.*Adolfo*.
De verdad nunca me pasó por la mente que entre Daniela y mi hermano existiese un amorío. Es más estoy seguro que de no ser por Anna, que me contó lo que ocurrió entre esos dos, no me habría dado cuenta y por consiguiente jamás habría entendido el extraño comportamiento de mi hermano después que Adam se presentó en la cena, acompañado de Daniela, anunciando a los cuatro vientos que su matrimonio sería después del nacimiento de su primer hijo.
*'Seguramente debe estar destrozado'* —comentó mi lobo en lo que entramos en un bar de de mala muerte.
—¿Dónde esta mi hermano? —le pregunto al hombre que custodia la puerta.
Él luego de hacerme una reverencia, mostrando su sumisión ante mí, señala la barra y sin decirle nada me dirijo hacia allí, con pasos apresurados, al verlo con una botella en la mano cantando a todo pulmón.
—¡TODOS SABEN, NADIE SABE LA VERDAD! ¡LA GENTE OPINA DESDE SU POSICIÓN…! —hago a un lado a los borrachos que cantan junto con él. —De afuera es diferente, vieran que feo se siente el andar sufriendo por mal de amor —le da un trago a la botella antes de cantar el coro. —¡AQUÍ ABAJO DONDE ESTAMOS LOS DECEPCIONADOS, LLORAR, FUMAR, TOMAR, ROGAR ES CASI NECESARIO! ¡ASÍ ESTOY YO… Y COMO NO… SI SE ME FUE MI AMOR!
—Iván, esta no es la manera de solucionar tus problemas —le digo a penas lo tengo en frente.
—¡AQUÍ ABAJO DONDE SE LE SUFRE NO HAY OPCIONES. LOS DÍAS SE TE GASTAN DEDICÁNDOLE CANCIONES CON ALCOHOL… PERO MUCHO ALCOHOL, AQUÍ ABAJO DONDE SE SUFRE UN MONTÓN! —cantó, ignorándome completamente, lo que me llevo a arrancarle la botella para que me prestara atención.
—¡NO! —grito. —Necesito tener la botella completa, necesito ahogarme en alcohol, necesito embriagarme para olvidarme de su cara bella —alega mientras intenta tomar de nuevo la botella.
—Ya te dije que así no solucionaras tus problemas —él se ríe sin humor de mi comentario.
—¿Qué otra cosa puedo hacer? La he perdido para siempre… —se encoge de hombros. —Bueno no…no puedes perder lo que nunca has tenido —le quita el vaso a uno de los borrachos y se toma todo el contenido. —Después de todo ella solo me utilizó para darle celos a Adam.
—¿De quién estás hablando? —me hice el desentendido.
—No finjas, mi cuñada ya te debió contar todo.
*¡Qué mal actor eres!* —comenta Velika.
—No te equivocas —admito y él bufa con molestia antes de volver a entonar la canción que estaba sonando.
—¡AQUÍ ABAJO DONDE SE LE SUFRE NO HAY OPCIONES. LOS DÍAS SE TE GASTAN DEDICÁNDOLE CANCIONES CON ALCOHOL… PERO MUCHO ALCOHOL, AQUÍ ABAJO DONDE SE SUFRE UN MONTÓN!
Me dolía mucho ver a mi hermano en este estado tan deprimente; ebrio, despechado y sufriendo por la mujer que ama. Sin embargo, no podía hacer nada.
Sé que Daniela también lo quiere, porque sin querer escuché parte de la conversación que tuvo con Anna, pero desde mi punto de vista Iván no tiene la madurez suficiente para criar a un hijo y menos formar una familia, y creo que Daniela también piensa igual que yo.
*'Sin mencionar que él no ha encontrado a su mate, así que en cualquier momento puede hacerlo y entonces Daniela quedaría sobrando'* —me recordó mi lobo y fue cuando terminé de entender el miedo que sentía la prima de Anna.
—Iván, no tienes la certeza de que eso sea verdad —me limité a decir, porque aunque quisiera decirle toda la verdad no podía hacerlo por tres motivos:
1)Se lo prometí a mi esposa.
2)Daniela ya es una mujer marcada y mi hermano infligiría nuestras leyes por querer robarle la mate a otro lobo.
3)No quiero que Iván y Adam se batan en duelo por Daniela, porque uno de los dos moriría y no quiero perder a ninguno.
—¡CLARO QUE SÍ! —exclamó con sorna. —La prueba de ello es que después de acostarse conmigo iba corriendo a los brazos de él, porque nosotros llevamos meses siendo amantes y su embarazo es de apenas cinco semanas.
Sin más que decir me siento a su lado y me sirvo un vaso de whisky. Mi hermano necesita desahogarse con alguien y lamentablemente Vladimir, que es el que normalmente lo escucha, no está.
—Adelante —le digo para darle via libre de que hable.
Él me miró por unos segundos con desconfianza pero luego ahuyentó, con una mirada letal, a todos los borrachos que nos rodeaban.
—Me siento como un imbécil.
Para que mi hermano admitiera eso debía sentirse muy pero muy mal, porque normalmente él siempre actua como un imbécil, sobretodo cuando se junta con el maldito de Vladimir Vostok.
«Todo es por culpa de ese vampiro de mierda» —recuerdo con molestia.
No sé con exactitud porque ese vampiro de mierda me cae tan mal, pero no tolero su asquerosa presencia por ningún motivo.
—Un completo imbécil —continuó —porque con toda la experiencia que tengo debí haberme dado cuenta que esa mujer solo me ha estado utilizando —tomó la botella de la mesa y bebió de ella.
—Ese no es motivo suficiente para emborracharse.
—¿Ah no? —expresa con ironía. —¿Qué esperas que haga? ¿Qué finja que no me importa que ella haya jugado conmigo? Cuándo la verdad es que estoy destrozado por dentro —sus músculos se tensaron tanto que la botella se quebró en sus manos. —La única mujer que he amado me engañó y jugó con mis sentimientos —una lágrima descendió de su ojo. —¿Y me dices que no tengo derecho a nublarme la razón con alcohol?
Viéndolo desde ese punto de vista, él tenía razón, porque cuando Anna no me quería yo también me refugie en el alcohol.
—Lo de ustedes fue efímero, más temprano que tarde superaras lo que ella te hizo.
*'Que bruto eres, ¿cómo se te ocurre decirle eso?'*.