Soy la mamá de un niño lobo, ¿y ahora qué sigue?

Capítulo 12: Nunca pensé que amaría tanto a un niño hasta que Ra llegó a mi corazón

Capítulo 12: Nunca pensé que amaría tanto a un niño hasta que Ra llegó a mi corazón

—¿Otra vez te irás?— recuerdo que me dijo mientras me vestía enfrente del espejo, había recibido un mensaje de Helena diciendo que junto a Pato estaría en el bar que se había convertido en nuestro favorito en ese entonces, quería salir para tomar aire fresco, me sentía cautiva en mi propia casa.

Puede que amanezca en casa de Pato, no me espere— corté sin siquiera ver al detalle aquellos ojos marrones claros que me observaban con preocupación, la verdad es que estaba acostumbrada a recibir sus múltiples sermoneos, siempre era lo mismo, ella odiaba que saliera de noche.

Tengo un mal presentimiento— enunció en voz baja —Quédate por lo menos esta noche, hace mucho que no compartimos juntas, podríamos divertirnos como antes, no sé, ¿ver alguna película?

Ma', usted no es usted sin sus malos presentimientos— hice una mueca terminando de peinarme, por cosa del destino llevaba puesto un vestido negro  —Ya hice planes con mis amigas, ¿qué tal mañana?— no, mañana no fue —O la próxima semana.

—¿No te cansas de vivir en la calle? Siempre estás fuera, siento que ya no te conozco— cruzó los brazos —Antepones tus amigos por sobre tu familia.

—Ash— arrugué la frente, un nuevo sermón estaba por ocurrir, no tenía tiempo para eso, quería marcharme —Guarde los reproches para cuando vuelva, se me está haciendo tarde— en cuestión de segundos tomé mi bolso y le di un  beso en la mejilla, aunque hice eso en la actualidad no recuerdo cuál era su expresión, no recuerdo la cara que tenía.

Si hubiera aceptado su propuesta todo habría sido diferente. Recuerdo que cuando estaba en el bar y terminé de bailar, al ver mi celular tenía una llamada perdida de ella y el mensaje siguiente:

«Te amo»

—Oye, Lúa— escucho una voz que me llama mientras que me encuentro acostada en la cama, tengo los ojos pesados, no quiero abrirlos —¡Lúa!—  algo me sacude haciendo que al instante despierte.

—¡¿Qué?!— la persona que me estaba hablando se trata de Imri, el hombre está enfrente de mí y ash —Ah, eres tú— refunfuño dándole la espalda —¿Qué quieres? Tengo sueño.

—Me llevaré a Ra...

—¡¿Qué?!— de acuerdo, tenía pensado quedarme unos por unos cuantos minutos en la cama pero oír eso le dio un gran giro a mi plan —¡No!— clamo abrazando al niño quien por sorpresa está despierto, él juguetea con mi cabello con diversión.

—Déjame hablar— rueda los ojos llevándose las manos a la cintura —Te aviso que me llevaré a Ra porque si despertabas y no lo veías estoy seguro de que ibas a pensar que me lo llevé para siempre— lanza un suspiro —Voy a inducir su transformación.

—¿De qué hablas?

—Simple, haré que de alguna forma u otra se transforme. Pensaba esperar que lo hiciera por su cuenta pero por lo visto necesita ayuda.

—¿Y a dónde irás?— umh, aunque él tuvo la gentileza de avisarme de todos modos no confío en su palabra.

—Al bosque— ay no, ese lugar está fuera de mi alcance —Además, después de eso tengo que ir con mi manada.

—¿Qué manada?— rechisto con desgana —Pensé que Ra y yo éramos tu única manada.

—¿Cómo?— ríe a carcajadas —Ra obviamente pero ¿Tú? Pero qué confianzuda.

—Dios, ¿cuándo vas a admitir que me quieres?— ruedo los ojos sentándome —Somos Ohana que significa familia y la familia nunca se abandona.

—¿De dónde sacaste tremenda cosa?

Ay, te amo Lilo y Stitch.

—De mi mente— toso cínica — Por cierto, Imri, ¿el beso de anoche te gustó o qué?

—¿Eh?— me mira boquiabierto —¡¿Qué te hace pensarlo?!

—El hecho de que todavía no me has reclamado por ello— sonrío burlona —No has dicho nada respecto a eso, si no te hubiera gustado lo habrías dicho, te estoy empezando a conocer.

—No seas ingenua— arquea la ceja —Iba a reclamarte pero anoche tenía otras prioridades— justifica desviando la mirada. Umh, ¿qué prioridades? —Tengo suerte de que no me convertí en sapo.

—¡Ja! No me hagas reír, mejor laméntate por no haberte convertido en príncipe.

—O tú en princesa.

—Después de besar a un sapo, no lo dudo.

—Yo soy un lobo, tú eres una bruja, no iba a funcionar— mofa cargando a Ra.

Espero que se haya referido al «hechizo», ¿se refirió a eso, verdad?

—Pff— resoplo —¡Oye! ¡Llévame con ustedes!

—No— pero qué malo, se negó sin pensarlo dos veces —Llevarte solo me atrasaría, los de tu especie caminan demasiado lento.

—¡Porfa!— para intentar convencerlo me levanto de la cama y me postro enfrente suyo, —¡Ra!— llamo al niño y este me mira de inmediato —¿Verdad que quieres que vaya con ustedes?

—La— se suelta de su papá y viene hacia mí, con victoria lo acojo en mis brazos —Ufufu— dice a la vez que lo abrazo.

—¡No causaré problemas!

—Como te dije antes, iré con mi manada después de entrenar a Ra, no puedo dejarte sola en el bosque.

—¡Sé cuidarme!— me acerco hasta el punto en que casi no queda ningún centímetro entre nosotros. Un buen truco para que las personas hagan lo que dices es mirarlas fijamente a los ojos —Porfis— hago puchero utilizando mi expresión más adorable —Mira la carita con la que te mira Lunita— insisto apretando las mejillas del pequeño —Y mira la hermosa cara de Ra, él también quiere que vaya.

—¡La!— dice el niño, traduciré eso como un «te quiero mucho, no sería igual si tú no estás, ven con nosotros».

—Umm— achica los ojos —No sé...

—Ah vamos, Imri, ¡se me acabaron las estrategias de convencimiento, ya mejor di que sí!

—¡Ahg!— clama haciendo varias muecas —¡Está bien, ya déjame!

—¡Sí!— le paso a Ra para elegir que ropa ponerme, como voy a visitar el bosque necesitaré un buen atuendo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.