Soy la mamá de un niño lobo, ¿y ahora qué sigue?

 Capítulo 45: Me enamoré de aquel lobo insoportable

En ocasiones queremos algo y nos sale completamente diferente. En verdad que nunca imaginé que Imri se terminaría declarando primero, juro que pensé que yo sería la de la iniciativa completa.

Solo hice un comentario, quería ver cómo reaccionaba ante la pregunta de si estaba enamorado de mí. No puedo creer que las cosas me salgan tan bien hasta sin planearlas con antelación, ¡el destino es maquiavélico! Somos amiguis.

Dios mío, estoy impactada. Definitivamente, es mi novio de verdad.

Lo único que me faltaba, era conocer los hechos que lo atormentaban. Ahora que estoy enterada del asunto, puedo accionar desde mis movimientos más fríos. No permitiré que el comportamiento que tiene su familia, afecte a la mía. Si ellos continúan rencorosos, hasta Ra y yo saldremos afectados.

Soy sensible, ¿de acuerdo? El niño ni se diga. Es hora de que Imri pueda dormir tranquilo, puede que el ser rechazado por su papá es lo que le impide descansar en paz.

Solo duerme cuando siente las apasionadas y exorbitantes llamas de mi amor.

Hay que imaginar que cuando está en el bosque pasa la noche en vela, pobre de mi verdaderadísimo novio de verdad. Ha sufrido mucho desde que regresó con nuestro pequeño. Saber su historia y escuchar lo arrepentido que estaba, me hizo enamorarme más de él.

Me conmovió el corazón. Me dieron ganas de abrazarlo y de no soltarlo nunca.

Para ser sincera, hace mucho que no me sentía así. No recordaba lo bonito que era el apreciar tanto a una persona de esta manera, le quiero mucho.

—Entonces ahora entramos a un nuevo arco— comento acostada en la cama. Tengo al niño acostado en mi pecho, mientras que yo lo mezo en un temblor constante, él hace unos extraños y adorables sonidos de «Uuuum», no para de hacerlos a la vez que me abraza con los ojos entrecerrados.

—¿Un nuevo qué?— cuestiona confundido. Imri está semi-sentado. El hombre tiene la mitad del cuerpo recostado en la cama.

Le dije que se pusiera la franela, pero se ve mejor sin ella. ¿El inconveniente? La libido desapareció en el segundo cero que interactué con Ra. Mis dotes maternales son más fuertes que cualquier apetito sexual. No tengo un balance: o está uno o está el otro; más el último que el primero.

¿Qué pensaría la Lúa de antes? No solo me encariñé, sino que de paso me autoproclamé como su mamá.

Ay, es que lo amo.

—Me refiero a nuestra dinámica, ya cambió— contesto acariciando el cabello de la criatura —Primero empezamos como amienemigos de mentira, luego pasamos a ser amigos confidentes y ahora tenemos algo superserio— él rio al escuchar eso —Quiero saber, ¿seguiremos igual? ¿Con el mismo trato?

—Amas tenerlo todo confirmado— se burla a risas —Pensaba que las cosas fluyeran de forma natural, no sé, lo que nuestro corazón decida.

Si es por su corazón, que Dios nos ayude. Aunque, hay que darle puntos extra, no lo presioné para que se confesara.

—De manera natural...— no se oye tan mal. Tampoco hay que apresurarnos, ahora mismo no estoy caliente —Umh, quiero que sepas que me enamoré de ti por cómo eres, no tienes que cambiar para impresionarme.

—Tranquila, no es como si tuviera en mente hacerlo.

Ah, esa franqueza suya. Sí que me enamoré de esa cabezota.

—No obstante— ¿Por qué mis mejillas sonrojaron? Ni que fuera adolescente —Un par de besos y abrazos no caerían mal.

Él es un poco seco en ese sentido, solo me ha abrazado cuando me he sentido mal. Quisiera sentirlo más a menudo.

—Me parece bien— asiente acercándose, él, con una sonrisa, nos abraza colocando el brazo alrededor de nosotros —¿Así o más fuerte?— pregunta juntando su cabeza con la mía.

—Ahora que tenemos una relación como tal, dime, ¿no habrá problemas porque soy humana, verdad?— sí, me gusta confirmar.

—Estás obviando que para todos tenemos una relación seria desde el principio, nadie te hizo nada cuando te presenté como mi novia.

—Sí, pero en ningún momento te di demostraciones de afecto delante de todos— me volteo para situarme enfrente de él. Ra está fijado a mí como un pequeño koala —¡Soy muy cariñosa! ¡No te quejes cuando te llene la cara de besos aun estando delante del propio Emre!

—Si antes que no eras mi novia te me pegabas tanto, me imagino ahora— dice a risas —Oye, no te va a suceder nadar. De pasar una cosa mala, yo siempre estaré ahí.

—¡Eso espero!— además de que no quiero que estemos distanciados.

—Tú y yo somos mates.

¿Cómo así?

¿De alguna casualidad, Imri sabe lo que significa?

Si es así, ¡este lobo me está seduciendo!

—¿Cómo fue?— parpadeo un par de veces.

—¿Qué pasa? ¿Dije algo malo?— arruga la frente confundido —Debido a mi curiosidad, leí un par de historias con temática de lobos, y como no entendía esa palabra, la busqué en Internet y por lo que parece, significa «compañeros». ¡Es lo que tú y yo hemos sido!, un equipo.

No entendió el contexto de esa palabra en las historias que leyó.

Tenía que haber estado de pie para haberme caído.

—Además...— se rasca la cabeza —Parece que es algo romántico, cuando la trama se tornaba dramática, ellos se acercaban a la chica, de esta forma...— acorta la distancia entre ambos. Ser consciente de los sentimientos que tengo hacia él, me hace dar cuenta de las emociones que antes ignoraba. Parezco una novata en el tema de las relaciones, pero en estos momentos no puedo contener el ritmo tan apresurado de mi respiración —Mirándose fijamente a los ojos, la abrazaban de este modo— coloca la mano en mi cintura, al mismo tiempo que imita las acciones de los galanes de esos cuentos —Le susurran: tú eres mi mate— enuncia con un tono pausado, como si de verdad fuéramos parte de una telenovela.

El condenado me salió actor.

—Amh— trago saliva. No tengo palabras al respecto.

Y con ese tonito los imita.




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