Soy la mamá de un niño lobo, ¿y ahora qué sigue?

Capítulo 56: Hay un dicho popular: si Mahoma no va a la montaña...

Antes de saber sobre la existencia de Imri, Ra y los demás, pensaba que la vida de la mayoría de lobos en el bosque se basaba en despertar, cazar para comer y acostarse bajo un árbol sin hacer nada.

Ahora es que me vengo enterando de las cosas tan interesantes que suceden allá, tales como una constante lucha territorial, enemistad entre manadas y hasta asesinatos de Alfas.

Quien los viera la primera vez que fui, tan amables y simpáticos. Bueno, todavía lo son, pero con un gran iceberg de por medio. Lo mejor que puedo hacer es mostrarme como siempre: la enérgica y linda Lúa, sería demasiado problemático llevarme mal con alguno de ellos; ya tengo suficiente con Onil, ese hombre quiere matarme.

Nunca hubiera imaginado que el gran problema que tiene con mi Im se debe a los celos que siente. No diría que sus sentimientos sean ilógicos, aun así, me resultan sorpresivos.

Habría preferido que su resentimiento se deba más a que Imri le quitó una novia a que él sienta que su mamá no lo quiere igual que a su hermano.

Como bien dicen: «faldas vienen y van, pero el amor de una madre, siempre estará ahí».

Ay, maldita sea.

—Oye, Lúa.

Ariangely me dejó una nota diciendo que dejaría a Rem debido a su estado de ebriedad. Las palabras del papel decían lo siguiente:

Lua

Rem vorracho borracho

Regresare

Vuscarlo

No sé por qué, pero me pareció tierna su manera de comunicar un mensaje. No creo que los lobos utilicen hojas a menudo para expresarse, se valora su esfuerzo.

—Ah, ya despertaste— le digo al chico.

En estos momentos estoy en la cocina preparando algo para desayunar. Es destacable la expresión de confusión que el muchacho porta en el rostro, no ha de tener idea de cómo llegó a mi cama. Porque sí, cuando entré anoche, lo encontré acostado allí junto a Ra; tuve que quitarle la pierna del niño de la cara.

—¿Dónde está mi mamá?—se acerca sintiéndose atraído por lo que estoy haciendo. Decidí preparar pan con huevos, algo fácil.

Quiero comprobar algo. —Ump, ¿tu mamá?— su reacción me resultaría interesante —Ella dijo que se iba y que no volvería, que te portaras bien.

—¿Qué?— ¿en serio me lo creyó? —¡¿Por qué?! ¡¿Qué yo hice?!

No lo puedo creer, por poco y empieza a llorar.

—Hey, tranquilo. ¡Es una broma!— apago la sartén para ponerme enfrente suyo —Estaba jugando.

—¿Y por qué jugarías con algo así? ¡Eres mala!

¿Ma-Mala?

Esto me pasa por andar de graciosilla.

—Fue un chiste humano, no lo entendiste porque eres un lobo— confío en que lo crea —No lo dije con malas intenciones.

—¿Hiciste algo de comer para mí también?— ojea la sartén con los huevos revueltos —Tengo hambre.

—Tenía planeado hacer pan con huevo— reanudo lo que estaba haciendo. De arriba de la nevera, tomo la funda de pan y la coloco encima de la encimera —¿Te agrada la idea?

—¿Puedo ayudar en algo?

Iba a decirle que no era necesario, pero darme cuenta de su entusiasmo me hizo cambiar de opinión. Rem no solo me ayudó a ir cortando los panes, sino que puso la mesa y quiso realizar un intento de fregar los trastes que había. Opino que es alguien bastante servicial, no se sentó hasta que yo también lo hice.

—¿Cuándo volverá mi mamá?— dice sentado en la mesa, yo estoy al lado de él comiéndome un pan —Que por lo menos mande a Onil a buscarme, me quiero ir.

—Oh, vaya. Entonces te aburre estar conmigo— no entiendo por qué si se quiere ir, no se marcha y ya. ¿Por qué requiere que alguien venga a buscarlo?

Es raro.

—¡No es eso!— le da una mordida a su pan —Pasa que me siento más cómodo en el bosque.

—¿Y por qué no te vas por tu cuenta?

—Se me tiene prohibido salir solo— resopla —No es mi culpa que la gente aproveche cuando estoy sin nadie para sacarme de quicio. Es tan frustrante.

—¿Y de qué modo te hacen enojar?

—De muchas maneras.

—Bueno. Si te sirve de algo, por ahora no te considero un mal chico. Me agradas.

—¿En serio?— se acaba el sándwich de un par de mordiscos —Tú no me resultas molesta.

Oh, qué… bien.

—¿Y sabes algo? Como eres hermano de Imri, y yo soy su novi-humana, eso te convierte en mi hermano también.

—¿En serio?— vuelve a preguntar arrugando la frente. Él se quedó analizando lo que le dije por al menos unos cinco segundos. Asumí que lo aceptaría de inmediato y no fue así —Tiene sentido— por fin responde asintiendo con la cabeza —Aunque espera, ¡si ahora eres mi hermana y tienes más edad que yo, eso significa que eres la mayor!

—Pues sí, ¿y eso qué?

—Otra persona más a la que obedecer— rechista con varias muecas —¿Eres mandona? ¡Quiero que los alfas tengan otra camada, eso me quitará el puesto de hermano menor!

—¿Te dan muchas órdenes?— pobre, consecuencias de ser el más pequeño.

—¡Onil piensa que soy su sirviente!

Sí, sabría que ese sería el primero en mencionar. Después de todo, recuerdo lo mucho que insistió para que yo mandara a Rem a comprar el hielo.

—Oye, soy una hermana cool— le guiño el ojo.

—¿Y eso qué significa?

—Que soy de lo más genial— como si fuera un niño pequeño, le acaricio el cabello de un lado a otro —Tranquilo, conmigo puedes ser tú.

—Ooh— tener el cariño de mi cuñadito no está nada mal —Ser humana te convierte en alguien frágil, prometo que estarás protegida mientras esté cerca.

—No veo de qué, pero lo acepto.

Fei entra al comedor. El hombre cambió su rostro relajado por uno de horror en cuanto vio a Rem; el chico no fue diferente, desde que se percató de su presencia, achicó los ojos con fastidio.

—¿Y tú qué haces aquí? Vete para tu casa— le dice poniéndose de pie —A partir de ahora protejo a mi nueva hermana. Como en estos momentos eres la principal amenaza, la protegeré de ti: molestador de chicas.




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