Soy la mamá de un niño lobo, ¿y ahora qué sigue?

Capítulo 6: Por primera vez experimenté una emoción nunca antes sentida y no se siente bien

Cada día que pasa, siento que la vida se convierte en un enigma tras otro y estar al tanto de esa situación me pone los vellos de punta; desde que era niña me ha encantado estar al margen de las cosas, me encanta la idea de saber lo que sucederá y mi personalidad ha sido tan peculiar al respecto que antes de mirar una serie o película, busco spoilers para no sorprenderme de nada.

Pero lo malo de este largometraje llamado vida, es que no existen atajos para saber lo que pasará más adelante.

—¡Ah!— lanzo un grito al verle las orejas a Ra, inmediatamente se las tapé con ambas manos mientras que Imri me miraba sorprendido.

—¿Qué pasa?— dice él dándole un mordisco a la carne —¿Y ese grito?

—Sus orejas— abro los ojos respirando fuerte —Se transformó de nuevo.

Esto es malo, muy malo; si las personas lo ven entonces llamarán a la prensa, ¡no! A la policía, ¡no! Al ejército, ¡no! ¡A las fuerzas armadas!

¡Van a traer a la CIA y al FBI desde los Estados Unidos!

Si lo descubren van a utilizar al pequeño como rata de laboratorio e incluso le van a inyectar un sin número de sustancias extrañas en nombre de la «ciencia».

Oh no, fue mala idea traerlos aquí, ¡fui una idiota!

—¡¿En serio?!— se sobresalta pero su reacción no fue la esperada, pensé que Imri se alarmaría al igual que yo pero en cambio sonrió con un brillo en su mirada —¡Deja verlo!— intenta apartar mis manos pero yo me mantengo firme —¿Qué haces?— cuestiona con molestia.

—Umh— se queja Lobito poniendo sus manos sobre las mías —¡Ata!— ¿Qué dijo?

—¿Acaso enloqueciste?— pero claro, él no tuvo ningún problema para transformarse y enseñarme sus enormes colmillos, este hombre no puede ser más irresponsable —¡Si las personas lo ven entonces se van a espantar!— bajo el tono de mi voz —Hay que hacer algo, la identidad de Lobito está en peligro al igual que la tuya como el lobo mayor.

—Oh, cierto— da un aplauso —Ra, esconde las orejas— él baja la cabeza para ponerse a la altura del niño —Solo respira y regresa a la normalidad.

Sí que es malo en esto, le habla al pequeño como si fuera mayor.

—¿Ah?— dice él —¡Ah!— me da un pequeño palmazo en las manos.

—Orejas, escóndelas— se señala las suyas para que lo pueda entender —Ra, vamos, es sencillo.

—¿Cómo nos iremos sin que nadie se dé cuenta?— no puedo levantarme sin más, las personas podrían percatarse de ello; y de no ser así, me tacharían de abusadora de niños al malinterpretar la escena, es más, ahora podrían estarlo haciendo.

—¡Ra!— abuchea bajando las cejas —Vamos, hazlo por papá, esconde las orejas— escuchar su tonito de convencimiento me da gracia, la gente que cambia la voz para intentar hablar con los niños se oye bien estúpida; Dios mío —Te compraré una paleta si lo haces— juguetea riendo.

—¿Lo estás sobornando?— pero qué sorpresa —Eres un muy mal padre.

Me asombra saber que Imri maneja dinero, pensé que era un completo salvaje y que únicamente salía del bosque en busca de hijos perdidos.

—Mejor cállate, copia barata de mamá— acusa y ¡Ash! ¿Cómo se atreve?

Iba a responderle pero notar el movimiento de las orejas de Ra llamó mi atención, parece que ya volvieron a la normalidad y eso es bueno.

—Vámonos— corto frunciendo el ceño; mirándolo como para matarlo me levanto de la silla con el niño cargado —Empaca el pollo y tráelo, al menos haz eso.

No creo que algún día le caiga bien a este sujeto, al mismo tiempo, no creo que él me caiga bien a mí; su personalidad no se parece en nada a la mía y por lo mismo no podemos coincidir.

Por ahora tengo el cariño de Ra pero no sé por cuánto tiempo, los niños olvidan rápido y estoy segura de que esta relación solo es un entretenimiento para Imri, en cualquier momento él se llevará al pequeño sin importarle mis sentimientos de por medio.

Porque claro, solo soy una desconocida para ambos.

—¡Oye!— extraño como hace un día podía estar metida en mis pensamientos por al menos un par de segundos, ahora ni eso puedo hacer —¡¿Acaso te enojaste porque te llamé copia barata?!— mientras que tengo a Ra cargado, Imri va detrás de nosotros; qué fastidioso —Te ofendiste, ¿no? ¡Ya me estaba acostumbrando a que me respondieras con más ofensas!

—¿Eso es todo lo que tienes?— murmuro recordando sus palabras, fue tan bajo que no creo que me haya podido escuchar.

—¡No, eso no es todo!— ah verdad, es un perro, ¿cómo no escucharme? —No es divertido cuando no me contestas.

La verdad es que no puedo aceptar que él sea mucho mayor que yo, se comporta como todo un niño. Y no cualquier niño, un niño bien malcriado.

Para poder contestar, doy media vuelta acomodando a Ra; él está más tranquilo de lo normal y eso es raro, —No me digas que darte un poco de comida fue suficiente para que te enamoraras de mí.

—¿Qué?— resuena boquiabierto —Me di cuenta de tu egocentrismo pero nunca pensé que fuera para tanto, estás mal.

—¡Ya te dije que no soy egocéntrica!— me enoja que diga algo que no soy —Y fíjate que tengo muchas razones para serlo.

—Ay por Dios, eres peor de lo que imaginaba— niega con la cabeza esta vez adelantándose, él me deja atrás en lo que yo le sigo el paso; después de todo vamos a la misma dirección —¿Todos los humanos son como tú?

—Aparentas ser uno de nosotros pero no lo eres— respiro profundo —No interactúas mucho con los de mi especie, eso lo tengo claro.

—Caminar en dos patas es cansado— imita el andar de un cangrejo para reafirmar su punto, su gesto me dio risa pero disimulé para que no se diera cuenta —¡Es mejor correr en cuatro!

—No se llaman patas sino pies— resoplo —¿Si Ra se transforma te lo llevarás, verdad?

—No, me lo llevaré antes de eso.

Jamás he conocido a alguien tan desconsiderado, Imri para nada se da cuenta de lo fastidioso que es el que sea tan despreocupado. Aunque la verdad es que comparativamente a los demás hombres con los que he estado; es alguien sano.




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