Soy la mate del alfa

Cap 67

.*Daniela*.

—¿Aceptas ser mi esposa? —me volvió a preguntar Iván al ver que estaba completamente muda, pero no era para menos jamás me pasó la mente que él me pediría matrimonio.


«"No seas ilusa, Daniela. Él jamás podrá amarte porque en lo que encuentre a su mate, te hará a un lado, como a un juguete viejo"» —las crueles palabras de Adam se repiten en mi cabeza.


—¿Daniela? —insiste y es cuando por fin logró encontrar mi voz.


—No —murmuro luego de un rato. —No acepto ser tu esposa. —Al decir eso la cara de Iván se descompuso.


—¿Por qué? ¿No me amas como yo a ti? —preguntó devastado.


«Debo ser sincera con él» —me recomiendo a mi misma.


—Tú no puedes amarme como dices —aseguré y él se puso de pie y se sentó a mi lado para estar a mi altura. —Tú a quién amarás verdaderamente es a tu mate, cuando la consigas por supuesto. —digo con mucho pesar y con la cabeza baja.


—¿Qué tonterías estás diciendo, Daniela?. —me pregunta con el ceño fruncido.


—No son ningunas tonterías, es la verdad.


—Daniela, mi mate murió —dice con seguridad y yo lo miro con cara de pocos amigos.


Increíble que él también use ese viajo truco.


—Hombre tenía que ser —gruño del enfado.


—¿Qué?


—¡QUÉ ERES UN MENTIROSO! —exclamo y por mi sobresalto él se asusta. —Todo el mundo sabe que no has encontrado a tu mate, el bastardo y Vladimir me lo confirmaron.


No sé qué parte de lo que dije resultó ser un chiste o cuando me coloqué una nariz roja de payaso para que Iván explotara en carcajadas ante mi argumento.


—Será que podrías ser tan amable de compartir el chiste, porque no entiendo el motivo de tu risa —le digo al cruzarme de brazos.


—Cuando escuches esta historia te darás cuenta —me dijo con una sonrisa —y  más porque te refrescará la memoria.


*Flashbacks narrado por Iván*.


Hoy el cielo está despejado, no hay una sola nube y el sol brilla en lo alto del cielo. En otra época me hubiese sentido feliz ante el excelente clima, pero en este momento me siento como muerto en vida.


Siempre me he caracterizado por ser muy alegre, espontáneo y animado, pero desde que sentí cuando mi mate murió no he vuelto a sonreír.


—Disculpame por haber tardado un mes en venir, pero no era lo suficientemente valiente para visitar tu tumba —es lo primero que se me ocurre decir cuando estoy frente al lugar donde descansan los restos de mi mate. —Disculpa si no puedo expresarme correctamente, pero me cuesta mucho hablarte. —Dejo el ramo de tulipanes, su flor favorita, sobre la lapida.


—Me duele tanto que las cosas hayan terminado de esta manera; tú tres metros bajo tierra y yo como un alma pena, llorando por tu adiós —cierro los ojos antes de continuar. —¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué preferiste quedarte con tus hijos en vez de venir conmigo? ¿Acaso no sabías lo inmensamente felices que pudimos haber sido? —caigo de rodillas en el suelo.


No había un solo día en que no me arrepintiera de haber hecho lo correcto ese día, porque de haber sido egoísta esta historia hubiese sido muy diferente.


—Te acuerdas que prometí alejarme de ti, pues la verdad no la cumplí. Siempre estuve cerca de ti y de tu familia, aunque no me hubieses visto —confieso. —Intente alejarme y olvidarme de ti muchas veces pero nunca lo conseguí —el nudo en mi garganta cada vez se cerraba más. —Si por qué no podía olvidar —trague grueso —porque yo hubiese preferido abandonar a mi manada, y vivir como un humano normal, con tal de estar junto a ti y tus hijos, porque poco a poco le he tomado un inmenso cariño a esos niños…


Iinspiro profundo para tragarme las lágrimas que quieren brotar de mis ojos al leer el nombre en la piedra: "Eleonor Shepard 1915-2002".


—Sé que esto te lo tuve que decir mientras vivías, pero te lo quiero decir ahora —las lágrimas comienzan a nublarme la vista. —¿Recuerdas aquella vez, que hablamos en tu jardín, y tu hija nos interrumpió? —me aclaro la garganta para continuar. —Bueno, ahora terminaré lo que mi corazón pugnaba por decir esa noche —tome una gran bocanada de aire. —"Quiero que sepas que te he vigilado y si antes te amaba por ser mi mate, ahora que te conozco mejor, estoy perdidamente enamorado de ti, de tu sonrisa sincera, de tus ojos brillantes, de tu forma de ser tan pasiva, tan calmada. Todo lo contrario a mí...." —las lágrimas abandonaron mis ojos y no pude terminar.


Me dolía tanto la muerte de Eleonor que sentía que en cualquier momento me moriría junto con ella, porque la desesperación, intranquilidad y tristeza que me había embargado desde su muerte me estaba enloqueciendo.


—Tú...Tú...tú...eras mi complemento perfecto, mi otra mitad, mi...


*'Tenemos compañía'* —me informa mi lobo y yo guardo silencio.


Rápidamente me limpió las lágrimas y me volteó bruscamente, dispuesto a golpear a cualquier que venga a interrumpirme, pero me sorprendo al ver a una pequeña rubia, como de 5 años, que viene corriendo hacia mí.


—¿Quién es usted? —me pregunta con su tierna voz y la ira que sentía se disipó.


*'Se parece a ella'* —comenta mi lobo.


«Sobretodo en los ojos» —añado.


—Eso no importa —le contesto al ponerme de pie.


—¿Usted conoció a mi abuela?


—¿Tu abuela? —le pregunto y ella asiente.


«Con razón tiene un parecido con ella, sin embargo esta pequeña tiene algo que la hace completamente a Eleonor». —Pienso mientras detallo bien su pequeño rostro.


—¿Es usted ese tal Iván que llamó en su lecho de muerte? —preguntó con mucho interés.


Eleonor me llamó en su lecho de muerte —repito en mi mente sin poder creermelo.




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