Soy la mate del alfa

Cap 51 parte 2

.*Narrador Omnisciente*.


—Cuñis, conmigo no tienes que fingir que mi cosi te gusta —le guiñó el ojo y Anna se puso roja. —Cuando yo te haga la señal deberás seguir el juego ¿Entendido?


—¿Cuál es la señal? ¿Qué clase de juego? —él no le contestó y se alejó con una sonrisa de guasón.


Ella iba a ir detrás de él pero Fina la interceptó.


—Estuviste grandiosa, esa fue una entrada triunfal, —la felicitó Fina y Anna sonrió ampliamente, orgullosa de sí misma.


—En ese momento me sinti muy nerviosa porque todos estaban al pendiente de cada uno de mis pasos.


—Pero no lo demostraste, eso es lo que importa, llamaste la atención en buena forma y eso era lo buscábamos.


Josefina tenía razón, Anna había conseguido toda la atención de los presentes. Pero así como el elogió de su amiga le había subido el animo su euforia y alegría se desvaneció al ver al perro cobarde junto a Sophie.


—No me importa que sea mi Alfa ¡Es un hijo de puta! Se supone que esta era tú noche ¡¿Cómo se atreve a lucir a su amante?!  —habló una Josefina muy enojada. Tanto así que se le pasó que su comentario había aumentado el sentimiento de desazón en la morena.


—Pero lo que más me indignó fue la forma en la que dejó que ella enrollará su brazo con el de él, parecía una traga venado {así se llaman coloquialmente a las serpientes constrictoras en Venezuela} en plena acción —añadió.


—Necesito un trago —susurró la Luna Superlativa en lo que un joven con copas de champán pasaba frente a ellas.


—No —Fina le arrebató la copa antes de que se la llevara a la boca —No puedes ingerir bebidas alcohólicas —le recordó y Anna se sintió mal por haberse olvidado de su bebé por un momento.


—Lo siento… Es solo que no tolero ver a esa tarántula peluda junto mi esposo —confesó con coraje al asesinar a la usurpadora con la mirada.


—Pues tendrás que aguantar los celos por el bien de mi sobrino —la regañó Josefina antes de tomarse de golpe todo el contenido de la copa. —Además, tienes el consuelo de saber que él está loco por venir a ti —dejó la copa vacía en la bandeja del mesonero que iba pasando y tomó dos más llenas —ella seguramente lo está reteniendo chantajeándolo con ese engendro que trae en la barriga —Anna apreciaba las intenciones de Fina por subirle el animo, pero éste se encontraba por el piso porque francamente dudaba que eso fuese así.


Él la había vuelto a decepcionar, porque de verdad creyó que esta noche estarían juntos como la pareja que debían ser. Creyó que después de admitir frente a él lo que sentía él le daría el lugar que le correspondería.


—Así que baja le dos rayas a tus celos —continuó después de beberse una copa seguida de la otra.


—¿Fina, estás bien? —le preguntó la morena extrañada por el comportamiento de su amiga.


—Perfectamente —le robó la copa a una señora y se la bebió completa.


—Lo siento, mi amiga ya está muy ebria —se disculpó Anna en inglés y la señora solo asintió y se fue de allí con su esposo.


—¿Qué te pasa? —volvió a preguntar y la menor no le respondió, tenía la vista fija en un solo lugar o más bien dicho en dos personas. —¿Con quién está hablando Brad?


—No tengo idea, solo sé que en lo que vio a esa rubia se puso muy feliz y fue a saludarla, abandonándome en un lugar lleno de personas que no conozco.


—¿Celosa? —inquirió con picardía.


—¡Yo celosa de ese ser! —se empezó a reír —Por supuesto… —Fina fue interrumpida por los Alfas y las Lunas de Corea del Sur, Australia, Dinamarca, Suiza, Perú, México, República Dominicana y Chile.


—Me alegro que haya podido venir, mi señora —dijo el Alfa Park Bo Gum y todos los demás hicieron una reverencia.


—Se nos hizo muy extraño que el Alfa Superlativo haya llegado con aquella señorita en vez de su esposa —comentó Fernando Rodriguez, alfa de México.


«Esto era lo que me faltaba; que me restreguen la traición de mi "esposo" en la cara» —pensó Anna, pero a pesar de que la presencia de la tarántula la sacaba de quicio en ningún momento dejó que alguien lo notara.


Durante toda la charla se mantuvo serena y relajada y cuando le preguntaban por el Alfa simplemente decía que ella no debía estar todo el tiempo con él, porque ella era un ser libre de andar donde quisiese, capaz de expresar su punto de vista sin temor a represalias y Adolfo respetaba eso, es decir, respetaba su espacio.


Los Alfas sopesaron las palabras de Anna y decidieron brindarles a sus esposas ese espacio para que pudiesen charlar con sus amigas y después de dejar a sus mujeres concordaron en que Anna Acosta sería una excelente reina, al igual que lo fue su antecesora.
 

—¡Luces fantástica! —Intervino Kim Ji An (Luna de Corea del Sur).


—Tienes un gusto exquisito —añadió Minerva Moore, Luna de Australia.


—Ustedes no se quedan atrás ¡Esos vestidos están divinos! —Le devolvió el alago. —Pero no puedo llevarme el crédito por mi atuendo, ya que la que escogió mi vestido fue Josefina —Anna abrazó a Fina para integrarla a la conversación. —Yo solo elegí el color.


—Tú eres la mate del Beta de la manada de Adolfo ¿Verdad? —preguntó Milia, la Luna de Suiza.


—Sí —Contestó incomoda la menor. No le gustaba presentarse como la pareja de Brad.


—¡Esto es estupendo! Todas seremos grandes amigas —la coreana eufórica abrazó bruscamente a Anna y Fina.


—Que pena siento por ti, viniste a dar lastima y a desentonar entre tanto brillo —escupió la tarántula su veneno.


Desde que vio a su rival entrar quiso enfrentarse a ella, pero no había encontrado oportunidad, hasta que Adolfo le comunicó que iría al baño.


—¿Qué dijiste? —Anna se volteó y se hizo la desentendida.




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