Soy la mate del alfa

Cap 66

.*Narrador omnisciente*.


Luego de que el vampiro se marchada, Anna colocó el frasco en su mesa de noche y tanto a Daniela como a Josefina se les ocurrió la brillante idea de robarse el somnífero. La primera lo quería para darselo a Adam y así poder ir a despedirse de Iván. La segunda se lo quería quería dar a Brad para poder secuestrarlo sin lastimarlo.


Sin embargo, la única que pudo ejecutar el robo fue Daniela, que tomó el frasco sin que nadie se diera cuenta, cuando Adolfo llegó y saludó a su mujer con un beso.


En lo que Daniela tuvo el frasco en su poder se despidió de todos y salió casi que corriendo de la habitación. Anna notó la actitud sospechosa de su prima pero como ya tocaba darle el otro biberón a Victoria lo dejó pasar.


Cuando la rubia llegó a la habitación que compartía con Adam, vacío todo el contenido del envase en un vaso de agua que dejó estratégicamente al lado de la jarra con agua.


«Es mejor que sobre y no que falte» —pensó al resolver el somnífero en el vaso, ya que no sabía cuantas gotas se necesitaba para dormir a un hombre lobo.


Normalmente Adam llegaba casi a media noche todos los días, pero extrañamente esa noche no llegó y eso preocupó a Daniela, porque dentro de un par de horas amanecería e Iván se iría. Cuando sus esperanzas estaban por desvanecerse la puerta se abrió y Adam entró.


—Estás despierta, esa es una novedad —dijo al verla, puesto que siempre la encontraba "dormida".


—Te…te estaba esperando —dijo ella con un hilo de voz.


Como a Adam poco le importaba lo que le fuese a decir Daniela, caminó hasta la mesa donde estaba la jarra con agua para refrescarse ya que estaba exhausto. Adolfo lo había mantenido ocupado todo el día; primero entrenando con los novatos y luego lo mandó a visitar varios poblados que se encontraba dentro del territorio de la manada.


—¿Para qué? —sin pensarlo dos veces se tomó todo el vaso de agua y Daniela se rió con satisfacción. —¿De qué te ríes? —preguntó él al acercarse peligrosamente a la cama. Daniela tembló al ver el pantalón de Adam caer al suelo. —Tenemos tiempo sin estar juntos y todo es culpa tuya —ella se abrazó las piernas.


—¿Mía? —se hizo la desentendida.


—Sí, porque siempre finges dormir y yo fingo que te creo —se subió al colchón y ella retrocedió hasta chocar con la cabecera de la cama.—¿Qué te parece si nos divertimos un poco antes de dormir? —susurró sobre su boca. —Yo......peso...a...quererte —balbuceó antes de caer rendido encima de Daniela.


Ella se mantuvo inmóvil, pensando que lo había matado, pero cuando lo oyó roncar y suspiró aliviada y se lo quitó de encima.


«Es hora de ir a hablar con Iván» —pensó antes de salir de la habitación.


No era la primera vez que se escabullia a la recámara de Iván, por lo que no se le hizo complicado llegar. Generalmente el lobo se daba cuenta que ella venía mucho antes de que abriera la puerta, pero como estaba escuchando una canción a todo volumen no la oyó ni siquiera cuando que ella ya se encontraba adentro.


Daniela quiso llamar su atención pero al verlo con solo una toalla puesta cantando a todo pulmón con una botella de ron vacía en la mano prefirió esperar a que él notara su presencia.


—Que tan loco sería si yo fuera el dueño de tu corazón por solo un día. Si nos gana la alegría yo por fin te besaría ¿Qué pasaría? Podrías ver entre él y yo quién ganaría —Iván se pasó la botella de una mano para la otra como si fuese un micrófono. —Mi condición; enamorado locamente de una chica que hoy extrañooo. Y el no tenerte me hace dañooo. Seríamos la pareja del año. Cuanto te extraño. Sin condición me enamoré precisamente de una chica que no es míaaa, y mis amigos lo sabíannn, y a mí todo el mundo me decían qué pasaría, me dejarías.


«Debe estar muy borracho» —pensó, porque para este momento él ya debía haberse dado cuenta su su presencia, pero el lobo se mantenía de espalda a ella mirando la pantalla del televisor, donde salía le letra de la canción.


—Si me dieran solo 24 hora', yo la' aprovecho Jura'o que yo voy a hacerte cosa' que nunca te han hecho. Ya yo me cansé de ser amigos con derecho. Yo tal vez no te merezco, pero no hay ni que decirlo si nos juntamos seríamos la pareja del siglo. Con ella a capela me da con introducirlo. Navaja doble filo Cortamo' y lo' vídeo' me dio con reproducirlo'. Me lo decían, yo los ignoraba Simplemente, todo ahora quedó en la nada. Se lo hacía y a los ojos la miraba. Yo nunca creía que el amor cegaba.


«¿Será que me está ignorando?» —se preguntó.

 

—Asumí mi depresión de ver una foto tuya. Y verte en la televisión puede ser que me destruya la mente. Detente, como dice la canción, que no meten preso a nadie por robarse un corazón —Daniela tragó grueso porque la letra de la canción comenzaba a afectarle. —Sufriendo, llorando de pena. Que no vea mi llanto, no vale la pena. Yo no tengo alas, pero tú sí vuelas. Te vuelves la mala de nuestra novela.


«¿Podría estar pensando en mí con esta canción?».


—Me tienes sufriendo, llorando de pena. Que no vea mi llanto no vale la pena. Yo no tengo alas, pero tú sí vuelas. Me quitas la pista y me quedo a capela. Mi condición; enamorado locamente de una chica que hoy extraño Y el no tenerte me hace daño Seríamos la pareja del año. Cuánto te extraño. Sin condición Me enamoré, precisamente, de una chica que no es mía. Y mis amigos lo sabían. Y a mí todo el mundo me decía que pasaría, me dejarías.


Las lágrimas inundaron los ojos de la humana, porque algo le decía que esa canción Iván se la estaba dedicando a ella.


—Yo tenía otra melodía, de lo que resultaría. Maldita monotonía. ¿Fue culpa tuya o fue culpa mía?. Yo aprendí a vivir con celos. Tú aprendiste a no ser mía. Solo queda ser sincero. Yo te quiero todavía




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