Soy la mate del alfa

Cap 29

Capítulo 29

 

.*Adolfo*.


«Juro que si hubiese sabido que esto ocurriría, jamás me hubiese dejado convencer por ti».


—¡Velika ven acá! —Gritó Anna mientras corro por la habitación para que no me atrape.


Hace tres días tuve que regresar a Alemania porque me llegó la noticia de que un gran número de lobos murieron y no se sabe el motivo. Como la reunión que tenía en México también era un asunto sumamente importante dejé a Brad para que me representara y a Sophie para que fuese la cara femenina de la manada.


Aunque el verdadero motivo por el que no la traje conmigo es que estoy cansado de ella y de su obsesión por ser la madre de mis cachorros. Sin mencionar que con ella aquí me sería más difícil averiguar si es verdad o mentira lo que me dijo, ya que no podría acercarme a Anna y ella es la única que puede sacarme de la duda.


En fin, como cada vez que regresaba de viaje o como cada mañana antes de irme a trabajar, lo primero que hice al llegar fue ir ver a mi mate. Porque así ella me rechazara y odiara con todas sus fuerzas yo necesitaba verla, sentir su olor, sentir su calor para poder seguir con mi miserable vida; ya que así me siento al no tener su cariño.


Normalmente siempre la consigo dormida, lo que me evita las discusiones absurdas entre los dos. Pero esta vez todo fue diferente, ella no estaba, y por lo tenue de su olor hacía mucho tiempo que había abandonado la mansión.


Rápidamente autorice el despliegue de toda la manada para que buscáramos a mi Luna por cielo, mar y tierra, ya que temía que algo malo le hubiese sucedido como;  ser secuestrada por mis enemigos, que hubiese escapado y los asquerosos híbridos la hallaran o haber huido con el perro sarnoso de Luis. Cualquiera de estos escenarios me asustaba y enojaba, por lo que después de encontrarla castigaría a los ineptos que la descuidaron.


Sabía que yo tenía una ventaja sobre los demás para encontrarla, ya que su aroma era más nítido para mí por ser su mate. Así que no dude en transformarme en lobo y dejar que Velika me guiara. Después de una hora de búsqueda por fin dimos con su paradero; estaba de pie frente a la cascada mágica de la madre luna.


Por un lado me sentí aliviado por verla sana y salva, pero por el otro me inervaba el hecho de saber que había intentado escapar y que de no ser por mi inesperada llegada nadie se hubiese dado cuenta de su desaparición.


Sin escuchar de razones me acerqué a ella y le di un buen susto con la forma de un lobo de tamaño promedio. Pero cuando quise transformarme para enfrentarla Velika no me dejó tomar mi forma humana, sino que me convenció para hacerme pasar por un lobo y así ganarme la confianza de Anna para poder averiguar la verdad.


«Ahora por tu culpa estoy atrapado en mi forma lobuna hasta que ella se duerma» —le reclamo.


—¡No corras, es solo un baño! —comenzó a perseguirme. —No te derretiras por usar un poco de jabón.


Tanto la ventana como la puerta estaban cerrados, por lo que no tengo escapatoria sin revelar mi identidad.


«¡Velika te voy a matar por esto!».


*'A mí no me culpes, tú quisiste dormir en la cama'* —se mofó mi lobo.


—¡Te tengo! —Chilló Anna cuando me atrapó. —Pero que perro tan cobarde eres. —Me arrastró de regreso al baño. —Creo que el apodo de Adolfo te queda más a ti que a él.


«Si supieras que yo soy Adolfo».


—Debería darte vergüenza, tan grandote y le tienes miedo al agua —se rió después de cerrar la puerta del baño tras nosotros.


Yo no le tengo miedo al agua, yo soy un hombre que le gusta andar siempre limpio y pulcro, lo que me incomodaba y quiero evitar es que ELLA toque mi cuerpo, porque no sé si pueda seguir interpretando el papel de lobo al sentir sus caricias.


—Velika, coopera conmigo —dijo mientras quería meter mis patas delanteras a la tina. —Si no te bañas no podrás dormir conmigo en la cama. —Sentenció con los brazos cruzados al ver que no podría bañarme sin mi consentimiento.


No quería doblegarme, no quería ceder ante sus deseos, pero al mismo tiempo estaba loco por dormir a su lado, así fuese en mi mini forma lobuna.


*'No solo podrás dormir con ella, también tendrás la oportunidad de saber el por qué te has estado sintiendo mal'* —comentó Velika para incentivarme.


«No puedo creer que vaya a acceder a esto» —no me quedó de otra que entrar pacíficamente a la tina.


—Sabía que aceptarías —Dijo Anna con aires de superioridad antes de reírse de la manera más hermosa que hubiese podido oír.

.

(…)

.

Cuando acepté dejarme bañar creí que solo me aplicaría champú y ya, no conté con que me echaría tres tipos diferentes de champú, más el enjuague, un baño de crema, sedal, mascarilla para prevenir las horqueta, ampollas para darle brillo y suavidad al cabello y otras cosas más que me aplicó. Convirtiendo los siguientes 60 minutos de mi vida una verdadera tortura.


—Listo, ya termine. —Anunció luego de terminar de secarme el pelaje con el secador y de rociar algo encima de mí que me dio alergia.


«¿Por qué las mujeres tienen que echarse tantas cosas en el pelo» —pensé luego de estornudar por séptima vez.


—¡Traje la comida! —Se escucho la voz de la chiquilla insolente.


Desde que Josefina Maldonado llegó a la manada se volvió un completo dolor de cabeza; constantemente se peleaba con todos, no asistía a sus clases, desobedecía mis órdenes y las de Brad, se escapaba a media noche, le jugaba bromas pesadas a mi Beta, entre otras cosas.


Para apaciguar el huracán que era esta chica tuve que bajarla de rango, pasó de ser la prometida de mi Beta y de tener privilegios a ser una chica más del servicio, hasta que aceptara casarse con Brad. Mi Beta por supuesto no le gustó mi decisión, porque eso reducía el tiempo que podría pasar con su mate, pero cuando le explique que eso era lo que quería Josefina aceptó.




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