Soy la mamá de un niño lobo, ¿y ahora qué sigue?

Capítulo 14: Algo anda muy mal con la manada de Imri, ¡han de estar locos!

Capítulo 14: Algo anda muy mal con la manada de Imri, ¡han de estar locos! 

El cielo está nublado, las ramas de los árboles no dejan de moverse sin parar debido a la brisa fresca que las azota. Escuchar el sonido de las aves es fascinante, no recuerdo la última vez que estuve tan cerca de la naturaleza.

Esperaba que la manada de Imri se encontrara a unos pocos metros de donde estábamos pero no, tenemos media hora caminando y todavía no llegamos. Cada árbol luce igual, me sorprende lo desarrollado que está su sentido de orientación como para no perderse en este laberinto.

En una de nuestras pausas, él dijo que ya hubiera llegado de haber estado solo, no es como si quisiera estar aquí, no me imagino metida en este monte de noche, debe ser una experiencia aterradora, no entiendo por qué a los gringos les encanta acampar, ¡es horrible!

Si no fuera por mis múltiples quejas, el viaje habría sido aburrido, el hombre no dice nada mientras que Lobito está recostado en su hombro, el niño se durmió a los veinte minutos de emprender el viaje. Ahora que lo pienso, encontré al pequeño en aquella casa cerca del lago; el lugar queda a cuarenta y cinco minutos de mi apartamento por lo que esta caminata no será tan corta.

Si tan solo Imri hubiera aceptado mi idea de tomar un atajo en taxi, tal vez ya hubiéramos llegado pero no:

«Tenemos que ir todo el camino en bosque, de esa manera los lobos cerca nos detectaran con anticipación».

Ash.

Me pregunto si hay manera de distinguir entre lobos normales e inteligentes, a simple vista se ven iguales con la única excepción de que son más grandes, también existen especies gigantescas así que eso no es una pista.

—Imri— le llamo deteniéndome, cansada me dejo caer en el suelo apoyando la espalda en el tronco de un árbol —Va a llover.

—Por eso tenemos que agilizar el paso, vamos— indica acercándose —No me digas que ya te cansaste, nos paramos hace poco.

—¡Soy humana!— chillo echando la cabeza para atrás —Llévame suave.

—Ahg— se pone de cuclillas dándome la espalda —Sube, te llevaré en mi espalda.

—¿En serio?— uuh, tengo que aprovecharlo, su faceta gentil no es algo que se vea todos los días.

Él asiente así que sin pensarlo dos veces me le subo encima, al mismo tiempo que él me lleva detrás suyo, carga a Ra en su brazo izquierdo; con una sonrisa entrelazo los brazos alrededor de su cuello y sitúo la cabeza sobre el hombro que tiene libre.

Que suave se siente, me podría quedar así para siempre.

—Imri.

—¿Qué?

—¿Por qué no me ofreciste tu espalda antes? Se siente bien— froto mi rostro contra él.

—No hagas eso, me hace cosquillas— reprocha con el mismo tono gruñón de siempre —La, ya basta— insisto para ver si lo hago reír, él no puede evitarlo, tengo su punto débil—¡Ya!— me sacude a carcajadas.

—Vas a despertar al niño— le respiro en la nuca —Uuuh— para molestarlo más, le lanzo todo el aire caliente de mi nariz lo que provoca que él se detenga.

—¿Ya ves por qué no te ofrecí mi espalda antes?

—Ah— sonrío de par en par —Oye, vamos sigue, me estaba divirtiendo. ¡Arre!

—Si sigues así te voy a bajar— advierte caminando.

—Ya, está bien.

A lo lejos puedo escuchar una corriente de agua, puede que ya estemos cerca del lago por lo que nos acercamos a la ubicación en donde encontré a Ra. Pensar en eso me produce recuerdos, el niño estaba solo y se notaba que tenía rato en esas condiciones, pobre, debió ser duro estar solo en la oscuridad.

—¿No tienes alguna teoría que explique cómo fue que Ra se perdió?— le pregunto a Imri mientras que este baja por una pequeña loma.

—En lo absoluto— suspira  —Como puedes ver, la manada queda bastante lejos así que es extraño que se haya perdido de esa forma.

—¿Y tú en dónde estabas cuando se perdió?— las palabras de Larimar no se me salen de la cabeza, ¿será que Imri no es tan bueno y descuida al niño?

—¿Por qué lo preguntas?— vuelve y se detiene, esta vez me baja para colocarse enfrente de mí, su mirada es crítica y cortante, siento como cada vello de mi cuerpo se pone de punta —No me digas que lo que dijo Larimar te hizo crear un sin número de ideas locas en la cabeza.

—¿Cómo hacerlo si no la dejaste hablar?— umh, hasta yo soy consciente de que me pasé.

—Mira, cada miembro de la manada tiene su lugar, yo estaba cumpliendo con mis responsabilidades cuando Ra desapareció, al enterarme, enseguida lo fui a buscar y no me detuve hasta que lo encontré contigo— frunce el ceño —Pero claro, ¿qué vas a saber tú sobre responsabilidades?

¡¿Ah?!

—¡Oye!— él se va caminando y yo le sigo, por un momento se me olvidó lo cansada que estaba —¡Tampoco tienes que ser tan chocante!— reclamo pero Imri sigue su camino sin hacerme caso, no puedo creer que estemos teniendo nuestra primera pelea seria, ¡parecemos una pareja de verdad! —¡Lo siento si te ofendí! ¡Oye! ¡¿Me escuchas?! ¡Lo siento!

Es un hueso duro de roer, nada más mírenlo, camina entre los árboles sin mirar atrás, es un experto en el arte de ignorar.

Pero yo soy una experta en llamar la atención.

—¡Agh!— tropiezo apropósito y me caigo en el suelo, mi grito fue tan fuerte que él no tuvo de otra que voltearse para ver lo que sucede —¡Auh!— gimo tomando mi pie —¡Imri, me caí!

—¿Eh?— levanta la ceja con incredulidad —¿Con qué tropezaste?

Mis métodos son supremos.

—¡Con mi otro pie!— lloriqueo sonando la nariz —¡Estaba tan concentrada en que me hables que no me di cuenta y di una mala pisada!— me estrujo los ojos con el objetivo de que estos enrojezcan —¡No puedo caminar!

Pero Dios mío, ya que me den un premio soberano a la mejor actuación.

—De acuerdo— se acerca viéndome serio —Te llevaré pero aún así, continúo molesto contigo.

—Está bien— emito un suspiro mientras que él me carga en su espalda, nuevamente reanudamos el trayecto —Tengo que admitir que me dejé llevar por lo que pudo decir la chica— ruedo los ojos —Hice la pregunta con malas intenciones.




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