aún así no deje de morderme el labio, solo porque creí que si dejaba de hacerlo el llanto no cesaría. 


__ Arruinaste todo. Todo lo mio desapareció gracias a ti. Por tu culpa murió Mikell , Mike no tenía que haber muerto... - La voz que comenzó en susurró fue elevando el volumen, siendo guiada por la rabia que parecía acumular detrás de cada palabra. 
 

__ Tu mataste a Darla. Yo te vi, y la policía ya lo sabe. 

Me animé a decir sin titubeos con la poca ferocidad que reunía. 
__ Tu no debías vernos, no debías despertar. Tu solo estabas en esa casa para servirnos como distracción... -Me quitó la venda que inibia mis ojos- 

Era estupido seguir con aquello, puesto que su rostro no era una incógnita para mí, y a ella precia divertirle tener el control y demostrármelo con tan solo una mirada. 

No tenia la mínima idea de donde estábamos. 
Tan solo tenía la certeza de que todo aquello era el karma.

Nunca en lo que llevo viva se tocó el tema religión en mi familia. Mis padres estaban casados por iglesia pero aún así no eran creyentes. Eran la típica pareja absurda que solo buscaban unas bonitas fotos que recordar, de un casamiento más de valor estético y sentimental que del religioso como tal. 

Yo no era la excepción, de hecho aunque quisiera, sólo pensar en que un Dios con el poder de cambiarlo todo, tan solo veía un señor anciano durmiendo en las calles y no hacía absolutamente nada, me daba asco. Quiza otro en mi posición hubiera hecho lo posible por creer que algo más allá de nosotros lo ayudaría a salir, y quiza ese algo después de todo era Clain. Pero no era creyente en absoluto y Clain solo era una pieza más en esta tabla de ajedrez que es la vida. 
Pero el karma... creo en que la naturaleza se encarga de equilibrar las cosas. 

Mis padres, La tía Darla , Mi primo , Mi tío Mike, y ahora era mi turno, solo hace falta esperar, el karma siempre llega. 

__ Oí lo de tus padres. ¿Como fue? - Ella sonreía, como si le resonara en el cráneo un viejo chiste.- ¿Acaso no me escuchas?

Sentia mi cuerpo entumecerse y ya no era solo la posición incómoda o las cuerdas ajustadas... Anna quería salir, lo podía sentir. 

Ella me lo pedía, de un modo calmo que hacia que no sintiera miedo, susurrando en mi oído que la dejara tomar el control. 
 

Mis ojos seguían fijos mirando sin pestañear la cara de aquella mujer que me sujetaba con fuerza en cada sacudida, mientras pedía en muy mala forma que respondiera. 

‘’Te prometo que todo estará bien‘‘ 

Susurró Anna, como última cosa antes de besar mi frente y sumergirme en mi propio cuerpo. 

No estaba acostumbrada a verlo, a sentirlo, a vivir de algún modo tal experiencia. 

Y es que Anna nunca dejaba que estuviera despierta. En cambio yo podía ver lo que mis ojos veían y escuchar lo Que mis oídos oían, pero no podía moverme o hablar ,mi cuerpo no me pertenecía. Al menos no a esta parte de mi. 

Sentía que esa parte que no era Sophia pero era yo, comprendía que la Sophia de hoy y ahora no era la misma que fue ayer. Comenzaba a divisar sin verlo, un puente, una conexión, basada en un trauma, si. Pero era más que eso. Porque poco a poco y con ayuda sin darme cuenta, aquello no lograba dañarme más. El monstruo oscuro y de garras aguzadas, sin dejar de ser monstruo, se hacía cada vez más chico.

__ ¿Sabias que Mike está vivo ? 

__ Que ? - Aquella mujer se detuvo al instante y tan secamente como lo fue la voz de Anna en mi cuerpo. 

__ El está confesando justo ahora. 

__ El nunca haría tal cosa, no después de todo lo que hicimos. No se arriesgaría a perderlo todo. 

__ Y quien dijo que él se arriesgaría de algún modo ? , crees que si tiene algo para confesar... - Tomó un corto tiempo, el que le dio para orquestar una media sonrisa afilada. Y siguió hablando.- ...se hacharía las culpas a si mismo? 

__ ¿De que hablas? No tiene a quien ...

Anna sonrió maliciosa, esta vez no lo hizo a medias. La tenía Justo donde y como la quería. Haciendo que dude de ella misma y de Mike. Pero ¿por qué? ¿Que ganaba con eso? 

__ Parece que te diste cuenta. Algo tarde considerando que ya debe de haber dicho tu nombre un par de veces entre frases de cotilleo. Y el oficial Clain , claro, el está tan ansioso de concluir la investigación que seguro se aferra tan solo de eso para perseguirte... 

 

La cara de la pelirroja esponjada trataba de disimular muy mal el miedo en sus ojos. Yo podía verlos tanto como Anna podía desarmarlos y descubrir cómo seguir la platica para nuestro beneficio. Aunque no podría imaginarme siquiera lo que buscaba, en todo esto. Sabía que algo tenía entre manos. 




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