Soy la mate del alfa

Cap 52 parte 3

.*Josefina*.


Recordar esa fatídica noche en que conocí a Brad Miller me trajo algo de provecho, me acordé del sitio en dónde Ramón me había llevado.


—Hermana, creo saber dónde está su sobrino, le daré la dirección para que vaya por él pero antes debe dejarme en el convento.


—¿Qué clase de lugar es? —preguntó temorosa.


—Es un club nocturno clandestino –La hermana Francisca se persigno y dijo "Ave María Purísima". —El día que me atropellaron, él me llevo a ese lugar.


—Hermana Josefina, usted no puede dejar que yo vaya sola, debe acompañarme.


Sabía que ese no era sitio para una monja, pero yo no quería volver a poner un pie en ese lugar.


—Lo siento, hermana, muero de hambre y no voy a postergar el encuentro con mis sagrados alimentos por la persona que me abandonó a mi suerte cuando la policía llegó.


—¿La…policía…? —tartamudeó y la parte noble en mí se conmovió y terminé acompañándola.


—Esta bien, iré con usted —ambas subimos a la camioneta y le indique por donde ir.


Luego de conducir por 20 minutos la entrada del "Club" se hizo visible. Ésta estaba siendo vigilada por dos enormes gorilas que nos prohibieron la entrada. Pero no fue por los hábitos de monja, porque en este lugar lo que menos les importaba era como fueses vestido, nos vetaron del lugar  porque la hermana Francisca se puso como loca a darle golpes a uno de los guardias y a gritarle a todo el mundo que este era un sitio de perdición, pecado y que todas sus almas estaban malditas.


—¡TODO ESTO ES TU CULPA JOSEFINA DEL CARMEN! –Me gritó exasperada. —Desde que la hermana superiora decidió recogerte te has vuelto una carga para todas nosotras y ahora que volvió a aceptarte te convertiste en una maldición, porque quién sabe cuantas mañas habras adquirido con esos engendros de satán.


Normalmente hubiese dejado pasar el insulto, porque ya estaba acostumbrada a las agresiones de mis compañeras y de las monjas, pero algo en su tono me enfureció.


—¡ESTAMOS AQUÍ POR SU CULPA! –Le contesté en el mismo tono. —¡SI NO SE FUERA PUESTO COMO LOCA, ELLOS —señalé a la puerta —NOS HUBIERAN DEJADO PASAR! –Me defendí antes de enfrentarls. —¡¿POR QUÉ USTED ME ODIA TANTO?! ¡¿QUÉ MAL LE HICE?! Desde que cumplí 10 años usted me ha tratado como una basura y a las demás huérfanas con todo el amor que una madre albergaba su corazón ¿Por qué es así solo conmigo? –La interrogué y ella solo guardo silencio. —El único día que usted estuvo preocupada por mí fue cuando Brad vino a reclamarme como alma gemela –Ella desplegó los ojos. —¿Se acuerda de ese día? Recuerda como con lágrimas en sus ojos me entregó aquella daga de plata ¿Lo recuer.....  –En ese instante un montón de olores azotaron mi nariz; sudor, sustancias estupefacientes (droga y alcohol), moho, sangre, vomito, eses, orina, un olor conocido y otro muy agradable que jamás había sentido.


—¿Qué te sucede niña?


—Ramón está aquí —afirme después de olfatear como perro.


—¿Cómo lo sabes? –Ella se cruzó de brazos-.


—Siento su olor —una oleada de calor se apoderó de mí y quise quitarme el habito porque sentía que me estaba sofocando.


—¡OH POR DIOS! ¿Te sientes bien? Estás sudando demasiado y tu cara está muy roja.


—Solo tengo mucho calor —me quite el de la cabeza. —Quizás... —Fui interrumpida por una voz en mi cabeza.


*'Ya hablé con uno de los guardias, te dejará pasar'*.


«¡Tú otra vez!».


*'Sí, hola...' –Dijo la supuesta virgen María muy animada.


«Si tú estás aquí sólo puede significar una cosa ¡DESGRACIA!».


*'Eres muy graciosa querida'* —usó un tono sarcástico.


«¿Es mentira lo que estoy diciendo?» –La encare. —«El día que apareciste por primera vez conocí al maldito que arruinó mi vida».


*'Conociste a nuestro mate, eso no tiene nada de malo'* —corrigió y de no ser por ese artículo posesivo no hubiese sabido de quién era esa voz.


«¿Eres mi loba?».


*'Sí, mi nombre es Laila y pronto me convertiré en tu acompañante y guía'* —se presentó y yo no podía estar más incrédula.


«¿Por qué desapareciste después de conocer a Brad? ¿Por qué me dejaste sola cuando más te necesite?».


*'Lo siento, no quise abandonarte'*.


«¿Por qué lo hiciste?».


*'Porque tu cuerpo aún no estaba listo para soportar una transformación'*.


«¿Y después de dos años sí lo está?».


*'En realidad no lo estará hasta que Brad y tú se vuelvan uno, es por eso que te guíe esa noche a él'*.


«Porque será que no me sorprende que hayas provocado ese encuentro».


*'Sí quieres más tarde te explico todo con detalles, pero ahora ve a buscar a tú amigo, él está adentro'*.


«No sé si confiar en ti. Eres una mentirosa».


*'Jamás voy a buscar perjudicarte, recuerda que somos una'*,


«¡Te recuerdo que casi morí arrollada por el auto de Brad!»  –Le recordé.


*'Eso no fue mi culpa, tú estabas huyendo de la policía'*.


«¡DEBISTE ADVERTIRME DE LA POSIBLE COLISIÓN!».


*'No podía intervenir, estabas huyendo de las autoridades y eso está mal'*.


«¿En serio? ¡QUÉ CLASE DE LOBA ERES!».


*'A diferencia de ti, una loba muy juiciosa que sigues las reglas al pie de la letra'*.


«¡NO PUEDO CREER QUE TÚ SEAS MI LOBA!».


*'Ya dejemos de hablar y entra a buscar a tu amigo'* —insistió.


—Hermana, espere aquí iré por su sobrino –Le indicó a la hermana Francisca y ella me toma del brazo cuando me iba alejar de ella.


—¿Adónde vas? –Inquiere ella con el ceño fruncido.


—Voy a intentar persuadir al guardia para que me deje entrar, pero usted permanezca aquí ¿entendido? –ella asintió no muy convencida.




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