Soy... ¿ El Amante De Mi Esposa?

Capítulo 15: Estoy contigo

Los pasos acelerados de los paramédicos, el sonido de las sirenas de la ambulancia, la oscuridad de la noche, todo eso ocasionaba que los nervios de Maliah estuvieran amenazando con salirse de control.

Su esposo había sido arrollado por un auto por su culpa, si no hubiera permitido que sus emociones tomaran control de ella, de esa confusión que su corazón sentía, entonces no habría tenido la necesidad de correr lejos de la escena, entonces, su esposo no la habría seguido y en ningún momento se habría descuidado en la carretera.

El gesto de dolor de Rowan provocaba que el dolor en el pecho de Maliah fuera más y más fuerte, la culpa se la estaba comiendo viva. A su esposo recostado en una camilla, completamente golpeado, no lo llegó a imaginar.

El miedo de perderlo crecía dentro de ella, aumentaba su tamaño a una velocidad inimaginable, el hombre con el que había compartido gran parte de su último año y medio terminó herido por su culpa, por su carencia de autocontrol.

Maliah caminaba de un lado a otro mientras esperaba a que abriera sus ojos, el shock por el impacto fue bastante grande, o por lo menos, eso lo era a sus ojos. Los médicos actuaban como costumbre, pues ellos estaban habituados a ver cosas de ese estilo, no ella, no Maliah, no podía dejar atrás esa sensación de culpa.

—¿Si ves? Por eso te dije que dejaras de hacer cosas por mí,  no lo merezco… mereces a alguien que pueda amarte, no una mujer rota como yo —decía en un hilo de voz, lo repetía una y otra vez.

Se acercó un poco más a su esposo, veía cómo sus ojos se mantenían cerrados, luego de todo lo que él preparó para ella esa noche, todos los intentos que estaba haciendo para mejorar cada detalle de su relación. 

No podía evitar sentirse terrible por lo que sucedía con su esposo, a sus ojos era como si ella fuera la principal responsable, la que cargaba con el remordimiento de lo que pasó. 

De esa misma forma, transcurrieron los siguientes minutos que se tornaron en horas, lo único que Maliah tenía para tranquilizarse eran las noticias del médico, quien le decía que despertaría en cualquier momento, que se encontraba estable, que estaría bien.

Por algunos segundos, ella llegó a considerar que lo decía simplemente para no preocuparla más de lo que ya estaba; sin embargo, su mente le insistía en que eso sería muy poco ético de su parte.

«No tienes que devolverme nada, te amo. Maliah, te amo lo suficiente como para suplir el amor de ambos. No debes hacer nada, lo haré, porque tenerte a mi lado es todo lo que necesito».

Esas palabras de Rowan penetraban en la mente de Maliah como si fueran taladros. Ella no merecía ser amada, no por un hombre tan bueno y dedicado como lo era Rowan; sentía que él estaba quitando la posibilidad de ser feliz, con alguien que lo amara de verdad.

Si ella hubiera tenido el valor desde el comienzo, si ella se hubiera negado desde el comienzo para no aceptar una relación que no deseaba, entonces todas las cosas estarían bien para Rowan, no sería infeliz en un matrimonio lleno de problemas; sería amado por su esposa, por esa que sí lograba verlo de la manera en la que realmente era.

»Todo esto es ridículo —se quejaba ella misma sintiendo cómo su corazón se estrujaba en su interior, incluso la manera en la que Rowan estaba ahí en la cama sin poder hacer nada, ¿qué podría hacer que él decidiera alejarse de ella?

Debía de haber una manera en la que él se convenciera de que ella no era la mujer correcta para él, que ambos habían sido testarudos, tercos, insistiendo en algo que no tenía futuro, estaba más que claro que no estaban hechos para estar juntos.

Le costaba ver a su esposo de esa forma, a pesar de estar a unos pasos de distancia, se acercó mucho más para poder tomar la mano de ese hombre. El resultado de ese accidente, fue un brazo lastimado, cosa que ni siquiera llegó a ser fractura. 

»De verdad lo siento, Rowan. Lo siento por todo —confesó con la esperanza de que él no lograra escuchar su confesión. —Si tan solo pudiera encontrar la manera de hacer que me odiaras, de esa forma podrías ser feliz con alguien más. Te dije que no te merezco, y mira ahora cómo estás por mi culpa —sus palabras comenzaban a entrecortarse a medida que hablaba.

Hizo una pausa, para poder respirar. Ese nudo en su garganta no había disminuido, sino que llegó a triplicar su tamaño.

»¿Qué podría hacer para que me odies? ¿Cómo puedo hacer que tu corazón deje de amarme como me ama ahora? Créeme que lo haría, lo haría sin dudarlo, de esa manera podrías ser feliz al lado de alguien más, de alguien que pueda ser capaz de amarte como mereces.

De manera inconsciente, la mano de Maliah estaba acariciando la mano de su esposo, cosa que logró despertarlo de su sueño a pesar de parecer que estaba en un estado inconsciente. Escuchó las palabras de Maliah, su interior se estremecía, no solo frente al contacto que ella estaba ejerciendo en él, sino por sus palabras.

Su manera de hablar, el tono de su voz, le indicaban que ella estaba deseando de verdad el que él fuera feliz al lado de otra mujer, su mente seguía repitiendo cada una de sus frases, más aún en las que ella insistía en que no merecía ese amor que él le daba.




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