Soy la mamá de un niño lobo, ¿y ahora qué sigue?

Capítulo 10: Entre tantas maneras de lidiar con las personas, elijo el camino fácil 

A lo largo de mi vida me han descrito de muchas maneras, de todas ellas mi palabra favorita ha sido «directa».

Y es que, soy lo suficientemente impaciente como para ser del tipo de persona que se lanza un discurso presidencial para decir lo que quiere, me encanta ser precisa y concisa por más que en estos momentos Imri me mire perturbado.

¡¿Por qué puso esa cara?! ¿Tan malo es que le haya pedido que sea mi novio? Debo aclarar todo si es que no quiero que le dé un colapso mental, no antes de la cena.

—¿Cómo que quieres que sea tu novio?— cuestiona impactado —¿Y así como si nada me lo pides? ¿Acaso has enloquecido?

—A ver, a ver— qué incómodo, estoy segura de que piensa que me enamoré de él —Lo estás malinterpretando— me siento en la silla —Quiero que te hagas pasar por mi novio enfrente de mi papá.

—¿Qué?— que le haya dicho eso fue mucho peor, si antes estaba impactado ahora se le ve horrorizado —¡¿Qué?!— grita despertando a Lobito.

—¡Ay no, ya despertaste al niño!— pero qué gritón —Mira, te lo explicaré desde el principio: mientras estaba en la universidad, mi papá llamó diciéndome que participara en la cena familiar de esta noche, entre conversación y conversación me preguntó si tenía una vida estable, así que la forma más fácil de aparentar que sí era diciéndole que tenía novio.

»Como de seguro te habrás dado cuenta, no tengo, así que pensé que te podrías hacer pasar como mi novio.

—No, no y no— un «no» me era suficiente —¿De qué me ves cara? ¿De actor?— se levanta dejando al niño en la silla.

—Óyeme, mi papá cree que estoy gastando el dinero en cosas innecesarias— mascullo hastiada —¡Si no le demuestro que mi vida es perfecta tal y como está entonces me quitará la tarjeta!

—¿La tarjeta, tarjeta?— levanta las cejas —¿Con la que compraste comida y le compraste ropa a Ra?

—¡Sí!— hasta que al fin hablamos en el mismo idioma —¡Esa tarjeta! Si él me la quita tendré que pedirle dinero directamente, ¡no! ¡Depender de una mesada!

—Oh— se queda pensativo con la mano en el mentón —Bueno, asunto tuyo, soy un lobo; ustedes son la única especie que paga por vivir en el planeta— ríe jugueteando con el cabello de Lobito, —Pobre, la niña de papi se quedará sin tarjeta.

—¡¿Cómo te atreves?!— aunque pensándolo bien, es cierto, tiene razón. —A ti tampoco te conviene que me quiten la tarjeta, o mejor dicho, a Lobito— lo señalo con el dedo —¡Además! Me debes un favor.

—¿Que yo te debo qué?— arquea la ceja.

Nunca pensé que usaría esta maniobra pero no tengo de otra.

—Sí, así como lo oyes— cruzo los brazos —Quiero mucho a Ra pero aún así y por lo visto, te tendré que cobrar el favor de haber cuidado de él mientras que tú estabas en la luna.

—Hasta donde recuerdo, yo no pedí que lo cuidaras— se lleva la mano en el pecho dejándome boquiabierta —Y si ese es el punto, fácilmente puedo coger a mi hijo e irnos de aquí— indica tomando a Ra en los brazos —Es más, despídete de la bruja, pequeño; volvemos a casa.

—¿Ah?— cuestiona el niño.

¡¿Qué?!

—¡Oye!— le llamo viendo como él agarra el abrigo del niño que se encontraba en el sofá, se le ve demasiado decidido, ¡Imri no me puede dejar ahora! Mucho menos llevarse a Lobito.

¡Que se vaya él y me deje al pequeño!

—¡No me hagas esto, Imri no me hagas esto!— insisto siguiéndolo por toda la sala —¡Hablo contigo, perro pulgoso!— por Dios, nada más hay que ver como él me ignora mientras que Lobito mueve sus pequeñas manitas hacia mí, los tres nos encontramos dando vueltas y vueltas sin ningún fin —¡Estás actuando con malicia!— aseguro deteniendome —¡Deja de ser un inmaduro y ya deja de jugar!

—No estoy jugando— da media vuelta sonriendo —Solo estoy viendo si...— mira para ambos lados —A Ra se le queda algo.

—Ajá— achico los ojos poniéndome enfrente de él —A ver, si aceptas te diré la verdadera razón por la que quiero que vayas conmigo.

—¿En serio hay una verdadera razón?— asiento con la cabeza —De acuerdo— él sienta al niño en el sofá, Ra toma un cojín y empieza a palmearlo sin parar —Adelante, te escucho.

—Umh— no haría esto si no fuera por mi tarjeta —Tengo meses que no voy a la casa de papá— bajo las cejas con la vista en el suelo —Y bueno, después de tanto tiempo en el que no tenía ningún tipo de comunicación directa con él, es un poco incomodo ir sola.

—¿Pero por qué?

—¿Qué cosa?

—O sea, se supone que es tu papá, ¿por qué no tenías comunicación con él? No lo conozco pero viendo como es tu vida dudo que no se preocupe por ti— es más difícil de lo que piensa —No entiendo.

—Pues..., hay cosas de las que prefiero no hablar— me siento tomando al niño, con una pequeña y melancólica sonrisa lo siento en mi regazo a la vez que él juega con un cojín; yo en cambio acaricio su cabello.

—Hmm— Imri con las cejas bajas se sienta al lado de mí, cambió totalmente de actitud y no sé qué tan bueno sea eso —Dime algo— dice serio —¿Tu...?

—¿Sí...?

—Ump— recuesta la cabeza en el espaldar del sofá —Olvídalo.

—¿Eh?

—Está bien, acepto— rueda los ojos cruzando los brazos —¿Contenta?

Espera, ¿escuché bien? Eso fue fácil.

—¡Sí!— por impulso me acerco a él y aún con Lobito, le doy un gran abrazo; ya cuando retomé el control y vi como Imri se extrañó por mi acción, inmediatamente lo solté —Amh, bueno, ¡hay que comprar ropa!— me levanto cargando a Ra en mi cintura —¡Es obvio que no conocerás a mi familia vistiendo esas fachas!— abucheo con desagrado —Aunque podría hacer una excepción contigo, eres tan adorable— le digo al niño con una sonrisa, él también me la devuelve a risas.

—Puloso— enuncia de repente mirando a su papá.

¿Q-Qué acaba de decir?

—¿Cómo dijo?— el hombre rápidamente se levanta del sofá y abriendo los ojos de par en par me arrebata al pequeño —Repite lo que dijiste— le pide a Ra con un tono sombrío.




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