Una vez las monjas terminaron sus deberes, rezaron el rosario y se acostaron. Pero Sor Juana, que nunca soñaba nada, tuvo un sueño muy extraño. Vio un grupo de vagos que caminaba y gritaba, de forma completamente sincronizada, lo siguiente:
- SUBSIDIO PARA EL VAGO, SUBSIDIO PARA EL VAGO, SUBSIDIO PARA EL VAGO...
Sor Juana se fijó en algo que los vagos llevaban en hombros, ¡ERA EL DEMONIO!
- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAh –se despertó gritando Sor Juana.
Sor Juana revisó su smartphon, eran las 4:00 am. Al no poder conciliar, de nuevo, el sueño se puso a leer una novela en su smartphon.