Desperté en un lugar desconocido. La luz de una de las ventanas me cegaba y la cabeza me dolía. No sabía qué había sucedido, todo era confuso en mis recuerdos, parecían ser fragmentos de un extraño sueño.
Intenté sentarme, pero mi cuerpo no respondió, mis piernas y brazos estaban entumecidos; mi boca se negaba a pronunciar palabra alguna y todo mi cuerpo ardía de manera insoportable. Intenté girar mi cabeza para mirar todo, pero me fue imposible, no podía moverme en lo absoluto. Lo único que alcanzaba a ver era la luz del corredor que se filtraba por medio de las persianas de la habitación.
Me sentía impotente al no poder reaccionar, era como si mi cuerpo aún se encontrara dormido. La angustia solo crecía con el paso de los minutos. Sabía que estaba en un cuarto de hospital. Las paredes blancas, el techo blanco, los tubos en mi cuerpo, el respirador… todo lo confirmaba.
Después de lo que me pareció una eternidad la puerta de la habitación se abrió dejando entrar un poco más de luz. Intenté hablar al ver a la enfermera, para llamar su atención, pero mi boca no fue capaz de pronunciar palabra alguna más como si ella hubiera notado mi angustia volteo. Sus ojos me miraron con sorpresa y su rostro se iluminó, se acercó con afán a mí, puso su mano frente a mis ojos moviéndola de un lado a otro, al percatarse que, si había despertado, se llevó la mano al pecho con emoción y salió de la habitación gritando por el pasillo:
-¡Despertó, despertó!- gritaba con euforia-¡Por Dios despertó!
Reuní toda la fuerza que tenía e intenté moverme de nuevo, pero ni un solo musculo de mi cuerpo reaccionó.
¿Qué había sucedido?
#23822 en Novela romántica
#2266 en Detective
#630 en Novela policíaca
amor comfusion intriga, delitos y diferencia de edad, amor romance dudas odio misterio
Editado: 14.07.2021