Sorpresas del destino

En el hospital

- Hola hijo, ¿Qué tal te fue en tu viaje a NY?- Pregunto el hombre sacando del “trance” a este quien no despegaba la vista de la muchacha, pasando de sus ojos y luego hacia las heridas que ella tenía en ambas piernas.

- … Muy bien padre, Sandra te manda sus saludos, dice que cuando puedas ve con mama para allá a visitarlos. Y también camino acá me atajo Charlotte y me dijo que la paciente del box 342 te busca. – El muchacho sonrió suavemente tanto hacia su padre como también a Paty quien bajo la cabeza y se sintió acalorada.

- Ahm Doctor, si quiere luego me cura, prefiero esperar a mi hija afuera en la sala de espera…- La joven se iba a levantar pero unas puntadas fuertes la hicieron quejarse entrecerrando sus ojos.

- Eso sí que no, yo iré donde la paciente y mi hijo te atenderá… ¿No cierto Alex? – El rubio miro a su hijo y apoyo una  mano en su hombro y como estaba dándole la espalda a la muchacha esta no supo que rostro tenia.

- Claro papa, será todo un placer- Murmuro el muchacho despidiéndose de su padre, y luego de que este le dijera algo en el oído, se marcho dejándolos solos.

- Y bien… ¿Qué te sucedió? – Pregunto acercándose a la muchacha y luego de colocar la bandeja a un lado de la joven, tomo unas pinzas, se sentó en un pequeño banco para estar a la altura de las rodillas de ella y comenzó a sacar los pequeños fragmentos de una de las rodillas de ella.

- M-me…o sea cuando me arrodille para ver a mi pequeña no me di cuenta de los pedazos de la loza quebrada…- Murmuro quedamente Paty sintiendo nuevamente aquel calor en sus mejillas sintiendo de vez en cuando la respiración helada del muchacho cuando se acercaba a su piel, haciendo luego un ligero gesto de dolor cuando Alex saco otro pedazo.

- Mmmmh, ¿fue eso solamente? ¿O tuviste un accidente casero y fue una excusa la que me acabas de decir?- Aquellas palabras del muchacho hicieron que la joven se mordiera el labio inferior sintiéndose ridícula.

- Yo estaba en el baño de la segunda planta cuando escuche un ruido fuerte y al bajar era mi pequeña quien había tenido un accidente no sé lo que se quebró ya que ni siquiera tuve tiempo de ver la situación, ella era mi prioridad, así que fue una verdad a medias, doctor- Suspiro Paty de manera suave viendo como Alex retiraba suavemente cada fragmento hasta que ya no quedo ninguno, por lo cual este comenzó a hacer la limpieza pertinente.

- Comprendo…- Hablo dentro de un rato alzando su rostro y esbozo una sonrisa ladeada logrando que el pulso de la joven se acelerara- ¿Eres nueva por aquí?, ya que no te eh visto por el pueblo- Finalizo con las curaciones en ambas rodillas y al levantarse rozo casualmente ambas piernas de la joven logrando un estremecimiento por parte de esta.

-Yo… si… Ayer llegamos con mi pareja e hija aquí…De hecho hoy íbamos a venir solo Dammy y yo para buscar una hora con el pediatra que al parecer… ¿eres tú?- Consulto lo ultimo la joven tragando saliva al percatarse de que quizás hablo de mas y no debería haberle comentado de que tenia pareja.  

- JAJAJA así es, soy el pediatra de este hospital aunque igual se de algunas cosas más, algo así como medicina general- La risa causo un ligero hormigueo en el vientre de la joven quien luego de una seña que le hizo Alex, se bajo de la camilla lentamente y luego se fue a sentar a la silla apoyando ambos brazos sobre el escritorio.

-Veamos… Miss despeinada – Le guiño un ojo a Paty sonriendo de lado antes de continuar – Aunque es solo rutina pero necesito tus datos para registrarte…

- Pero… ¿es solo un registro no?, es que mis heridas fueron menores, de quien me preocupo es de mi hija…- Murmuro Paty lamiendo sus labios suavemente intentando en vano arreglarse la maraña de pelos que tenia, debería ir al baño a ver qué cara tenia, pensó.

- Preciosa, todas las heridas que llegan aquí son importantes, no temas ni estés preocupada por tu pequeña que está en excelentes manos, mi propio padre se está encargando de eso y luego yo también lo estaré – Dijo esas palabras tomando sobre la mesa la mano de la muchacha acariciándola suavemente mirándola con ternura.

 

El día paso volando para la muchacha, de hecho le permitieron que fuera a su casa a cambiarse de ropa y volviera pero esta desistió de aquella idea, aunque sonara descabellado, Paty solía ser una muchacha bastante protectora con los suyos, sobre todo si tenía una hija a la cual pese a que estaba en buenas manos no quería dejarla sola.

 

- ¿Paty puedes venir conmigo antes de entrar a ver a la pequeña Dammy?- Pregunto Carlisle acercándose a la muchacha quien estaba en la sala de espera leyendo una revista.

- ¿Le sucedió algo a mi hija?- Pregunto la muchacha levantándose rápidamente pero un mareo le hizo afirmarse del doctor por inercia.

- Tu hija está perfectamente, pero eres tu quien me preocupa…- El doctor con un suave gesto hizo que la muchacha pasara su brazo debajo del brazo de él y comenzó a caminar guiando a la sorprendida Paty hacia su despacho.

- Son solo mareos, me suceden cuando me levanto muy rápido y…- Un gesto con la mano del Dr. la hizo callar lo cual Paty solo se sentó en el asiento que le fue asignado y Carlisle se sentó en el otro lado apoyando ambos codos sobre la mesa y reposo su barbilla entre sus manos.




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