Capítulo 14

Me quedé sorprendida ante las palabras de Max, tenía entendido que su ex esposa estaba casada y muy feliz, me sentí nerviosa y tuve un poco de miedo, él no me lo había dicho pero yo sabía que había amado mucho a su ex esposa, y ahí estaba yo pensando de nuevo en mi teoría, siempre he sido la número dos en todo, no podía olvidar que el corazón de Max había sido ocupado primeramente por ella, aunque tenía la esperanza de que él me llegará a amar, me sentí eufórica por su reacción al conocer a Carlos, pero no le iba a decir que cómo toda mi vida mi teoría se cumplía, Carlos jamás se había fijado en mi... hasta ahora que la chica que trabajaba en el salón conmigo se enamoró de otro chico, ahora según sus palabras se había dado cuenta que el amor de su vida lo tenía en sus narices pero no se había dado cuenta. Él era una persona cálida, siempre me trató bien pero nunca se fijó en mí, no estuve enamorada de él pero si me sentí atraída por él en su momento, pero ahora era otra historia, existía en mi vida Maximiliano, no le mentí a Eloise cuando le dije que lo mío fue amor a primera vista, sólo me bastó verlo la primera vez detrás del ventanal de vidrio de la peluquería para sentirme irremediablemente enamorada de él.

- ¿Y su matrimonio?- me llevé el vaso de agua a la boca.

- Está separada, va a divorciarse - agaché la mirada, la cosa se estaba poniendo fea, puso su mano encima de la mía - Estoy contigo - levanté la mirada y me volví a perder en su mirada gris.

- Si tú te das cuenta que aún la amas, no te preocupes por mí - cada palabra la dije con dolor sentía que me estaba arrancando el corazón con un tenedor, algo que me imaginaba era mucho más doloroso, lo sé, estoy dramática pero así me siento por el miedo de perderlo.

Max apartó la mano y su rostro estaba lleno de furia.

- ¿Es por él?, que no te importa que me vaya de tu lado - fruncí el ceño, no entendía.

- ¿De qué hablas?

- Es por ese tipo que no te importa que me vaya con Paula, ¿estas arrepentida de estar conmigo?

Miré sus manos que eran un puño, sus nudillos estaban blancos y tenía su mandíbula apretada.

- Responde Elena.

- No es por Carlos, es solo que no deseo que te sientas comprometido conmigo si ella... - sus ojos se habían oscurecido, me miraba muy molesto.

- ¿Tan fácil de desechar soy Elena? -abrí la boca sorprendida por sus palabras.

- Max... - lo vi cerrar los ojos y los músculos de su mandíbula saltaban - Estoy pensando en tu felicidad... -me interrumpió.

- Tú eres mi felicidad, pero me doy cuenta que yo no soy la tuya.

Me levanté rápidamente y me senté junto a él, me daba cuenta que en el fondo era un hombre inseguro, el que su ex esposa lo haya dejado por otro le afectó mucho, solo que era orgulloso y sé que jamás lo iba a admitir, yo mejor que nadie sabía lo que se sentía ser tratado como la segunda opción, tomé su rostro entre mis manos y lo miré directo a los ojos.

- Lo lamento, pensé que era lo que deseabas, volver con ella, no me arrepiento de estar contigo de hecho me encanta estar contigo, eres tierno y esa parte de ti la adoro - por primera vez, tomé la iniciativa de besarlo, Max me respondió con mucha fiereza, era la primera vez que me besaba con tanta pasión y realmente me encantaba, me levanto y me sentó en sus piernas, la ventaja donde estábamos almorzando era que estábamos en un rincón que nos daba mucha privacidad, me sujeté a sus fuertes hombros cuando sentí que mi cuerpo estaba cobrando vida, él se apartó y su mirada estaba nublada por el deseo.

- Debemos parar Elena, estamos en un lugar público y tú eres vir...- lo callé con un beso, adoraba sentir todas las sensaciones nuevas en mi cuerpo sobre todo en partes que no estaban a la vista de nadie.

Él se apretó fuerte a mi cuerpo, nos separamos para tomar aire, sentía mis labios hinchados.

- Elena - besó mis párpados - Eres tan preciosa - sonreí sé que Maximiliano trataba de calmarse mi trasero tocaba esa parte que diferenciaba a un hombre y a una mujer y que por cierto estaba muy despierto.

- Vamos a tu apartamento - él me miró sorprendido.

- No Elena, no iremos rápido - lo miré a los ojos y sonreí.

- Todo lo hemos hecho rápido, no lo olvides Max - me estrechó entre sus musculosos brazos, mi nariz aspiró su delicioso olor, yo lo amaba y estaba muy segura de que deseaba que Maximiliano fuera el primero, y mi corazón gritaba...y el último. Nuestra relación era totalmente extraña, de eso no había la menor duda pero era única, y el respeto que Max me estaba demostrando en estos momentos me confirmaba que realmente deseaba que él fuera el primero.

- Es lo que deseo Max - me abrazó fuerte.

- Está bien Elena, es lo que más deseo también sólo quería darte tiempo.

- No lo necesito, estoy segura de lo que quiero - puso sus manos en mis caderas y me ayudó a levantarme, me acompañó hasta mi silla y me ayudó a sentarme, ante todo Maximiliano era un caballero.

- No será así de rápido - miró su reloj- Me tomaré mi tiempo amándote, después del trabajo, prepararé la cena e iré por ti a la peluquería.

Me sentí emocionada.

- Gracias Max.

Tomó mi mano y la besó.

- Gracias a ti por estar en mi vida, soy muy afortunado por haberte conocido Elena y es mejor que lo sepas, así tendrás la oportunidad de pensarlo bien en toda la tarde, después de hoy no te dejaré ir, formarás parte de mí, soy muy celoso no sabía que lo era tanto pero lo descubrí y soy de los que luchó por lo que es mío y tú lo serás Elena, no te desharás fácilmente de mi - mientras hablaba sujetaba mi mano, le sonreí.

- En ese caso Max déjame decirte que has encontrado a tu alma gemela porque tampoco te será fácil deshacerte de mí, veremos quién es más celoso en esta relación.

Le sonreí, realmente él no me había dado motivos hasta este momento pero me conocía y sabía que mis celos eras descomunales, esperaba que Maximiliano siempre fuera tan correcto porque sospechaba que a él no le gustarían mis celos.