Salí de la casa para dirigirme al trabajo y me encontré con Maximiliano apoyado en su carro, suspiré y caminé hacia él.
- Buenos días Elena - ese hombre me dejaba sin aliento.
- ¿Qué haces aquí Maximiliano? - me sonrió.
- Voy a llevarte a tu trabajo - enarque una ceja.
- No me vengas con el cuento que es por mi seguridad - ensanchó más su sonrisa - Mi madre te creyó pero yo no.
- Me gusta la gente que es directa, tienes razón, estoy investigando que paso realmente con tu hermana y tú me vas a ayudar.
- No sé cómo, ya mamá te dijo todo - él negó.
- No todo.
- Debo irme, tengo un trabajo - se movió y me abrió la puerta, lo mire a los ojos, me encogí de hombros y subí.
Cuando subió y arrancó, recosté mi cabeza en el asiento.
- Tengo una proposición para ti - giré mi rostro y admiré su perfil.
-Dime.
- Trabaja para mí - fruncí el ceño
- No sé si recuerdas que tengo trabajo.
- Eres amiga de tú jefa, pídele unos días, te pagaré el triple de lo que ganas.
Mi cabeza funcionó rápidamente, podría comprarle una tele a mi madre para que viera sus novelas.
- ¿Y en que consiste el trabajo?
Nos detuvimos en un semáforo, él aprovechó para verme a la cara.
- Iremos al orfanato Santa Clara - mi cara era de confusión.
- ¿Qué haremos ahí?
- Ahí creció tu hermana - fijó su mirada en el frente.
-¿De qué hablas? - fruncí el ceño.
- Lena fue abandonada en el orfanatorio por tus padres - negué con la cabeza.
- Mis padres han sufrido por la desaparición de Lena, su matrimonio se derrumbó porque mi padre culpa a mi madre - apreté los dientes, crecimos escuchando como la acusaba de ser la peor madre.
- ¿Por qué la culpa?
- Según entendí, ese día hubo una parrillada con los familiares de mi madre, Elizabeth... -suspiré - Lena, se durmió porque la noche anterior había pasado inquieta, mi madre la llevó a nuestro cuarto, según dice mi madre, fue a verla para ver si estaba bien pero... ella ya no estaba - me mordí el labio.
- ¿Tu padre?
- Él era vendedor, visitaba a clientes potenciales y ese fin de semana estaba fuera de la ciudad, cuando regresó se encontró con la policía, los vecinos buscando a Lena.
- ¿Viven los familiares de tu madre que estaban ese día?
- Algunos, otros ya murieron.
Permaneció en silencio.
- Necesito que hables con tu jefa, debemos partir hacia el orfanatorio, dile que tienes una emergencia o lo que se te ocurra pero no le digas la verdad, entre menos gente sepa que estamos investigando será mejor.
- ¿La señora Arévalo no se molesta que andes de un lado a otro con una mujer? - me mordí una uña, la curiosidad me mataba.
Él apretó el volante, sus nudillos se pusieron blancos.
- Ya no hay una Sra. Arévalo.
- ¿Eres divorciado? - él asintió.—¿Fuiste infiel? -me tapé la boca, era muy curiosa y Maximiliano despertaba mi curiosidad.
-¿Por ser hombre, tengo que ser infiel?
- Lo siento, no imaginé que ella te fuera infiel - su cara cambio a molestia.
- Un matrimonio no llega a su fin, sólo por infidelidad, puede ser por falta de comunicación, distanciamiento etc.
- Lo siento, creo metí la pata - su silencio lo confirmó - Por tu reacción me doy cuenta que aún sientes algo por ella.
Me miró y calló, estiro la mano para encender el tocacintas, una hábil manera de decirme que me callará.
- No veo cómo te podré ayudar en el orfanatorio - torció los labios en una mueca se sonrisa.
- Ahí no puedo ofrecerles una ayuda por su información, probé a hacerlo y me echaron, así que he pensado que la manera en que podemos saber lo que yo deseo es que tú te hagas pasar por Lena.
Lo miré sorprendida.
- No conozco a nadie, se darán cuenta que yo no soy Lena.
- Tranquila, diremos que has perdido la memoria y estas tratando de recordar tu pasado.
- ¿Te dejarán entrar si te echaron?
Me sonrió.
- Llegando al país, me bajé del avión y me fui directo al orfanatorio, digamos que andaba una muy grande barba.
Lo miré no me lo imaginaba descuidado.
Cuando se estacionó frente a la peluquería, apago el auto y se acomodó para verme a los ojos.
- Necesito que me digas si vas a ayudarme a descubrir la verdad.
- Es mi hermana, también deseo saber qué fue lo que realmente pasó.
Me sonrió y extendió su mano.
- Es un trato Elena Clark.
Editado: 02.01.2022