Soy la mate del alfa

Maratón 1


Holiiiiiisssssss

No se imaginan la emoción que sentí cuando vi que esta historia llegó al puesto 2 en fantasía, literalmente grité como fan giro jajajajajajajajaja

Y eso se los debo todo a ustedes, mis amados y adorados lectores, sin ustedes yo no sería nada.

Muchas gracias por todo el apoyo y como se los prometí aquí traigo los dos primeros capítulos del maratón, los otros dos los publicare mañana, espero disfruten de la lectura, en especial una queridisima lectora que me sigue desde que comencé con esta historia, está muy pendiente de cada actualización y comenta casi todos los capítulos. Te mando un abrazo enorme Roxana Soto.

 

Capítulo 43

 

.*Anna*.


—Anna, debemos llegar a la mansión o se preocuparan.


Después de la confesión de Brad me subí a la camioneta, con ayuda de Fina, y hemos estado dando vueltas para postergar la llegada a la mansión; ya que si llego en el estado que me encuentro llamaran a Adolfo y sabrá que Brad desobedeció su orden al contarme lo que los Miller le habían hecho a mi familia.


Una parte de mí le agradecía el gesto, pero la otra estaba molesta porque yo merecía saber lo que había ocurrido.


*'Él solo te quiso evitar un sufrimiento innecesario'* —habló Velika. —*'Él sabe lo mucho que aprecias a la familia Miller y no quería que los odiaras'*.


La verdad nunca podría odiarlos, ellos fueron sumamente buenos conmigo; me pagaron la carrera, me dieron trabajo, me ayudaron a salir de la fosa donde me encontraba después de la muerte de Claudia; sin ellos yo no estaría hoy aquí y por eso siempre les estaría agradecida.


Además, las decisiones que tomaron, aunque erradas, las hicieron pensando en el bienestar de su familia, su manada, puesto que Adolfo estaba ejerciendo sobre ellos mucha presión, y como dicen: "ante situaciones desesperadas se toman medidas desesperadas, sin importar por encima de quién tengas que pasar". Por supuesto esto no los libraba de culpa, ya que debieron encontrar otra forma de "persuadirme" para que aceptara irme con Adolfo.
 

"Tanto Magda como yo vemos en ti la hija que no pudimos tener".


Gruesas lágrimas se deslizaron por mi rostro al recordar la última conversación que había tenido con el señor Miller.


Yo en verdad creía que me veían de ese modo, como a una hija, y por eso les quería, les admiraba y hubiese puesto mis manos al fuego por ellos. Pero con lo que hicieron me decepcionaron completamente.


¿Por qué todos los padres que me consigo no les importa lastimar a sus hijos? O ¿quizás yo estoy errada y esa es la forma en que los padres demuestran afecto?


Lleve mis manos a mi vientre y pensé en mi bebé.


Desde que me enteré de su existencia he hecho de todo para protegerlo; he buscado el respeto y la aceptación de la manada como Luna Superlativa, me enfrente a Adolfo, a la tarántula, a la manada y ese grupo de machistas, todo con la finalidad de que mi hijo se desarrolle correctamente.


«Yo no puedo estar errada, un padre siempre procuraba el bienestar de sus hijos» —concluí, ya que eso era lo que deseaba para mi pequeño o pequeña.
 

"Anna, sin importar lo que pase de ahora en adelante, nunca olvides que te queremos".


Esas palabras cortaron mi llanto abruptamente porque recordé un hecho que me había pasado desapercibido.


*Flashbacks:


—¡Anna, que bueno que viniste! —exclamó con emoción el señor Miller cuando entre en su casa seguida de Luis. —Tengo muy buenas noticias —me dio un gran abrazo. —Convencí a unos amigos para que realizaran la conferencia médica en Brasil en vez de Alemania.


El entusiasmos del señor Miller me extrañó mucho, él había asistido a muchísimas conferencias, y aunque en esta expondrían avances científicos y tecnológicos que mejorarían la esperanza de vida en un 35% no tenía porqué emocionarse tanto.


—¿Por qué no estás feliz, criatura? —preguntó.


—¿Por qué debería estarlo? La sede es lo menos, lo importante es que se lleve a cabo lo más pronto posible para que los médicos comience a utilizar los nuevos equipos e implementen las nuevas medidas para mejorar la salud de la población —respondo con tranquilidad y los ojos del señor Miller brillan con admiración.


—En este caso si te debe importar la sede, ya que irás conmigo —mis ojos se abrieron de la impresión.


—¿Anna irá contigo para dónde? —inquirió Luis con el ceño fruncido.


—A Brasil —volvió a decir, sin que disminuyera la sonrisa de sus labios. —Las otras veces que la he invitado me dijo que no porque no querías viajar al otro lado del charco y dejar a tus abuelos tanto tiempo solos —su mirada se enfocó en mí. —Por eso use mis influencias para que movieran la conferencia a Río de Janeiro y ya no tuvieses excusas para no acompañarme.


La noticia me dejó tan estupefacta que no sabía que decir, jamás imgine que pudiese tener la oportunidad de asistir a un evento tan importante


 —Eres la mejor estudiante de mi clase y tú más que nadie merece ir.


*Fin del flashbacks.


«“Sin importar que pase de ahora en adelante nunca olvides que te queremos”» —repetí en mi mente y mi cerebro reprodujo el intercambio de palabras que ambos tuvimos después que llegamos a Brasil.


—¿Acaso te quedaste conversando con ese hombre rubio? ¿Es tu amigo? ¿Dónde lo conociste? –él disparó una pregunta tras otra con mucha premura.

—No, es la primera vez que lo veo –respondí.

–¿Por casualidad te dijo algo extraño? —preguntó llenó de ansiedad. —Anna, por favor, si él se vuelve acercar a ti me dices inmediatamente.

–¿Usted lo conoce? ¿Es peligroso?

–Algo así.




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