Prólogo

Cuatro años atrás 

Todavía no entiendo porque no te cae bien Roberto, Naty—sabes bien que yo lo amo y el a mí.  

—No se trata de que no me caiga bien, Soraya— Solo que hay cosas que no me cuadran en su actitud— 
—Es que no solo eres tú, también es Víctor—  Digo molesta. 

—Mira amiga, te prometo que pondré de mi parte— Yo solo quiero verte felíz, pelirroja. 

—Entonces acostúmbrate a verme con Roberto, Naty; porque el es mi felicidad— contesto seria. 

—Ah no Natasha Russo, no va a ser un hombre el que venga a destruir una amistad como la nuestra. —Sabes bien que Víctor y yo, damos y hacemos cualquier cosa por ti — Estamos preocupados por tu bienestar, además yo soy de las que prefiere pedir perdón que permiso— Si en efecto me equivoco con tu novio, me arrastrare, le llorare y le rogare para que me perdone; pero si no yo misma lo castro, aunque Víctor se moleste por quitarle ese privilegio—Así que razona, se tú es lo único que te pido— cuando nos enamoramos, nos embrutecemos y no somos objetivas; pero para eso estamos los amigos, para darnos su opinión desde otra perspectiva. No te voy a decir que no te cases, solo cúbrete las espaldas—Además, no  me voy a quedar callada, no cuando mi sexto sentido tiene la alarma sonando a todo volumen— termina diciendo Natasha. 

—¿ Y que propones? — Digo parándome frente a ella con mis manos en forma de jarra.  

—Solo que seas la Soraya Russo, que yo conozco —Nada más, me responde Naty en forma desafiante.