Soraya Russo

Capítulo 3

Una situación como esta era la que quería evitar, Roberto es demasiado volátil, no entiende razones solo explota y listo. 


—Llego a su apartamento y lo encuentro sentado en el sofá de la sala, con un trago de Wiskhy en la mano— 


—Entro al lugar y me siento frente a él—¿Estamos bien? —Pregunto, conociendo de antemano la respuesta— 


—Tu que crees cariño— contesta Roberto en tono irónico— 


—No quiero creer nada, por eso estoy preguntándote directamente, Roberto—Se que lo del acuerdo te tomo por sorpresa, pero eso es algo que suelo hacer con mis clientes; así que para mí es de lo más normal— Sin embargo a ti pareció incomodarte— Respondo seria— 


—Que mi mujer, me presente un documento en donde me excluye del manejo y beneficio de sus bienes ¿Es lo más normal? —Pregunta, evidentemente enojado— 


—Sí, si lo es— respondo—Te vas a casar conmigo porque me amas, no por mi dinero—Digo tratando de sonar tranquila— 


—Sí, eso es cierto, pero por lo visto tu no confías en mí, al menos no lo suficiente como para que lo tuyo, pase a ser nuestro—Espeta Roberto. 


—No es eso, cariño—Digo levantándome del lugar de donde estoy para sentarme junto a el— Se trata de que son negocios y debo  proteger las acciones, inversiones, accionistas y demás— No es por ti, es solo que así es el mundo de los negocios— Esa ni yo me la creí, pero bueno hay intentar enmendar el entuerto—  


—Bien, responde Roberto en tono burlón—Entonces quédate con tus negocios, ya lo pensé bien y bajo esas condiciones no me caso contigo Soraya Russo— 


—Me pongo de pie de inmediato y respondo histérica—¿Qué es lo que acabas de decir, Roberto?— 


—Lo que oíste Soraya, es más te lo pongo en palabras mas comprensibles, aunque estoy seguro que la falta de inteligencia no es tu problema Soraya— No me voy a casar contigo, a menos de que anules ese acuerdo pre-matrimonial y nos casemos por bienes mancomunados— A mi no me vas a volver el esposo mandilón, que vive a la sombra de la exitosa mujer de negocios, o me das mi lugar desde ya o este matrimonio se termina antes de empezar— Digo plenamente convencido,  de que Soraya hará lo que le estoy pidiendo— 


—Me pongo de pie frente a Roberto—Quiero creer que están bromeando o que no has sabido expresarte correctamente, sin embargo voy a preguntar para no dejar lugar a dudas—¿Me estás amenazando Roberto Irazury?— Pregunto con la furia reflejada en mis ojos.  


—Tómalo como quieras, amenaza, advertencia, intimidación; francamente me da igual Soraya— si no nos casamos con bienes mancomunados no hay boda y punto—Digo autoritario.


—¡Ay no cosito!, se te volaron los tapones, mi amor—¿Qué creíste?, que porque te amo soy manipulable, no mi vida yo soy una mujer enamorada no embrutecida— El acuerdo pre- matrimonial sigue en pie, si no te gusta no hay boda, es más ahora soy yo a la que no le interesa casarse contigo, bajo otros términos que los planteados en el acuerdo— Tomo mi cartera,  para luego caminar rumbo a la puerta del apartamento— 


—Aquí te veré, venir llorando a rogarme Soraya, así que te recomiendo que mejor lo pienses bien, no se te olvide que soy el amor de tu vida— Dice Roberto en un  tono muy seguro. 


—Bueno hasta donde yo sé, de amor nadie se ha muerto y hoy tu mismo me estás dando razones suficientes para dejar de amarte, es más te informo por mi parte nuestra boda queda cancelada, digo mientras camino a la salida— Ah y no se te ocurra, cruzarte en mi camino nunca más, acabas de ganarte una enemiga a muerte Roberto Irazuri, a estas alturas ya deberías saber que Soraya Russo suele irse a los extremos, puedo amar intensamente pero también odiar intensamente— Por tu bien, espero no volver a verte jamás en mi vida— Doy la vuelta y apresuro el paso para salir del lugar, tengo el corazón roto y me estoy desangrando, pero no voy a llorar enfrente de este infelíz— 


Llego hasta mi auto, abro la puerta y me siento en el asiento del  chofer— me tiemblan las manos y empiezo a llorar de forma descontrolada, en estas condiciones no puedo ni debo manejar. 


Tomo mi teléfono celular y le marco a Víctor. 


—Aló— Contesta Víctor del otro lado. 


—El llanto no me permite articular palabra alguna, por lo que solo son mis sollozos lo que Víctor logra escuchar— 


—Pelirroja, respira profundo—Trata de calmarte, dice mi amigo al otro lado de la línea, vamos inhala y exhala lentamente nena, un par de minutos después ya he logrado calmarme— ¿Donde estas Soraya?— 


—Afuera del apartamento de Roberto, digo con dificultad— 


—Espérame allí, llego en diez minutos— dice Víctor— tomo la chaqueta y salgo de mi aapartamento, marco el celular de Naty, quien luego de dos timbres me responde—  


—Hola, guapo— Dice Naty al otro lado de la llamada— 


—Naty, Soraya esta mal; algo le paso, voy por ella y te veo en su apartamento en media hora— 


—Ok, es lo único que responde Natasha— 


—En diez minutos llego a donde esta Soraya, tiene el rostro hinchado de tanto llorar— la tomo en brazos para pasarla a la parte trasera del auto y recostarla allí— Tomo las llaves y manejo el vehículo hasta su casa, la pelirroja no ha dejado de sollozar en todo el camino—Estaciono el vehículo y la tomo en brazos,  para  bajarla del auto y llevarla hasta su apartamento— Soraya acuna su rostro en mi pecho y se aferra a mí como si fuera una niña pequeña y temerosa. 


—Entramos a su apartamento y la llevo hasta su habitación, la coloco en la cama para ir hasta la cocina en busca de un té que le ayude a calmar sus nervios—Doy un par de pasos para salir de la habitación pero su voz llorosa me detiene— 


—No me dejes sola, Víctor— Dice mi pelirroja, mientras posa sus ojos verdes en mí— 


—Nunca haría eso, nena— Digo caminando de vuelta hacía ella, para abrazarla y consolarla— 



#1579 en Novela romántica
#578 en Otros
#208 en Humor

En el texto hay: humor, mafia, amor

Editado: 26.08.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.