Soy la número 2 [saga Arévalo #4]

Capítulo 20

Escuché el grito seguido por el llanto, corrí descalza hasta la cocina, casi chocamos con Eloise, ambas entramos asustadas a la cocina donde mamá estaba sentada en el comedor con el periódico abierto.

-Mamá, ¿estás bien?- me agaché y su rostro estaba bañado de lágrimas.

- Está viva - Eloise se acercó a la mesa y pudo ver la página de sociales del periódico, me apuntó con su dedo la sección que mamá estaba viendo - Mi Elizabeth vive - sus lágrimas eran más abundantes - Mira asistió a una boda ayer, dice aquí: " El escritor famoso Sébastien Arévalo junto a su esposa Lena Arévalo con su pequeño hijo Marco, haciendo acto de presencia en la boda de su hermano Salomón, futuro presidente de todas las empresas Arévalo."

- Se llama Lena - las tres nos quedamos absorta viendo a nuestra hermana perdida, sin evitarlo las tres mujeres ahí presente, derramamos nuestras lágrimas de felicidad porque muchas veces el miedo nos embargó de no volverla a ver jamás pero Lena estaba cerca de nosotros, levanté el rostro,  mamá y Eloise se abrazaban fuerte con lágrimas en los ojos.

- Debemos ir a buscarla, no debe ser difícil dar con su esposo, son familia conocida.

Eloise y yo nos miramos, ¿cómo explicarle a mamá que Lena no quería saber de nosotros?  Negué con la cabeza para que Eloise no dijera nada, salí de la cocina a buscar mi móvil, pediría ayuda a Maximiliano, que Lena permitiera que mi madre la viera aunque sea una vez en la vida. 

Me mordí el labio mientras sonaba el móvil, cuando escuche su voz me senti mejor.

- Angel

- Max

- ¿Estabas llorando?  ¿Qué pasó?

- Es mamá, vio a Lena en el periódico, esta inconsolable, desea verla,  es su madre, que acceda si desea solo que mamá la pueda ver una sola vez - silencio.

- No le diré nada ángel, te enviaré unas instrucciones por mensaje, cumplelas al pie de la letra, si vienen de sorpresa Lena no se negará.

-¿Me estas diciendo?

- Si ángel mio, pediré a Salomón nos reciba en su casa que queda en la ciudad, hasta la noche Elena.

Me levanté y me dirigí donde mi madre, me partía el corazón verla llorar mientras miraba el periódico,  esperaba que Lena no fuera cruel con nuestra madre.

Maximiliano

Sébastien y tío Víctor habían sacado a Lena con engaños de la casa, necesitaba que estuviera en la casa de Salomón.

- Espero sea lo correcto, no quiero exponer a mi esposa y a mis hijos.

Frunci el ceño.

- ¿Hijos? Marco se quedó con la nana - Sébastien se pasó la mano por el cabello.

- No le digas a Salomón, no quiero que lo sepa aún, pero Lena y yo tendremos trillizos.

- ¿Tres? - abrí los ojos sorprendido - Me imagino que es porque tu eres gemelo y Lena trilliza que pasa esto - me pasé la mano por la frente que de pronto estaba sudada.

- ¿Miedo Maximiliano? - su sonrisa era de burla - Tienes la misma posibilidad que yo.

- Ya no quiero tocar este tema, espero que cuando seamos padre sea solo una hija - sonreí.

-¿Hija?- levantó una ceja.

- Si, quiero una pequeña que sea como mi ángel de ojos azules.

Sébastien soltó una carcajada.

- Estás enamorado primo, ya suenas cursi.

- Como tú, no creas que no te he escuchado - me puse serio - ¿Viste el fax que me envió mi contacto de la policía?

El asintió.

- Mi teoría es que el orfanato sólo fue un lugar de paso para Lena, pero no contaban con la intervención de la policía.

- Espero tengas razón Maximiliano y caiga está noche.

- Temo la reacción de Elena.

Sébastien puso su mano en mi hombro.

- Elena entenderá que todo es justicia.

Salimos del jardin y entramos a la sala, Lena estaba conversando con Julieta, le habia pedido a Salomón que los niños no estuvieran presentes, él y Julieta accedieron, ahora sólo faltaba esperar a que Elena llegará.

- Sébastien, ¿cuantos hijos tendrás?

Sonreí al ver la cara que ponía Sébastien ante la pregunta de su gemelo, ambos eran orgullosos y bromistas, me hacían extrañar a mi hermano menor, pero ahora no me sentía sólo, tenía a Elena aunque me preocupaba que iba a pasar.

El jefe de seguridad que ahora había en la casa de Salomón, se me acercó y me notificó la llegada de nuestros invitados.

Mi mirada se cruzó con la de Sébastien y tío Víctor.

Me pusé de pie al ver entrar a Elena seguida de Eloise, ambas vestían sencillas pero elegante, Andrea Clark una rubia pequeña que era igual a las trillizas sólo con más años encima, caminó con paso dudoso pero al ver a Lena se detuvo, fue el momento más emotivo, Lena al ver a sus hermanas idénticas a ella se fue levantando lentamente con su cara de sorpresa, Andrea no lo pensó y corrió hacia Lena y la tomó desprevenida, sus brazos la estrecharon fuerte, acompañado de fuertes sollozos.

- Nunca perdí la esperanza de volver a verte mi Elizabeth.

 




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