Soy la mamá de un niño lobo, ¿y ahora qué sigue?

Capítulo 21: Yo también tiraría el mundo a la basura por verle una sonrisa a Ra

A diferencia de otros niños, a mí nunca me interesaron los superpoderes porque o sea, estaba acostumbrada a ver como los héroes de la televisión dejaban de lado sus vidas para salvar a personas que ni siquiera conocían, suena egoísta, lo sé, pero preferiría ser de los que hay que salvar a ser de los que salvan; mientras que las víctimas tienen esperanzas, los héroes son la esperanza.

Pero bueno, me desvié del asunto.

El punto aquí es que ahora que soy adulta, lo pienso y fui tonta al pensar que no me interesaban los superpoderes, el mundo sería más genial si las personas pudieran volar como las aves, si tuvieran superfuerza como los elefantes o la mejor habilidad del mundo; la invisibilidad.

Omitiendo todos los crímenes que sucederían si esta habilidad existiera, hay que mencionar las ventajas de ella: escapariamos de situaciones incómodas y ocultaríamos nuestros más profundos secretos.

¿En esta situación? Mi más profundo secreto es Ra.

Sí, ese adorable niño es mi secreto.

Pero no el niño en sí, su naturaleza.

—¡T-Tiene orejas de perro!— lo señaló Helena tomando a Army y alejándose lo más pronto posible del pequeño —¡Y una cola! ¡¿Qué es esto?!

—Emh, no son de perro sino de lobo— intento calmarla pero no creo que sea tan sencillo —Y sí, es lo que estás pensando.

—¡¿Que es una criatura del demonio?!

—¡¿Qué?! ¡No! Eso no— Ra es de todo menos del demonio, nada más hay que ver a esa cosita tierna —¿Has visto alguna serie de lobos?

—¿Me ves cara de ser amante de los lobos?— ay no, Army vino a empeorar el asunto. La niña empezó a llorar de repente lo que provocó que Ra también lo hiciera, no sé si por sentirse mal o por pura imitación pero ahora tengo a dos niños llorando en mi sala.

—Helena te lo puedo explicar, no te vayas— en esta situación estoy utilizando mi tono dulce, ella podría asustarse y huir, tengo que hablarle con toda la gentileza del mundo.

—¿Él no es el único "eso", verdad?— ha de referirse a Imri —¿Su papá también lo es?— asiento —¡Lúa, ¿en qué te metiste?!

La chica estaba por irse pero rápidamente me subí a la silla y salté directo a la puerta para bloquearle el paso, podría mencionar que tropecé y me caí pero eso no viene al caso, lo importante es cuidar de Ra, ¡si tengo que ponerme en el papel de mamá postiza, lo haré!

—¡Alto ahí!— alzo las manos con determinación —¡Helena, me conoces! ¿Crees que me encargaría de esto si no lo pudiera controlar? ¡Piénsalo bien!

—¿Cómo sé que sigues siendo humana?— arrastra la silla y la pone en medio de ambas —¿Qué es ese niño, Lúa? ¡Dilo, ya!

—Es un lobo, ¿de acuerdo?

—¿Cómo que un lobo?

—Así como lo oyes, pasaron muchas cosas y ahora ese niño me ve como su mamá y yo pues, lo quiero— bajo las cejas con los brazos cruzados, es cierto, nunca había sido tan sincera con mis sentimientos; quiero a Ra, lo quiero mucho —Si me dejas explicarte, tal vez lo entiendas.

—¿Y si no qué?

—Considerate secuestrada porque no vas a salir de aquí hasta asegurarme que la naturaleza de Ra no será revelada— resueno dándole un palmazo a la silla —¡Y estoy hablando con determinación!

—No creo que solo el niño te vea como su mamá.

Helena no tuvo de otra que sentarse en la silla y escuchar toda mi historia, mientras le contaba cómo sucedieron las cosas, yo intentaba hacer que Ra volviera a la normalidad pero no, el niño no podía regresar sus orejas y esconder su cola. Él se había asustado tanto por los gritos que tuve que calmarlo en mi regazo y por un buen par de minutos le acaricié el cabello y le dije que todo estaba bien.

—Entonces los hombres lobos existen.

—Así es— Ra tiene la cabeza apoyada en mi pecho, sus ojos están cerrados y trato de no hacer tanto ruido para prevenir que despierte. Army también se calmó, la niña está caminando por toda la sala —También las mujeres lobos— na', aquí no caben chistes.

—No sé qué pensar— niega con la cabeza —¿Cómo crees que debería de actuar ante esta situación?

—Que te diga que actúes con total normalidad no será la respuesta a tu pregunta ni será la respuesta indicada— suspiro.

—Con razón andabas tan extraña.

—No creo eso.

—Ahora que ya sé tu secreto, dime, ¿en dónde estabas metida?

Se siente bien poder hablar de esto con alguien de confianza, iba a explotar si escondía lo que me pasaba por más tiempo, así que, respirando profundo le terminé contando toda mi travesía a Helena, definitivamente todo.

—¡Pero qué malvada!— esa fue su primera reacción desde que le hablé sobre la suegris —¡Entonces los lobos atacan a la gente a propósito!

—También me sorprendí cuando lo supe, ellos no quieren humanos cerca.

—Y esa tal Larimar, no la conozco y ya me cae horrible.

—Al principio me cayó mal pero no es tan mala como parece, si por cosa mala del destino a ti te pasara algo y me dejaras a Army, también actuaría así.

—Descuida, no pienso dejarte a Army— qué mala —Qué triste historia la de Eveling.

—Lo es.

—Debe ser feo que no quieras tener nada con el papá del niño gracias a que su mamá está muerta.

¿Eh? ¡Entendió mal la historia!

—¿Cómo fue que vinculaste los dos hechos?— parpadeo varias veces —¡¿Por qué todo tiene que ver con el romance?!

—Ah, lo siento. Esa fue mi percepción— cruza las piernas —Pobre niño, perdió a su mamá sin siquiera conocerla— parece que la historia de Ra le llegó a lo más profundo de su lado materno, conozco esa mirada de compasión —Y es un poco loco que gracias a que tu voz se parece a la de su mamá, él piense que lo eres.

—Lógica de lobos— me encojo de hombros —Esa es la teoría más aceptada de por qué me reconoció como su mamá.

—Ow, ya no lo veo tan aterrador— preferiría que no lo viera completamente —Pobre.

—Ya deja de decirle así— mascullo desviando la mirada —Él no es pobre, está conmigo después de todo.




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